Capítulo 9

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El fin de semana había terminado, desperté con un clima cálido, el Sol no hacía presencia alguna, el aire entraba por la venta que minutos antes me había levantado abrir. Es un día hermoso.

Anoche de nuevo platique hasta tarde con Abril, pero al parecer la que se durmió fue ella ya que no me respondió el último mensaje. La espere un rato por si se conectaba pero no lo hizo, así que sólo cerré la laptop y me dispuse a dormir.

Esta vez ansiaba soñar con él, pero de nuevo no pude verle. Empiezo a creer que ya no nunca podré estar con él, pero no puedo hacer nada para que eso cambie. Sólo me queda aceptarlo y tratar de superarlo. Hasta ahora no he podido hablar con nadie sobre él, y es que no he encontrado a la persona indicada para decirle y que no me tome a loca. Espero realmente encontrar a alguien. Pero mientras eso ocurre tendré que seguir sola con esto.

Me levanto, enciendo la laptop para ver si tengo un mensaje de Abril, pero no es así, al inicio me preocupé pero vi la hora y aún es temprano así que imaginé que está durmiendo.

Durante el desayuno mi madre me dijo si la quería acompañar a comprar algunas cosas que hacían falta en la despensa y accedí. Sugerí caminar pero dijo que estaba lejos el supermercado así que nos fuimos en el auto.

Tome un abrigo antes de ir ya que el aire se hacía más fresco.

Al llegar había demasiada gente y eso que era inicio de semana. No podía estar entre tanta gente así que le dije a mi mamá que la esperaría en el auto. Y me sorprendió que aceptará, creo que si se está esforzando en cambiar y eso me alegra.

Por la ventana del auto veía a la gente caminar de un lado a otro, algunas entraban y otras salían.

Y entonces de nuevo esa chica, llevaba la misma ropa que hace unos días, sólo que ahora traía consigo una chamarra negra, y de nuevo no pude verle el rostro, caminaba hacia la parte de atrás del supermercado. Y algo dentro de mí me decía que fuera hacia ella, no sé que rayos está pasando pero realmente siento que debo ir y hablarle. Trato de dejar de pensar en ello de eliminar ese presentimiento pero me fue imposible y cuando me percaté ya estaba fuera del auto en busca de ella.

Camine a toda prisa para ver si la alcanzaba o al menos verla por donde se fue ya que desapareció de mi vista y no tenía idea de donde podría estar.

Llegué hasta la parte de atrás y no encontré nada más que una pared y algunos botes de basura. Había desaparecido, de nuevo.

Trato de entender o de hallar una explicación a esto, las dos veces que la he visto desaparece así de la nada. Pero no encuentro una explicación lógica. Después de unos minutos regrese de nuevo al auto.

En el transcurso a casa no me aleje de la ventana, no podía dejar de admirar el hermoso día, las calles estaban vacías pero se veía acogedor, tranquilo. Entonces se me ha ocurrido algo para no pasar por desapercibida este magnífico día.

–Madre, ¿me dejarías ir al parque a caminar un poco?

–Sí, claro sólo ten cuidado. ¿Ya te sabes el camino a casa?

–Si, además no creo demorar mucho, sólo es para respirar un poco de aire fresco.

–De acuerdo entonces puedes ir, pero primero llegamos a casa y me ayudas a bajar las bolsas.

–Está bien y gracias.

Me gusta más está versión de mi madre. En cuanto llegamos a casa le ayude con las bolsas, fui a mi habitación y me duche, el abrigo me había dado calor, así que me refresque un poco.

Al despedirme de mi madre me dijo que si no llevaría abrigo y le dije que no. Bastaba con lo que llevaba puesto, que es unos jeans azules, unos zapatos del mismo color muy acogedores y una camisa de cuadros manga larga.

El camino al parque fue tranquilo, está vez las calles no estaban tan solas, los autos pasaban unos más rápidos que otros, las personas iban y venían.

En cuanto llegue al parque me percaté de que no había mucha gente, este estaba casi vacío, la gente sólo estaba de paso. No me lo esperaba de tal forma pero debo admitir que me gusta más así.

Por un buen rato camine sin rumbo fijo, tan sólo iba apreciando cada pequeño detalle del parque. Las hojas de los árboles iban cayendo, el cielo estaba nublado y está vez se veía con probabilidades de llover. Justo en este momento me arrepiento de haber dejado mi abrigo, me estaba dando frío. Me senté en una banca y está estaba totalmente fría, estuve pensando por un momento sobre todo y nada.

Una gota cae sobre y está hace que salga de mis pensamientos, miro el cielo y está a punto de soltarse a llover, me levanto y veo a mi alrededor, no reconozco nada, no recuerdo cómo es que he llegado hasta aquí. Comienzo a desesperarme, no sé en donde estoy nunca había llegado hasta esta parte del parque.

Doy un par de pasos en busca de alguien que pueda ayudarme pero no hay nadie. Esto se está poniendo cada vez peor, las gotas comienzan a ser más constantes y el frío ni que se diga.

Se suelta una lluvia incontrolable, corro en busca de encontrar un lugar donde pueda estar mientras la lluvia se calma pero no logró ver nada con claridad, la lluvia hace que el camino no sea demasiado visible.

Me detengo para recuperar el aliento y de nuevo corro, todo está borroso y no veo que hay un charco de lodo a unos metros, me resbalo y caigo.

Cuando disponía a pararme observo que alguien se acerca con un paraguas, se detiene justo frente a mí, me cubre con el, aún seguía en el piso tirada y sólo pude verle los jeans mojados y los tenis llenos de lodo. Me brinda la mano para ayudarme a parar y se la tomo, alzó la mirada y puedo verle el rostro, tardo unos segundos observándole, ojos cafés, cabello castaño y por la descripción antes dada pude saber que era ella.

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