Capítulo 4

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–Oh vaya gracias por el cumplido – dice Edgar.

Después de aquel incómodo momento pasamos al comedor.

Durante la comida hablamos sobre planes para el fin de semana, Edgar propuso ir al cine todos en "familia" según él así lo dijo, mi madre pensó en ir al campo y mi padre propuso quedarnos en casa viendo películas y comiendo pizza. Sin duda me agradó la idea de mi padre.

–Hija, ahora tu decides – dijo mi madre – ¿Cuál propuesta te agrada más?

–La verdad es que las tres me gustaron pero sin duda me agradó más la de mi padre.

–Como en los viejos tiempos hija, siempre de mi lado – dice mi padre.

Mi madre rodo los ojos y yo sonreí ante ello.

–Disculpen pero ya debo irme – dice Edgar levantándose de la silla.

–¿Tan pronto hijo? – pregunta mi madre.

–Si, es que mi madre ha enviado un mensaje; quiere que pase por mi hermano a la guardería.

–Está bien hijo, ya sabes que aquí tienes tu casa y puedes venir cuando gustes.

–Gracias señora, bueno me voy.

Se acerca y me da un beso en la mejilla antes de irse.

–Ese chico nunca me agradó del todo – dice mi padre.

–Leonardo no empieces por favor – dice mi madre.

–¿Por qué nunca te agrado? – pregunto.

–No lo sé, sólo no me da buena espina aunque bueno hasta ahora ha sido un buen chico.

–Hija no le hagas caso, tu padre sólo está siendo dramático, como siempre.

–Ay perdóneme usted señora sobreprotectora 24/7 – dice mi padre.

–Leonardo no empieces que luego no te aguantas.

Y ahí estaba yo observando ese bello y gracioso momento. Después de un rato los tres terminamos riendo.

-Por la noche mi madre sacó un álbum de fotos, y junto con mi padre vimos cada una de ellas, me contaron anécdotas de cuando era pequeña, al parecer era muy inquieta y cometía muchas travesuras.

-Tengo una anécdota más, es mi favorita estoy seguro que morirás de risa - dice mi padre.

-Adelante habla - sin que empezará a contarla ya me estaba riendo.

-Bueno pues un día tú, tus primos y yo salimos al parque que estaba a unas cuadras de nuestra antigua casa, tu madre se quedó cocinando, pero mientras estaba lista la comida optamos por salir, en ese entonces tenías 9 años, en el camino ya casi llegando dijiste que tenías ganas de ir al baño, yo te pregunté si podrías aguantar un poco ya que si regresábamos tu madre no nos dejaría salir, me dijiste que si aguantarías.

-Dios mío ya me imagino el final - dije mientras me controlaba la risa.

-Es mejor aún te lo aseguro - dijo y prosiguió - Bueno cuando llegamos corriste a la resbaladilla con tus primos, al parecer tus ganas de ir al baño habían disminuido. Una vez ya en la resbaladilla intentabas subirla de abajo hacia arriba, pero en la parte de arriba estaba uno de tus primos, ya casi cuando estabas hasta arriba tu primo dijo algo que te hizo reír demasiado, te soltaste y mientras bajabas ibas dejando una línea de pipi por toda la resbaladilla. Yo no podía aguantar la risa y tus primos igual, entonces ahí mismo ese día nos hiciste jurar que no diríamos a nadie ese "pequeño" accidente - terminó diciendo mi padre.

Yo no podía aguantarme la risa y mi madre ni que decir estaba igual que yo. Vaya que si desde pequeña las desgracias me acompañaban.

-Oye padre y porque lo dices si se supone que juraste no hacerlo - dije mientras recuperaba el aliento después de tanto reír.

-Disculpa querida pero es que debía sacarlo, no podía irme a la tumba con ello.

-Ahora entiendo porque desde ese día odiabas ir a los parques - dice mi madre riendo.

-Creo que me traume - dije sonriendo.

Después de un rato de risas seguimos viendo las fotos, al parecer tenía de mascota un pececito llamado "Cat" cuando mi madre dijo el nombre sonreí, le pregunté quien le había puesto el nombre y dijo que yo misma fui, al igual que tenía un gatito llamado "Tito el Bambino" con eso sí ya no pude más y solté una carcajada. Mi creatividad andaba por los cielos.

-Oye y ¿qué pasó con ellos? - pregunté.

Los dos cruzaron miradas y se les escapó una sonrisa. Hasta que mi madre hablo.

-Un día tu pez desapareció, tu padre y yo teníamos fuertes sospechas de que Tito tuvo algo que ver, en pocas palabras creímos que el se lo comió.

-Oh por dios ¿en serio?

-Si hija, Tito era un asesino.

-Y ¿qué pasó con él?

-Pues cuando te enteraste lo botaste a la calle, decías que ya no lo querías, pero ese mismo día ya lo tenías de vuelta en casa. Al final Tito murió siendo aplastado por un auto.

-Que triste suceso - dije.

-Si te contáramos todo no terminaríamos ahorita - dijo mi padre.

-Bueno ya a dormir, mañana tu padre tiene que trabajar y tú debes descansar hija - dijo mi madre.

-Vaya que se nos hizo tarde, otro día seguimos querida, ve a dormir - dijo mi padre mientras me da un beso en la frente como días anteriores lo había hecho.

Y así fue como otro día más estaba terminando, mi madre me dio un beso en la mejilla y me fui a mi habitación. Me duche ya que sentía mucha calor, al salir de la bañera me senté en la silla que está en frente del escritorio, abrí la laptop ya que me interese en saber si tenía algunas fotos o algo que me pudiese hacer recordar aunque fuera mínimo.

Ingrese a mis redes sociales ya que estas estaban abiertas, leí unas cuantas conversaciones e incluso mande mensajes a unas de ellas. Todo marchaba bien, sin duda era una chica agradable y con un gran humor ya que las conversaciones el 98% eran graciosas. Entonces después de un rato de ver mis antiguas fotos en las redes sociales, decidí checar la carpeta de fotos y encontré un sinfín de fotos con mi familia y amigos, al igual que una carpeta con el título de "memes" su contenido era de más de 300 fotos, me pase un buen rato viendo dichas fotos y riendo a más no poder tenía de todo un poco. Al checar la hora me percaté de que era muy tarde así que ya era hora de dormir antes de que mi madre se diera cuenta que aún sigo despierta.

Antes de cerrar la laptop me llegó una notificación del calendario, era un recordatorio y tenía por nombre LDM.

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