Capítulo 20

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–¿Es en serio? – pregunto – Pensé que me dirías otra cosa.

–Lamento decepcionarte pero mis tripas están rugiendo

–Está bien deja que vaya por comida a la cocina

–Trae comida para dos y colócalo en una lonchera, por fa – dice en voz baja antes de que salga por la puerta.

Voy hacía la cocina, tomo lo que pueda y regreso a la habitación, por suerte mi madre está en su cuarto y no me ha visto.

–¿Para qué quieres comida para dos? – pregunto entrando.

–Saldremos esta noche de excursión

–¿Qué? – pregunto confusa.

–Saldremos esta noche de excursión, creo que tienes problemas al oír, deberías checarlo.

–Si te escuche bien, solo que no sé cómo piensas que me van a dar permiso de salir, es de noche, apuradamente mi madre me deja salir en el día.

–¿Quién hablo de pedir permiso?

–Oh espera, ¿quieres que salga a escondidas de mis padres? Abril desapareciste por días y ahora vienes para llevarme de excursión, no creo poder hacerlo.

–Vamos Alice, entenderás porque desaparecí, te explicaré sobre el significado de LDM. Te mostraré lugares bonitos. Va hacer divertido ya lo verás – junta sus manos, en forma de súplica, alza las cejas y enmarca una sonrisa – Di que sí, anda, anda.

Su expresión es graciosa, parece una niña pequeña.

–De acuerdo, está bien, espero no arrepentirme de esto.

–No te arrepentirás te lo aseguro – dice con confianza.

Espere a que mi padre llegara, se despidió como siempre lo hace y se fue.

–Ya puedes salir – le digo a Abril que está debajo de la cama.

–¿Lista, para tener una de tus mejores noches?

Sale debajo de la cama, abre la mochila para asegurarse de que todo esté dentro y se la vuelve a poner.

–Vamos antes de que me arrepienta.

–La carrosa nos espera afuera – dice mientras sale por la ventana.

–Ahora me dirás que tienes auto.

–Pues no exactamente pero se le aproxima, ¿puedes salir o te ayudo? – dice del otro lado de la ventana.

–Sí puedo tranquila, no es que sea muy complicado – digo mientras salgo – Ahora si puedes iluminarme con tu carrosa por favor.

–Oh espera, espera, voy por ella cúbrete los ojos.

Hago caso y me cubro los ojos, escucho como corre y en menos de un minuto se escuchan sus pasos acercarse.

–¿Ya puedo descubrirme los ojos?

–A la cuenta de una, dos y – extiende esta última letra – Tres, ya puedes ver.

Me encuentro con una bicicleta, el color es azul como las nubes, trae una canasta en la parte delantera, se ve bien.

–Muy linda tu carrosa – digo aun observándola.

–Si que lo es, ven súbete.

Me siento en la parte trasera y le tomo de la cintura.

–No, no de la cintura no, soy muy cosquilluda y no quieres que me desconcentre y salgamos rodando por ahí. Mira – tomo mis manos y las puso en su hombro – sostente de aquí.

Y fue así como comenzó la excursión. El aire golpea mi rostro, esta algo frio. Lo bueno que traigo la chamarra. De lo contrario ya estaría temblando.

Las calles están muy solitarias, el cielo está despejado, no hay una sola estrella. Abril no dice una sola palabra, pasamos por el parque que apenas y puede reconocerse, hay pocas lámparas que lo iluminan.

Pasamos por un bache y este hace que mi cuerpo se impulse hacía adelante y quede justo a lado del de Abril, no me alejo, permanezco de esa forma después del bache.

–¿Estas cómoda? – pregunta con el rostro de frente viendo el camino.

–Pues no mucho pero si, al menos así puedo poner mi rostro detrás de tu espalda y agarrarlo como escudo, del aire frio.

Puedo ver como enmarca una sonrisa y sigue pedaleando.

Llegamos a lo parece ser una pequeña laguna y se detiene para que caminemos, algo raro es que aquí hay más iluminación que en el parque, hay un pequeño parque con juegos infantiles, resbaladillas, columpios etcétera, justo en el centro de la laguna hay un camino que conecta a un muelle. Caminamos hasta llegar a este.

–Aquí solíamos encontrarnos, cuando discutías con tus padres o solo cuando querías alejarte de todos, antes este lugar estaba desierto, eran pocas las personas que pasaban por aquí ya que no tenía mucha seguridad y había una alta probabilidad de que te robaran, con el tiempo implementaron mejorarlo, colocaron los juegos infantiles y también esas enormes lámparas.

–¿Era como nuestro lugar secreto? – pregunto.

–Pues podríamos decir que si, sabes, creo que extraño más como estaba antes, le daba cierto toque misterioso y me gusta eso. Ahora aquí se llena de ambulantes y hay muchas personas de un lado a otro. Yo prefiero lo solitario, como ahorita.

–Se ve tranquilo.

Se ve realmente tranquilo, no hay muchas personas y eso tal vez se deba a la hora que es. Después de dar la vuelta a la laguna nos pusimos en camino, me gustaría saber si iremos a un lugar fijo, pero no me da respuestas concretas solo dice que sea paciente.

Las calles siguen igual de solitarias avanzamos un par de cuadras hasta que poco a poco Abril va disminuyendo la velocidad de nuevo y se detiene a lado de un enorme árbol, este se encuentra en un terreno vacío, no hay nadie, es solo tierra y ese enorme árbol que está en una de las esquinas.

–Aquí fue donde nos conocimos, recuerdo que yo iba de regreso a casa y escuche que alguien lloraba, me detuve un momento y te vi, estabas sentada justo debajo de este árbol, tenías la mochila sobre tu rostro creo que intentabas cubrirte con este. Dude si debía acercarme ya que eras una completa desconocida para mí y yo no era ese tipo de personas que le importara mucho los demás, pero después de unos minutos de pensarlo me acerque, pregunte si estabas bien – sonríe – algo estúpido ya que era más que evidente que no lo estabas. Alzaste la mirada y te reconocí, en ocasiones pasábamos cerca una de la otra en la preparatoria o a veces te veía pasar por la calle pero no nos hablábamos. Recuerdo que tu respuesta fue: "déjame sola, vete" así que me fui.

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