Capítulo 31

20 15 0
                                    

–Creo que te estás confundiendo Edgar – dice mi madre mientras lo ve directamente. Este solo baja la cabeza.

–Eh, sí creo que si me confundí, disculpa.

¿Cuándo alguien podrá decirme la verdad?

No dije nada, para no hacer crecer la tensión y crear una discusión. Pero hablaré más tarde de esto con Edgar.

–Muy bien ya puede ir a casa señor Leonardo, recuerde que debe descansar, cualquier problema que tenga me lo hace saber. En una semana lo espero para hacerle un último chequeo.

Y es así como ya vamos de regreso a casa, mi padre no para de hablar, a pesar de todo sigue siendo tan feliz como siempre. Lo quiero demasiado.

–Edgar gracias por apoyar a mi familia, por estar aquí con nosotros. Alice me ha dicho que te has quedado las dos noches en el hospital y lo mínimo que puedo hacer es agradecerte.

–De nada señor, ustedes son como mi familia y entre familia nos apoyamos.

Llegamos a casa, comimos y pasamos unos ratos juntos. Edgar se acaba de ir, dijo que estaría viniendo. Ya casi es de noche, estoy con mi padre en su habitación, es algo extraño ya que nunca me había metido a esta. Es más grande que la mía, tiene una mesita a lado de la cama y ahí se encuentra una foto de nosotros.

–¿Dónde estábamos aquí? – pregunto.

–Fue nuestro último viaje juntos, es la hacienda Santa María Regla o algo así no recuerdo bien, elegiste ese lugar por la historia que había detrás de este. Era un lugar muy tranquilo. La pasamos muy bien.

–Se ve bonito, espero un día volvamos a ir. Me gustaría conocerlo.

–Iremos si así quieres, solo deja que este bien y podremos ir para que lo conozcas, te va a encantar.

–Gracias. Bueno ya me iré para que descanses – en esta ocasión soy yo la que le da el beso en la frente.

–Igual descansa tú.

Llego a la habitación y me dispongo a enviarle un mensaje a Abril para avisarle que estoy de regreso en casa.

Alice Gossio:

(6:20 pm)

¡Hola Abril! Estoy de regreso en casa pero esta vez ya con mi padre. Le han dado de alta, ya está mejor.

Abril Mtz:

¡Holaaa! Te extrañé mucho. Me alegro que las cosas estén bien.

Pasamos el resto del día hablando de todo lo que ha pasado en estos últimos días, por su parte dice que no hizo nada interesante, no sé porque no me sorprendo.

Abril Mtz:

¿Hacemos videollamada?

Alice Gossio:

Me parece buena idea.

–Pero mira que bien te ves con esas ojeras – dice burlándose.

–¡Callaaa! Según yo si dormía bien, pero creo no, se me ven horribles.

–No se te ven tan mal, sigues siendo hermosa.

En ese momento me puse súper roja.

–Gracias, oye una pregunta.

–Dígame señorita.

–¿Ya me habías dado antes la pulsera? Hoy mi madre la vio y pregunto qué de dónde la saque, luego Edgar dijo que se aprecia a la que traía antes. Es por eso que pregunto.

–Sí, antes ya te la había dado pero se perdió durante el accidente, la busque y la encontré por eso es que te la di de nuevo.

–Oh ya entiendo.

Seguimos hablando hasta que ambas quedamos dormidas. Por primera vez ella fue la primera en dormir y se veía muy tierna aunque fuera a través de una pantalla.

Despierto y lo primero que veo no son los rayos del sol en mi rostro sino una nota en la ventana, me levanto y la tomo.

¡Feliz cumpleaños Alice! ¿Podría verte hoy en el puente? Ahí estaré a la hora que gustes ir, no te preocupes si no puedes. Y bueno espero tengas un excelente día.

Te quiero mucho c:

Pd: en la parte de atrás dibuje un pequeño mapa de cómo llegar. Digo para que no te pierdas.

Y si, al reverso de la nota esta dibujado un mapa, claro que iré.

Los días pasaron muy rápido había olvidado que hoy es mi cumpleaños.

–¡Estás son las mañanitas que cantaba el rey David hoy por ser tu cumpleaños te las cantamos a ti! – cantan mientras entran a la habitación mis padres con un pastel – ¡Feliz cumpleaños hija!

Me abraza primero mi madre mientras mi padre sostiene el pastel y luego lo hace él.

–Pide un deseo y sopla las velas cariño – dice mi padre.

Pienso en cualquier cosa y las soplo. De nuevo estos me abrazan y dicen cuanto me quieren.

–Oh cierto lo olvidaba – dice mi madre y sale de la habitación para después llegar con una pequeña caja – Este es tu regalo, ábrelo.

Lo abro y es un teléfono. Me gusta.

–Es para estar comunicadas, ya vez lo que paso ese día que fuiste al parque. Espero te guste.

–Gracias madre, me gusta. ¿Antes ya había tenido un teléfono?

–Sí, pero quedó destrozado en el accidente.

–Oh que mal.

Más tarde Edgar vino con su hermano y me regalaron una bonita cadena, la pasamos bien, encargamos pizza y vimos unas películas, Edgar se acaba de ir con su hermano, le he dicho a mi padre que fuera a descansar ha estado desde la mañana conmigo y aunque dice que se siente ya mejor debe descansar. Día con día lo veo mejor y eso me alegra.

–Madre voy a salir un rato al parque, llevo la cámara para ver si puedo tomar algunas fotografías, en un rato regreso.

–De acuerdo pero no olvides llevar el teléfono, cualquier cosa me marcas, he agregado mi número en los contactos.

–Vale, adiós.

Tomo la nota y sigo el mapa dibujado por Abril, traigo la cámara conmigo porque quiero aprovechar la vista desde el puente y sacar una bonita foto, además de que aprovecho para así tomarle unas cuantas fotos a Abril.

Llego y veo a Abril que está en el barandal. Al verme se aproxima corriendo hacía mí.

–¡Hey holaa! Pensé que no vendrías – dice mientras me abraza.

–No te iba a dejar esperándome.

–Disculpa que no haya podido traerte algo.

–No te preocupes Abril, por cierto he traído mi cámara para aprovechar la bonita vista y para sacarte unas fotografías, así que prepárate porque hoy serás mi modelo.

–Estas mal si piensas que dejaré tomarme fotos.

INEFABLE  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora