Capítulo 21: ¿Quién era este hombre?

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Chicos ya se que es corto, y que no he actualizado hace días, pero cierra el trimestre, y HAY MUCHASSSS PRUEBAS....

Pero prometo compensarlo.... ¿Qué opinan de un maratón? Voten dejen comentarioss

LOS AMOHDOROHH <3 @MiliBoni166

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Mica's POV:

Corrí por el gran pasillo del Hospital y llegue, finalmente, a la recepción. 

- ¿Francisco Loicon?- Me costaba preguntar tanto como respirar, estaba agitada luego de correr todo el Hospital. La rubia del mostrados me miro cansada, asintió y empezó a buscar en la computadora que tenía al frente. Tenía piel bronceada, se notaba su altura y, además, había algo que la caracterizaba ante todo, sus ojos, verdes brillantes, que me hacían recordar un libro que leí y amo, "Bajo el Cielo Eterno". Cuando me mira devuelta, me dice con voz triste:

- Número 456, suerte- Su última palabra me sorprendió. Nunca me hubiera imaginado que una recepcionista de Hospital me desee suerte. Le mostré una pequeña sonrisa en modo de agradecimiento, y seguí mi camino.

Seguí mi trote por las escaleras y los pasillos hasta chocar con la puerta 456. Era de madera y dura, cuando estaba por abrirla, un doctor la abrió por mi. Era más o menos de 67 años, canoso y con, por su cara, muy cansado. Me regaló una pequeña sonrisa y me dijo, antes de irse:

- Está bien, solo posee heridas físicas, pero se encuentra en reposo- Avisó -. Lamento decirle que tiene que descansar- Y luego se fue. 

Me senté en una de las sillas que había cerca de la puerta 456 y esperé. Me dediqué a mirar a la gente, había una niña llorando y dos adultos tratando de consolarla. Digo tratando ya que eran dos hombres y, no lo estaban logrando. De repente la chica empezó a gritar. Allí decidí actuar.

- Hola- Le dije a la nena, la cual me prestó atención, sin dejar de llorar y gritar. Le sonreí abiertamente y le puse una mano en el hombro -. ¿Qué pasa?

-¡Es que... me tienen que operar de amigtidis!- Dijo la niña. Con amigtidis, supongo que quiso decir amigdalitis. 

- Pero, pensé en positivo- Trate de consolarla, la chica me miro con atención y yo seguí -. Vas a comer mucho helado, vas a ver a los payasos sin tener que pagar y no te tenes que levantar de la cama, además, podes dormir todo lo que quieras- Ella empezó a sonreír, y de repente paro el llanto de la niña. Le sonreí y me levanté, para ver como los chicos de allí me miraban con admiración. 

- Gracias, por eso, Chica Todopoderosa- Me dijo uno de los dos, el rubio, divertido. Yo reí y me fui a sentarme en mi silla devuelta. Luego de unos minutos, me dormí profundamente.

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- ¿Mica? ¡Mica!- Alguien me gritaba desde afuera de mis sueños. Levanté la mano para que entendiera que estaba despierta, y para que ¡no me siga gritando en mi oído!

- ¿Qué pasa?- Pregunte molesta. Me paso el dorso de mis manos por los ojos y pude abrirlos con algo de facilidad. Cuando logré distinguir quién era el gran idiota que me despertó, trato de no gritar de la emoción - ¡¿Fran?!- Me tiré sobre el, mientras solo reía. Fran lo hacía también, y me gustaba. Pensé que se iba a quejar por el dolor -. ¿Estás bien?

- Me duele mucho la cabeza y tengo un corte donde ves una gran banda rodearme la cabeza- Yo solo sonreí mientras el reía, burlándose de mi. 

¿No es el momento de pegarle por burlarse?

De repente, Fran miro detrás mío, y su sonrisa se borró, y miro rápidamente para abajo. Me dí vuelta y vi un hombre alto, con pelo morocho, ojos verdes, musculoso; no parecía muy alegre, estaba mirando a Francisco con unas ganas de querer matarlo. Y luego volví a Francisco, el no pensaba defenderse, estaba mirando para abajo, con la sonrisa desaparecida. 

¿Quién era este hombre? ¿Porqué causaba tal efecto?

- Estaba con Mara, y de repente, me llaman para avisarme que el estúpido de mi hijo chocó- ¿Su hijo? -. ¡¿Vos sos estúpido o estás practicando para las Olimpíadas?! ¡¿Te pensás que tengo todo el día para venir acá a cuidarte, protegerte del mundo exterior?! ¡¡¡No tenés 5 años Franciso!!!- La voz del hombre sonaba fuerte, pero con lentitud, firmeza. Francisco seguía mirando hacia abajo, al suelo, lleno de ira, la cual no podía descargar - ¡No eres un nene que juega con lo autitos chocadores! ¡¡Ya madura!!- Francisco, al final, se paro firmemente y lo miro con dureza. Su padre, el cual era más alto que el hijo, se sorprendió al principio, pero luego pareció tranquilizarse, y comentó:

- No estoy aquí porque te quiero...- Francisco no lo dejó terminar.  

- Entonces no entiendo que haces aquí, porque no se si lo recuerdas que yo te pedí que no me hagas ver la cara de un padre estúpido y cobarde, el cual no soportaba que su hijo tenga razón- El padre de Fran se acercó unos cuantos pasos, amenazantemente- ¿Qué me vas a hacer? ¿Me vas a pegar como el los viejos tiempos? ¡¿Qué vas a hacer Roberto?! ¡¿Me vas a pegar como cuando era niño?! ¡Yo no soy aquel niño de siempre! ¡¡Ya no soy aquel chico que se quedaba callado y quieto!!- El padre de Francisco, Roberto, empezó a caminar lentamente hacia Fran. Quise detenerlo pero alguien me empujó hacia atrás y lo hizo antes. 

- Ya, paren, estamos en un Hospital...- La voz de Simón sonó armoniosa ante los gruñidos de Roberto y Francisco. Cuando el primero decidió marcharse, mencionó:

- Mejor vuelvo con Mara- Una risa amarga hizo que este se diera vuelta y mirara fijamente a su hijo. 

- ¿Es otra de tus perras? ¿Estás seguro que ese es su nombre?- Roberto dio grandes pasos hacia su hijo y levantó su mano, pero cuando vio la mirada desafiante de Francisco, no pudo avanzar. Bajo la mano suavemente y sonrió. Luego, reaccionó y salio corriendo de la Habitación. 

Francisco, quien estaba en shock, miro a Simón y sonrió. Mi hermano, con la mayor sonrisa en el mundo mundial, abrazó a Fran. Un abrazó de hombres, esos que se palmean la espalda fuertemente. Una vez lo intenté, me quebré (no literalmente, tranquilos). 

Cuando se soltaron, años más tarde, a Francisco lo llamó el doctor hacia adentro de la habitación. Pero por suerte, nos dejaron entrar con el. 

En ella, el doctor, uno más joven y lindo, muy lindo, lo retó por la pelea de recién. Francisco asintió mientras yo le daba la razón al médico. 

- Hey, deja de mirarlo ya- Dijo Francisco, mientras el y Simón me miraba con cara de desapruebo. 

-Perdón-Dije, mientras me reí bajito. Pero luego me acordé y mire a mi... a mi, no se que, seriamente y pregunte con rigor.

-¿Cómo mierda chocaste?- El rió y empezó a contar la más ridícula manera de chocar que he oído en mi vida. 


La Hermana de mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora