Capítulo 35

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Termino de leer la nota y ahora entiendo todo me han engañado con respecto a mi accidente, no iba yo con Edgar como me hicieron creer, iba escapando con Abril. Todos me han mentido con ello; Edgar, mi padre, mi madre e incluso Abril.

Edgar no se sentía cómodo hablando sobre accidente porque él no iba ahí conmigo. Quien iba era Abril. ¿Por qué ocultarlo? ¿Por qué decir que iba con Edgar? ¿Qué ganaban con ello? ¿Cuántas mentiras más me han dicho?

Debo enfrentar a mi madre y hablarlo, pero no sé si sea el momento correcto por mi padre, es más que evidente que vamos a discutir y eso no le hará ningún bien a mi padre. Tal vez lo mejor será esperar a mañana que el doctor diga cómo va la recuperación de mi padre. A pesar de todo él ha sido bueno y amable conmigo.

Mi madre llega del supermercado y me pide que le ayude con las cosas. Mientras le observo veo como esta como sin nada, tranquila, me ve y sonríe, no le regreso la sonrisa y solo sigo ayudándole. ¿Cómo alguien puede estar así sabiendo que solo me ha dicho mentiras?

–Hija, ¿pasa algo?

–No.

–Te veo algo sería, como si estuvieses molesta, ¿qué pasa?

–No ha pasado nada madre.

–¿Segura?

–¡Ya te he dicho que no ha pasado nada! – digo con voz alta.

–Alice no te permito que me hables así, no sé cuál es la causa de que estés así pero tienes derecho a hablarme de esta forma.

–Lo siento. Iré a mi habitación quiero estar sola.

–De acuerdo, cuando quieras hablar y decir que te pasa aquí estaré para escucharlo.

Deje las cosas fui directo hacía mi habitación, no quiero ver a nadie, todos son mentirosos.

Tome la laptop y puse música a todo volumen, no quiero pensar en nada ni en nadie. Estaba concentrándome solo en la música y en su letra hasta que mi teléfono comenzó a sonar, me está marcando Abril. Cuelgo y sigo enfocada en la música. Recibo más llamadas y decido poner el teléfono en silencio. Al prenderlo observo que tengo varios mensajes de Abril y los leo desde la bandeja de notificaciones, la mayoría de estos son preguntándome si estoy bien. Los ignoro y sigo con la música.

Al llegar la noche alguien toca mi puerta, de seguro es mi madre.

–Cariño, ¿estás bien? ¿puedo pasar? – reconozco la voz y es mi padre.

–Pasa – contesto.

–¿Qué ocurre? Tu madre me ha dicho que estas algo molesta.

–No ocurre nada, solo necesito estar sola – me duele ser dura con él, pero no puedo actuar como si no pasara nada.

–Está bien, está bien, si necesitas estar sola entonces te dejare, pero sabes que cuentas conmigo.

–De acuerdo.

–Oh cierto, ¿vas a ir a cenar? Si quieres ir, entonces puedo traer la comida aquí.

–No tengo hambre, pero gracias.

–Está bien cariño – se acerca y me da un beso en la frente – descansa.

–Igualmente.

Él no se merece todo esto, ha sido muy bueno conmigo, pero me ha mentido, ¿cómo puedo confiar en alguien así?

Regreso a la cama y antes de volver a poner música escucho que alguien toca la ventana, volteo a ver y es Abril. Me acerco y abro la ventana.

–¿Me permites pasar?

–Adelante.

–Ahora si dime, ¿qué está pasando? ¿Por qué me estas evadiendo?

–Por qué me he dado cuenta que todos me han mentido. En el accidente no iba con Edgar, iba contigo, estábamos huyendo. ¿Por qué no me lo dijiste? Todos me hicieron creer que iba con Edgar cuándo no era así.

–¿Lo has hablado con alguien?

–No, eres la primera con quien hablo. Aún no me respondes, ¿por qué no me dijiste la verdad?

–No es tan fácil, aún tienes cosas por descubrir.

–Abril ahora no sé qué es verdad y que es mentira, no sé si pueda confiar en ti. Realmente ahora no se nada.

–Sé que esto es difícil para ti, pero solo te pido una cosa, no dudes de mi amor hacía ti, si hay algo que es verdadero, sincero es lo que siento por ti, puedes dudar de todo lo demás pero no de eso. Mis sentimientos hacía ti son verdaderos, puros. Nosotras decidimos escapar para alejarnos de todo esto, para comenzar desde cero en un lugar donde nadie nos dijera que hacer, que está bien y que está mal.

–Háblame del accidente, ¿qué fue lo que paso?

–Durante el viaje tu madre te llamo, al parecer Edgar le había dicho que nos había visto juntas y ella comenzó a decir innumerables cosas, tu ibas al volante y mientras estabas con el teléfono no te percataste de que un carro venía directo hacía nosotras, trate de mover el volante pero fue muy tarde. La culpa no fue tuya fue del otro automóvil. El impacto fue brutal.

–¿Qué fue lo que paso contigo?

–Me llevaron al hospital. Iba prácticamente muerta, pero por alguna razón me negaba a irme, según eso fue lo que Edgar me dijo.

–¿Qué tiene que ver Edgar aquí?

–Ese día por la noche Edgar fue a mi habitación en el hospital, estaba arrepentido por todo, se sentía culpable, entonces tuvimos una plática, le pedí algunos favores y después de eso no le volví a ver.

–¿Qué fue lo que le pediste?

–No puedo decirte, habla con él y te dirá que fue lo que le pedí. Pero primero debes hablar con tu madre. Aún hay cosas que debes saber.

–Dímelas tú.

–No puedo hacerlo. Alice por favor no hagas más preguntas por ahora. Creo que ha sido un día difícil para ti.

–Está bien.

–Creo que lo mejor será que me vaya.

–Quédate.

–Lo siento no puedo.

Se acerca, me abraza con fuerza esto es extraño ya que nunca me había abrazado así, se queda ahí por un momento, se separa y me ve fijamente, sus ojos se cristalizan, me da un beso en la mejilla y se va. Regreso a la cama y veo que dejo una nota en ella, es raro ya que no vi que ella se acercara a esta. Observo la nota y me invade una gran tristeza, mis ojos se cristalizan y pronto cae una lágrima.

Te amo hoy ,mañana y siempre. Nunca dudes de ello.

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