-Creo que me dieron ganas de ir al baño-me baje de la banqueta.
-¿Crees?- soltó irónica Alisson.
-Hola chicas- saludo Mike cuando llego a nosotras.
-Hola- soltamos al unísono, bueno, lo mío fue más como un susurro.
-Ya vengo- dije.
Ingrese al baño, para mi suerte estaba vacío, fui hasta un cubículo e hice lo que tuve que hacer, abrí la puerta para salir y Mike estaba apoyado en el lava manos.
-¿Que haces aquí? Es el baño de mujeres- solté- Esto es acoso Mike- abrí el grifo para lavarme las manos.
-No es acoso- río leve- ¿Acaso vas a evitarme? Tu papá me llamo para preguntarme por qué no estuve contigo.
-Yo le dije que quería estar sola- refregue mis manos con el jabón- ¿Que haces aquí?- cerré el grifo y fui hasta el secador de manos.
-Quería hablar contigo- su voz se puso algo nerviosa- Sobre lo de la otra noche- mierda Mike, mierda.
-¿Que hay que hablar?- si, claro, ahora sufro de alzheimer.
-No te hagas la tonta Meg- comencé a mover mis manos bajo el aire cuente así estás se secaban- Sabes a lo que me refiero.
-Mike, no se de qué hablas- malditas manos que no se secan rápido- ¿Que haces aquí en el bar? ¿Me estás siguiendo?
-No, Tom me dijo que viniéramos a tomar algo.
-Que casualidad que llegan justo cuando estamos nosotras.
-Nosotros siempre venimos aquí.
-Mis amigas y yo también- bien, mis manos ya están secas, momento de salir del baño, o mejor dicho,huir de Mike.
-No cambies el tema de conversación .
-No se de qué hablas- lo esquive y salí por la puerta. Escuche que me llamaba, pero no le preste atención, seguí con mi camino que me dirigía donde estaban mis amigas.
-¿Que sucedió ahí dentro?- pregunto curiosa Frida.
-Nada- solté- Vayamos a otro bar.
-¿Ya se van?- pregunto Tom que se había quedado hablando con mis dos amigas- Pero si Mike y yo acabamos de llegar- Mike llegó pisandome los talones.
-No, mejor me voy yo- tome mi abrigo y mi bolso- Tom, luego llévalas a sus casa, ¿Puede ser?- le pregunté amablemente.
-Si, claro- respondió- ¿De verdad te tienes que ir Meg?- pregunto extraño.
-Si- respondí de inmediato- Tengo que hacer algunas cosas.
-Pero si son las 11 de la noche-chillo Alisson - Vamos Meg- me hizo un puchero.
-Eso nunca funciona conmigo- rei- Adiós, nos vemos- y antes de que pudieran decir algo más, me fui.
El aire que corría era muy frío, típico de esta época, fui hasta donde había dejado el auto de mamá, le saque la alarma y me subí en el.
Largué un suspiro hondo y dejé caer mi cabeza en el volante del auto, haciendo presionar la bocina y que está se escuchará por toda la calle.
-Eres una estúpida Megan Jessica Stark, o Megan Jessica Robinson, ¿Por qué mierda tengo dos apellidos? - los autos que pasaban me tocaba bocina- ¡Ya sé que mi bocina hace ruido!- les grite, dudo que me oigan- ¡¿Acaso nunca tocaste una bocina?! ¡Mira, así se oye!- despegue mi cabeza de esta y comencé a golpear el volante haciendo sonaba repetidas veces con mí mano- Imbécil- otro auto paso y me hizo cambio de luces- ¡Que miras infeliz!- le mostré mi hermoso dedo del medio. Si lo sé, a veces me gusta gritar o golpear algo para desahogarme, solamente que ahora elegí un lugar poco discreto, como desearía que el auto de mamá tuviese los vidrios oscuros.
Entre medio de mi histeria, mi celular comenzó a sonar, maldigo la hora en que tratan de comunicarse conmigo.
