Capítulo 38

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Leo la nota y de nuevo me invaden estas ganas de querer llorar. Aún no creo que Abril este muerta, yo estuve con ella, no pudo ser solo producto de mi mente.

Regreso a terminar de meter las cosas a la caja, saco una de las cartas y me dispongo a leerla.

Hola cariño, hoy no es 14 de febrero ni mucho menos un día especial, hoy es un día común y corriente. He decidido escribirte sobre lo feliz que soy de tenerte a mi lado.

Como ya lo sabes mi vida antes de ti era insignificante, no tenía sentido alguno pero bueno llegaste tú y cambiaste ello, hiciste que viera el mundo desde otra perspectiva, me mostraste el lado bueno de este.

Sabes, siento que nosotras encajamos perfecto y no porque tengamos los mismo gustos ya que somos polos opuestos sino porque compartimos nuestros gustos, haces que ame cosas que antes no tenía significado. Y de mi parte yo te doy esa adrenalina que le hace falta a tu vida.

Alice, cariño, no tienes ni la más mínima idea de cuánto te quiero, de lo mucho que significas para mí, eres esa razón por la que despierto cada mañana con una sonrisa (sé que tal vez te estés riendo por lo cursi que estoy siendo pero no me importa) te amo con todo mi corazón y así pasen miles de años lo seguiré haciendo, hoy, mañana y siempre.

¿Por qué tuvo que morir? Ella no se lo merecía, ella merecía vivir y estar conmigo. Guardo la carta y veo algunas notas, entre estas encontré una que se me hizo muy conocida, es justo la que había dejado la primera vez que se quedó a dormir.

¿Cómo es que si ella está muerta encuentro sus notas aquí? Están justo como ella me las dejaba. La flor si esta algo maltratada ya que se encontraba en el fondo de las cartas y notas, pero es la misma flor que ella me dio con ese nombre raro. ¿Qué explicación hay para eso? A lado de la flor esta la nota que ella me dejo aquel día, "Una flor especial para alguien especial."

Abril te necesito tanto, necesito verte, ver esa sonrisa que tanto me gusta, ver esos hermosos ojos. Necesito que estés aquí conmigo y que nunca te vayas. Te necesito.

Me acuesto por un momento y trato de pensar con claridad, pasan por mi mente invariables cosas, recuerdos y en todos esta ella, con ella he tenido mis mejores momentos, mis mejores días, mis mejores madrugadas. ¡Claro! Aún tengo nuestros mensajes.

Saco mi teléfono e ingreso a la red social, ahí tienen que estar todas nuestras conversaciones, deben estar registradas nuestras videollamadas. Todo debe estar ahí. Espero unos segundos mientras entro a la red social. Voy directo a nuestra conversación y no la encuentro, le he enviado mensajes en la mañana, solo he hablado con ella hoy debe aparecer en primera fila. Decido buscarla entre mis amigos y me dice que ella no está agregada, ingreso a su perfil y no hay nada relevante, hay publicaciones pero son de hace casi dos años.

Esto debe ser un error, tal vez sea porque el teléfono es nuevo. Me levanto a tomar la laptop e ingreso a la red social y como era de esperarse tampoco hay nada. Es como si nunca hubiera hablado con ella, me dirijo a ver el historial de videollamadas y está vacío. Voy por mi cámara, ahí tengo las fotos que nos tomamos. Observo y no hay ninguna foto.

Todo ha desaparecido, tal vez todo lo que pase con ella no fue real.

Me acuesto y sin poder percatarme me quedo dormida.

Despierto por el fuerte aire que entra por la ventana, el día sigue igual que ayer. Justo en estos momentos desearía pensar que todo lo que pase ayer fue solo un mal sueño, que Abril está viva, que sigue conmigo, pero no es así.

Tomo el teléfono y le marco a Edgar.

–Eh si, ¿bueno?

–Oh disculpa, ¿te he despertado?

–No te preocupes, dime ¿qué pasa?

–Necesito hablar contigo, ¿te parece si te veo a las 4 pm?

–Está bien, a las 4 pm estaré en tu casa.

–No, no, ¿podríamos vernos en el parque?

–Sí, claro, ahí estaré.

–De acuerdo, hasta al rato.

Recogí todo el desastre que tenía en mi habitación y me duche. No saldré de la habitación hasta que sean las 4, no quiero ver a mi madre y tener que discutir de nuevo.

–Cariño, ¿puedo pasar? – pregunta mi padre.

–Sí, claro.

Observo que trae comida y le ayudo.

–Sé que no vas a salir a comer así que te he traído algo. Debes alimentarte bien.

–Gracias padre pero no tengo hambre, con todo esto lo último que quiero es comer.

–Haz un intento, no puedes estar sin comer, te vas a enfermar.

–Está bien padre.

–¿Qué vas hacer hoy?

–Hablaré con Edgar sobre lo que le dijo Abril. Además necesito salir, estar aquí me deprime un poco.

–Me parece bien que hablen y que salgas, debes despejar un poco tu mente cariño, distraerte.

–Pues a ver cómo me va. Estoy ansiosa por saber que me dirá Edgar.

Ya es hora de que Edgar este en el parque, llegue hace 20 minutos y aún no llega.

–¡Hey Alice! – volteo y es él, al fin.

–Hola Ed, seré directa, ¿qué fue lo que Abril te pidió en el hospital el día del accidente?

–Me imagino que ya sabes todo, te pido disculpas por mentir, si me dejas te puedo explicar porque lo hice.

–Ed, ahora necesito que me digas lo que hablaste con Abril.

–De acuerdo, esa día no sé si te dijeron tus padres pero yo me puse muy mal, tuvieron que sedarme, por la noche que ya estaba mejor fui a la habitación de Abril necesitaba pedirle disculpas, me sentía culpable y hasta la fecha cargo esa culpa. Cuando entre a la habitación, Abril estaba muy mal, se veía mal, estaba conectada a un buen de aparatos, te juro que yo me sentía mal por verle así.

Se detiene y observa como las lágrimas caen por mi rostro y es que el simple hecho de imaginar a Abril de esa forma me pone mal.

–Alice no estás bien.

–Prosigue.

–De acuerdo. Hablamos y me perdono, dijo que ella sabía que no iba a sobrevivir, escucho hablar a los doctores que probablemente no pasaría la noche, antes de irme pidió que te cuidará, que no te dejara sola, que ibas a necesitar de alguien y que ese debía ser yo. Me pidió que le ayudara para que fuera a despedirse de ti y le ayude, era lo mínimo que podía hacer por ella, me las arregle para llevarla contigo, vi la forma en la que te miraba y si te soy sincero ni siquiera yo te miraba así, entendí que la forma en la que ella te quería era especial. Estuvo un par de minutos ahí sin decir nada, solo te observaba y tomaba de las manos. Antes de irse te dio un pequeño beso en los labios y susurro algo. Minutos más tardes después de haberla llevado ya a su habitación ella murió.

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