Capítulo 3

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La noche llego más rápido de lo esperado, la conversación con mi padre fue larga incluso más larga que las anteriores, él me transmite confianza su forma tan cálida de hablar y la manera en la que se dirige a mi me agrada. Por lo que dijo trabaja en un despacho y pronto espera recibir un ascenso. Edgar se fue hace un rato, bueno en si prácticamente lo tuve que correr ya que me platico que está en exámenes, le dije que se fuera a estudiar y que mañana podría regresar.

-Hija ya es hora de que duermas, tu padre y yo nos quedaremos aquí contigo - dijo mi madre.

-No, vayan a descansar han estado aquí toda la tarde. Estoy bien.

Mi padre me mira y sonríe al parecer ha entendido que quiero estar sola.

-Vamos mujer hay que dejarla descansar, mañana podremos regresar - dice mi padre.

En este momento nadie se imagina cuanto amo a mi padre. Lo miro y sonrió.

-De acuerdo pero cualquier cosa el doctor nos llamará y estaremos aquí.

Se despide con un beso en la mejilla y se dirige a la puerta, entonces mi padre besa mi frente y frota mi cabeza con delicadeza.

-A veces no se como es que la aguanto - me susurra en el oído y puedo sentir como es que sonríe - Descansa querida.

-Gracias e igualmente - le digo antes de que cierre la puerta de la habitación.

Mi familia es agradable, despertar y estar aquí me gusta. Más sin embargo prefiero estar con él chico de mis sueños en medio de esa oscuridad, estar á su lado recostada en su hombro. Me pregunto quién será, ¿realmente existirá o es que sólo fue parte de mis sueños? ¿lo volveré a ver? Me pone mal el pensar en si podremos estar de nuevo juntos. Lo último que dijo es que pronto sabría su nombre pero ¿a qué se refería? ¿fue una persona de mi pasado? Muchas preguntan me invaden, detesto no poder tener respuesta.

Por un momento llegue a pensar que Edgar podría ser él pero no, no siento lo mismo él es diferente. Tal vez sólo pueda verlo en mis sueños.

Conforme más lo pienso nuevas preguntas surgen, poco a poco el sueño se va apoderando de mi hasta que quedó totalmente dormida.

De nuevo estoy aquí, la oscuridad invade todo el lugar está vez las estrellas no se hacen presentes es algo extraño, por otro lado debo admitir que ya extrañaba esto. Sólo falta él. Me siento a esperar y no aparece, entonces pregunto, -¿estás aquí? - No tengo respuesta alguna, vuelvo a preguntar pero obtengo el mismo resultado. Me levanto y trato de caminar entre la oscuridad buscándolo pero no lo encuentro. Se ha ido.

Los tres días han transcurrido, el doctor se acerca y por la expresión en su rostro no creo que traiga buenas noticias.

-Lo siento Alice pero los analices muestran que la pérdida de memoria que sufres es permanente.

-¿Qué? - digo confusa - Doctor ¿está seguro que no se puede hacer algo para cambiar eso?

-Lamentablemente no Alice, pero existen casos en los que los recuerdos llegan, tal vez estos tarden un poco pero llegan. No hay que perder las esperanzas. Por ahora sólo queda esperar, tendrás que ser paciente.

-De acuerdo - dije.

-No te desanimes, tus padres podrán ayudarte a recordar, ellos te conocen más que nadie así que no todo está perdido.

Mi madre sólo estaba admirando la escena y no decía una sola palabra. Después de aquel "intento de apoyo emocional" del doctor mi madre sólo le agradeció todo y salimos del hospital, fuera de este se encontraban Edgar y mi padre esperándonos.

El viaje de regreso a casa fue un poco largo, pero al fin he llegado, el patio es hermoso tiene flores y un árbol enorme, la vista es agradable. La casa no es tan grande se ve cómoda.

-Bienvenida hija - dice mi madre.

-Vaya es muy linda - digo sorprendida y es que no me imaginaba algo así.

En las paredes están fotos nuestras, incluso hay una donde está Edgar, están mis diplomas enmarcados y decoraciones que hacen ver la casa aún más linda.

-Tú nos diste la idea de la decoración, todo lo que ves aquí es obra tuya - dice mi padre.

-Esto es increíble - digo mirando de lado a lado contemplando cada mínimo detalle.

-Preparé algo para comer, mientras podrías ir a ver tu habitación. Edgar hijo llévala por favor - dice mi madre.

Edgar asintió y fuimos a la habitación del fondo. Al abrir la puerta me encontré con unos posters de cantantes, a un lado de la ventana hay un escritorio en este se encuentra una lámpara en forma de luna y una laptop, también hay una silla de esas que giran, ya me imagino lo que me divertiré dando vueltas en ella. La cama es grande, en un pequeño mueble pegado a la pared se encuentran algunos discos y libros. Aún sin decir una palabra me dirijo al armario y no puedo creer cuanta ropa tengo. Sin duda alguna no podré decir que no sé que ponerme porque hay de todo un poco.

-¿Todo esto es mío? - pregunto a Edgar.

-Claro, ¿de quién más podría ser?

-Es que siento que es demasiado.

-Eso solías decir, decías que un día ibas a regalar todo lo que no te hiciera falta y sólo te quedarías con lo necesario.

-Tal vez si lo haga, mira a tu al rededor no siento que merezca todo esto.

-No exageres Alice, tampoco es demasiado. Además cada cosa que vez aquí lo mereces así que deja esos pensamientos locos.

-¿Quiénes son ellos? - pregunto mientras tomo foto en donde estoy con algunas personas, estamos abrazados y hacemos caras algo raras y graciosas.

-Esta que está aquí - señala a una chica de cabello rubio y relucientes ojos azules - Es Verónica; tu mejor amiga o lo era no lo sé, después de terminar la preparatoria se fue fuera de la ciudad a estudiar en ocasiones suele venir y de hecho te iba a visitar al hospital, las dos chicas de la esquina son Dayana y Dariana; son gemelas, siempre andaban con nosotros, no eran tan cercanas pero sin duda eran agradables, los tres chicos de la izquierda son amigos de años, y por último el chico que ves en la otra esquina es este tremendo jovenazo que tienes enfrente.

-Te ves muy diferente.

-La foto tiene como 4 años, todos hemos cambiado incluso tú, mírate tienes ese cabello castaño ondulado que te llega al cintura, antes no te dejabas crecer el cabello, lo tenías en forma de honguito, tus ojos ahora los veo un poco más claros, tu piel es más blanca. Te has conservado bien a comparación de mí, yo creo que ya me eche a perder - dijo mientras sonreía.

-No lo creo, incluso creo que has mejorado.

¿Eso fue un cumplido? Oh rayos que estoy diciendo. ¡Tierra trágame por favor!

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:)

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