Epílogo

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Micaela's POV:

- ¡Megan! ¿Te acordaste del ramo?- Pregunté, nerviosa. 

- Que sí- Me señaló un monto de flores azules con una decoración de unas más chicas blancas. 

- Gracias- Respondí, agarrando el ramo y tomándolo del brazo a Simón. Había decidido que quería que él me llevara al altar, porque me enseñó tanto los últimos cuatro años. Daniel no se había molestado, porque no se enteró. El bastardo se escapó con mi madre biológica y dejó a Verónica sola hace dos años. 

La mujer lloró desconsolada por muchas semanas y sigue un poco lastimada. Nos habíamos terminado de perdonar por fin y a la mañana él estaba en Madrid con una tal Sofía. Verónica siguió con su vida y ahora está mucho mejor que antes. 

Por lo menos no llora al ver a un hombre... Cualquier hombre.

Hoy es el gran día y ella está allí, como lo haría una verdadera madre. No una falsa que está en París con el hombre de otra persona. Una que literalmente nunca vi. 

- Linda, tenés que ir- Dijo Serena mientras Megan y Bianca se arreglaban su vestido de dama de honor. El de Megan era azul largo, el cual Simón siempre se quedaba embobado al verlo. El de Serena era largo y una mezcla de naranja, rojo, bordó y morado. En cambio el de Bianca era corto, rosa con flecos que terminaban con una linea blanca y la cintura ajustada. 

- Sí, ya voy- Dije, nerviosa. Habían pasado dos meses desde que Francisco se me propuso y cuatro de que somos novios oficialmente sin ninguna molestia. 

- ¿Chicas?- Las tres asienten con la cabeza y sonríen - Vamos linda- Simón respiró profundamente, le di un beso en el cachete. Él sonrió y empezó a caminar. 

- Vamos- Dije, para mí más que otra persona. 

Entramos a la Iglesia. Lo primero que vi fue a Francisco en el altar, mirándome con una sonrisa enorme y muy tierna. 

Cuando llegué al lugar, bajo miradas felices de mis parientes y amigos, Francisco me miró y sonrió de tal manera que me tranquilicé. El sacerdote prosiguió con la ceremonia, en la cual los nervios me carcomían. 

- Ahora los discursos de los novios, por favor- Cuando el padre terminó de decirlo, todas las miradas se posaron en mí. 

- Fran, te amo- Comencé, muy nerviosa -. Nunca pensé que podría querer tanto a una persona, ni que esta me demuestre su amor con tanta emoción como vos lo haces. Estuviste conmigo todo el tiempo, incluso en los momentos en los cuales mi vida era una real... mierda- Una lágrima cayó por mi mejilla -. Tuvimos grandes momentos, tanto románticos, graciosos y totalmente bochornosos- Reí un poco -. Como cuando me "secuestraste" para llevarme a mi fiesta de cumpleaños, el lugar de nuestro primer beso, o cuando te vomité en tus zapatos preferidos- Una risa del interior de Fran salió sola -. Pero nunca va a haber una mejor en la cual decidimos tenernos el uno para el otro toda la vida y formar una familia- Sonreí con mis ojos de cataratas, los cuales Fran trataba de secar. 

- Mica, siempre fuiste alguien posesiva, pero  nunca voy a saber como obtuviste toda posesión de mi corazón- Sonreí -. Tu sonrisa hizo que mi mundo se iluminara el primer día que te vi, ese en el cual bajaste las escaleras yendo a Teatro. Tampoco voy a olvidar cómo, cada día, ibas acercándote a mi más y más, hasta el momento en que no quería que alejaras. Te amo y nunca dejaré de hacerlo. Los días más felices de mi vida fueron en los que estabas vos. Y quiero que siempre sean así. 

El sacerdote quedó en silencio un momento, dejando tiempo a todos para sonreír y a Fran y a mí para mirarnos tiernamente. 

 - ¿Micaela Slormanti aceptas a Francisco Valentino Sanchez como tu esposo? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?  

La Hermana de mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora