Alice Gossio:
No puedo recordar nada. ¿De dónde me conoces?
Abril Mtz:
Oh perdón no lo sabía, te conozco de la prepa fuimos amigas hasta que sucedió lo del accidente.
¿Debería creerle? Edgar no me hablo de ella, esto esta confuso.
Alice Gossio:
No me lo tomes a mal, pero nadie me ha hablado de ti. Me es difícil creerte.
Abril Mtz:
Eso es normal, no era mucho de su agrado. No me sorprende que no te hayan hablado de mí.
Alice Gossio:
¿Por qué no serías de su agrado?
Abril Mtz:
Creo que me juzgaron mal por mi aspecto, al parecer me tomaron como una pandillera o algo así. Bueno para ser franca tu madre fue a quien no le agrade, tu padre me trato bien.
Alice Gossio:
Mi madre no es así, disculpa pero no puedo seguir hablando con alguien a quien no conozco.
Si, me moleste. Como se atreve a hablar así de mi madre, ella es una buena persona un poco especial pero no es de las que juzgue a alguien por su apariencia. Cerré la laptop y me dispuse a dormir. Vaya noche la que he tenido.
A la mañana siguiente al despertar cheque si tenía un mensaje de ella pero no había enviado nada. Sólo leyó el mensaje. Que chica tan rara.
El fin de semana llego rápido, los días anteriores sólo estuve en casa y si salía era con mi madre, eso ya está empezando a molestarme un poco, no me deja hacer las cosas por mí misma. Pero bueno hoy tengo la esperanza de que sea un buen día.
–Buenos días hija, ¿puedo pasar? – pregunta mi padre desde la puerta de mi habitación.
–Claro, adelante.
–Sabes, te he notado estos días algo rara, tu madre me ha dicho que casi no sales de la habitación, ¿qué ocurre?
–No quiero ser grosera pero es que mi madre no me deja hacer nada, quiero ayudarla en algo o salir yo sola y no me deja porque teme a que me suceda algo.
–Te entiendo, tu madre no siempre ha sido así pero después del accidente se volvió más sobreprotectora.
–Si puedo entender eso, quiere mi bien pero siento que me asfixia.
–Hablare con ella ¿te parece?
–De acuerdo, gracias.
–Bien, ahora levántate que el desayuno ya está listo.
–En un momento bajo.
Después del desayuno Edgar llegó pero no solo, trajo contigo a un niño este es prácticamente una mini versión de él.
–Holaaa – dijo con alegría el pequeñín moviendo la mano de un lado a otro.
–Hola señores, hola Alice, disculpen pero traje a mi hermano es que mi madre hoy tiene turno todo el día y debo cuidar de él.
–No te preocupes hijo y bien, ¿Cómo estas jovencito? – dice mi madre dirigiéndose al pequeño.
–Muy bien, no soy un niño inquieto así que no les daré ningún problema – dice con una gran sonrisa.
–Sebas ¿me recuerdas? – dijo mi padre.
–¡Siii! – dice con emoción – cuando fuiste a mi casa jugamos.
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INEFABLE
Teen FictionAlice ha estado en coma por año y medio. Al despertar sufre una pérdida de memoria permanente. Le resulta difícil está situación pero aún más difícil es no poder identificar a la persona con la que estuvo en sus sueños durante ese largo tiempo, esa...