-¡¿Que quieres?!- solté casi en un grito de enojo, ni siquiera sé por qué me enojo.
-Wou- se escuchó del otro lado de la linea-¿Qué diablos te sucede?
-Ah, Tony, eres tu- trate de tranquilizarme.
-¿A quien más esperabas?- pregunto- Como sea, ¿Adónde estás?
-En Chicago, dah.
-¿Acaso estás drogada?
-Por supuesto, le compré hierba a Marley Black, el traficante más grande de Illinois.
-¿Estás bromeando?- su voz sonaba algo enojada.
-¡Por supuesto que no estoy drogada!- chille- ¿Acaso me viste cara de Lindsay Lohan?- resople bruscamente- ¿Que quieres?
-Quiero saber adónde estás.
-Afuera de un bar, estoy arriba del auto por irme a casa.
-Mike me llamó diciendo que lo estás evitando, si no lo recuerdas el...
-Si, si, si, claro que recuerdo que trabaja para ti- resople- Despidelo o transfierelo a otro lado.
-¿Pasó algo que tenga que saber?
-No, claro qué no- eres una mentirosa Megan- Entiende que el es mi amigo, es poco profesional que mi mejor amigo sea mi guardaespaldas, no quiero mezclar las cosas, es algo incómodo- en parte lo que le decía a Tony era verdad- Bueno, en realidad estamos saliendo o algo así, ni yo se como llamar nuestras situación.
-Pensé que te agradaba la idea de que el fuera tu guardaespaldas o lo que sea que el era.
-Lo se, por eso no te dije nada desde un principio, pero es algo incómodo que mi mejor amigo, alias, el chico que me gusta, este pendiente de todo lo que hago, me siento invadida- dije todo muy rápido.
-Pero Megan, es por tu seguridad.
-Lo se, dame un arma si quieres que tenga seguridad- resople - O un gas pimienta, como cualquier chica normal.
-Meg, tú no eres normal- su voz sonó como si fuese lo más obvio del mundo- Cuando vuelvas a casa hablaremos sobre eso, mientras tanto, trata de estar con Mike.
-Pero Tony...
-No, nada de peros.
-Pero...
-Adiós- colgó.
-¡Maldito hijo de María!-le grite a mi teléfono.
Aventé mi teléfono hacía el asiento de al lado, me puse el cinturón de seguridad para luego prender el motor y volver a casa.Sentía el viento sobre mi rostro mientras que despeinada mi cabello. Largué un gran suspiro seguido de haber estado ahí casi por dos horas. Cada vez que necesitaba pensar o relajarme, o simplemente querer estar sola, venía a la casa del árbol que mi abuelo construyó en su gran árbol. La había pintado de color amarilla, la pintura ya estaba gastada y opaca. Recuerdo que el abuelo la hizo para mí cuando yo cumplí 5 años, el se encargó de construirla mientras que mi abuela se encargó de decorarla por dentro. Era mi lugar favorito en el mundo, donde podía estar tranquila.
Me había quedado en Chicago más tiempo de lo que tenía pensado, lo que yo planifique para 4 días se había extendido a 7, así que seguramente hoy o mañana volvería a Malibú, volver a la rutina.
-Meg- mi abuela llamó mi atención desde el piso, baje la mirada y ahí estaba ella, y al lado estaba Mike. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.
Mike y yo intercambiamos miradas, mi abuela nos miraba a uno y al otro como si estuviese viendo un partido de Ping Pong- Los dejare solos- soltó algo incómoda y se dio media vuelta para ingresar a la casa.
-Hola- musito, yo solo le respondí con la mano- ¿Puedo subir?
-Si, claro- se subió por las escaleras con una mano, la otra la traía escondida detrás de su espalda, cuando llego a mi lado, se sentó y me dio lo que traía en la otra mano- ¿Para mí?- pregunté con media sonrisa al ver el gran pato de peluche de un amarillo chillón y naranja en su pico, era muy hermoso, amaba los peluches, tengo varios acá en mi casa de Chicago, pero no sé por qué no los lleve a Malibú, pero a este lo llevaré sin duda.
-Recordé que amas los patos- tome el gran peluche.
-Y los delfines- le sonreí.
-No encontré delfín.
-No importa, este es hermoso, me encanta, gracias- le sonreí- ¿A qué se debe el regalo?
-Meg, sé que no quieres tocar el tema, lo que pasó la otra noche- mierda, lo recordó.
-Me da vergüenza- me lleve las manos a la cara.
-¿Por qué te da vergüenza?- soltó con una leve risa- Se que casi lo hacemos, pero no me importa que no hayas querido, tu lo dijiste, que las cosas pasen cuando tengan que pasar, o algo así, no lo recuerdo, como sea- saco lentamente mis manos de mi rostro- No quiero que te sientas presionada ni nada de eso.
-Pero me viste desnuda, eso es algo incómodo- ahora escondí mi rostro en su hombro.
-Megan- otra vez le dio gracia, deja de burlarte de mi virginidad maldito musculoso- No fue incómodo, no te preocupes por eso- se corrió dejando mi rostro al descubierto- Eres hermosa Meg, de todas las maneras que lo podría describir, tú eres más que hermosa- posó su mano en mi mejilla.
-Deja de mirarme así- mierda, creo que me puse roja como trasero recién palmeado- Lo siento, pero sigue siendo incómodo.
-Lo superarás- beso mí frente, me rodeo con el brazo y me atrajo hacia su cuerpo en forma de abrazo.
-Mike aléjate de mí niña- miramos hacia el piso y estaba mi abuelo.
-Abuelo- chille a lo que Mike solo se limito a reír.
-Robert, déjalos en paz- se escuchó mi abuela que grito desde adentro de la casa.-Esta bien, entiendo- respondió- Si, no hay problema- caminaba a paso muy lento de un lado al otro en mi habitación con su celular pegado a su oído- Si, me parece bien, muchas gracias- sonrió y me miro- Lo haré, descuida, de acuerdo, nos vemos, adiós.
-¿Que te dijo?- le pregunté mientras que yo posteaba algo en mi perfil de Twitter, ¿Que pensaron? ¿Que no tenía vida social? Bueno, si la tengo, solamente que Tony me ha dicho que no publique tanto y también me hizo cambiar mis configuraciónes de privacidad, ya saben, de apoco las personas se van enterando que la hija del multimillonario Playboy regreso a su vida.
-Que estaré trabajando para el durante dos semanas más y luego me pondrán en la parte de investigación en Malibú.
-¿Te quedarás a vivir en Malibú entonces?
-Así es- me sonrió.
-Genial- dejé mi teléfono sobre la cama- Me gusta la idea- me recosté en la silla que había frente a mi escritorio.
-Me alegra que te guste por qué tú me ayudarás a comprarme una casa allí.
-Que sea grande y que tenga piscina, no como tú anterior departamento, era muy pequeño.
-Muy pequeño al decir verdad- reímos- Oye, ¿Ya preparaste las maletas?
-Así es- resople- Tengo que ponerme al día con la compañía, organizar lo del viaje para presentar el nuevo proyecto, la fiesta de prensa- comencé a enumerar con los dedos- En fin, a veces me pongo a pensar que sería de mi vida si hubiese nacido perro.
-De seguro vivirías sucia y con hambre, nada alejado de la realidad- soltó burlón.
-Y usaría tu pierna para hacer mis necesidades.
-No me sorprendería de ti- ambos reimos.
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Megan 1.0
FanfictionHabía conocido dioses, criaturas de otros mundos, súper héroes de otra época, criaturas que vienen de galaxias lejanas, personas con poderes, creo que a mi corta edad había vivido y conocido más de lo que debería, pero no les contare todo ahora. Me...