Capítulo 1

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Su rostro no se ve con claridad, su voz se escucha a lo lejos aunque lo tenga sólo a centímetros, mientras mi cabeza está en su pecho escucho su corazón latir, late tan fuerte como el mío. ¿En dónde estamos? No lo sé, pero estoy segura de que no quiero irme. Me siento realmente bien aquí.

A mi al rededor sólo hay oscuridad, las estrellas son las únicas que nos iluminan. No hay nadie más que él, con quien estoy desde que llegue, al inicio fue extraño pero con el tiempo me acostumbré no hablamos mucho aunque cuando estoy a su lado me siento bien, es como si lo conociera.

–¿Cuándo me dirás tu nombre? – pregunto.

–Cuando me digas el tuyo.

–Sabes que no lo sé, no puedo recordarlo. Pero me gustaría saber el tuyo.

–Tranquila pequeña, todo a su tiempo – dijo mientras su voz se alejaba poco a poco.

Y en cuestión de segundos desapareció, me preocupé nunca se iba sin despedirse. ¡Oh por Dios! Todo está cambiando a mí al rededor. Aunque no pueda verlo lo siento, esto nunca ha ocurrido, el miedo se hace presente, mi cuerpo no responde, grito y mis intentos son fallidos.

De un momento a otro me desmayo...

Poco a poco abro los ojos estos me resultan muy pesados al igual que el cuerpo. Es como si hubiese dormido por un largo tiempo, miro a mi alrededor y por fin hay luz, me encuentro en una cama y a mi izquierda está una ventana en donde se ve un hermoso patio, hay un televisor en la parte de arriba, y un pequeño sillón a mi derecha.

Esto me es nuevo, reconozco los objetos pero el lugar donde estuve nunca pude observarlos. Se escuchan voces acercándose y alguien abre la puerta de la habitación.

–¡Hija has despertado!

Una señora me mira con alegría y abraza. Yo permanezco quieta, no sé que decir o que pensar así que sólo deje que las palabras fluyeran.

–¿Quién eres?

–Hija ¿No me recuerdas?

–No puedo recordar nada, ni mi nombre. ¿En dónde estoy?

–Estuviste en coma es normal, ahora solo hay que verificar que la pérdida de memoria no sea permanente – dice un hombre de bata blanca quien al parecer es el doctor.

–Doctor ¿cuándo podrá regresar a casa?

–Primero le haremos unos analices pero máximo en tres días podrá ser dada de alta.

Observó la plática entre estas dos personas a las que pareciera que le soy invisible. Mil preguntas rondan mi mente y ninguna de ellas tiene respuesta.

–Feliz regreso a la vida Alice – dice el doctor antes de cerrar la puerta e irse.

–¿A caso estuve muerta? – pregunto a quien parece ser mi madre.

–Hija lo dijo porque has despertado después de año y medio, es como si volvieras a nacer.

–¿Podrías hablarme un poco sobre quién soy? Todo esto me parece difícil.

–Si claro, antes que nada quiero que sepas que soy tu madre y puedes confiar en mí.

Pasamos un buen rato hablando sobre todo en general, mi padre se llama Leonardo, ella es Claudia mi madre, mi nombre como ya lo dijo el doctor es Alice, soy hija única, tengo 19 años y pronto tendré 20. Soy una chica dedicada, inteligente y muy soñadora o al menos es así es como me definió mi madre. La comunicación con mis padres a como me ha dicho es muy buena, los domingos la pasamos en familia y vacaciones salimos de viaje. Hasta este punto todo me suena lindo pero no todo tiene que ser de color rosa.

–Madre, ¿siempre hemos sido una familia feliz?

–No hija, hemos pasado por malos momentos como todos, pero sabemos salir adelante.

–Y hablando sobre mi ¿siempre he sido una buena hija o he sido rebelde?

–Aunque pueda parecer imposible siempre has sido una chica amable, respetuosa, te graduaste siendo la mejor en tu generación, nunca nos has causado un problema. Hemos tenido discusiones pero son cosas sin importancia.

Nunca me imaginé ser una chica así, pero porque habría de desconfiar de mi madre si es la persona que me vio crecer. Ahora se han aclarado muchas cosas, pero aún tengo una pregunta más por hacer.

–Madre, ¿qué fue lo que me provocó el estado de coma?

–Un accidente automovilístico, ibas de viaje con tu novio y un auto se impactó contra el suyo.

–¿Novio? – pregunté confundida.

–Sí, él ha estado aquí todo este tiempo esperando a que despiertes, es un buen chico hija, en cuanto llegue le explicaré lo que ha ocurrido y estoy segura que entenderá y será paciente.

Esto sin duda me toma por sorpresa, no espere tener novio y si así lo es, no entiendo por que esperar tanto tiempo por mí. No quiero ser grosera, pero no creo seguir manteniendo esta relación, no le conozco, bueno en realidad en estos momentos no conozco a nadie, ni incluso a mi mima. De lo que si estoy segura es que debe ser un buen chico ya que ha sabido esperar, así que tampoco le dejaré, lo único que puedo hacer es ofrecerle mi amistad y ya veremos que sucede después.

Se abre la puerta y aparece un joven alto, cabello castaño, ojos cafés oscuros y una mirada penetrante.

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J'espère que tu aimes:)

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