Capítulo 39

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–Alice, ¿estás bien?

–Sí, no te preocupes.

–Disculpa por mentir, cuando te fui a ver el día que despertarte del coma tu madre hablo conmigo, dijo que si no le ayudaba ella haría que te alejarás de mí, además de que me recordó que también podría decirte que si Abril murió fue por mi culpa, dijo que tú me ibas a odiar. No podía hacer nada, no podía alejarme de ti, le estaría fallando a Abril y también a mí mismo. Alice, desde esa platica que tuve con Abril cambie, no solo lo hice por ti sino también por mí, quería ser una mejor persona y sé que me equivoque al mentirte pero mis sentimientos y esto que soy ahora es verdadero. Hubo noches en las que no podía dormir, la culpa no me dejaba, cerraba los ojos y la primera imagen que aparecía en mi mente era la de Abril. Si no le hubiera dicho a tu madre, si no las hubiera visto ese día y más en el estado que estaba, no sé si tan solo hubiera tomado otras acciones eso no hubiera pasado.

–Edgar no tuviste la culpa, algún día mi madre se hubiera dado cuenta, no estabas bien y bueno cuando alguien está mal hace cosas estúpidas. No pienso juzgarte por como eras, porque eso que paso hizo que cambiaras, que fueras una mejor persona y eso es bueno. Ya no te sientas culpable, la culpa no es de nadie.

Termine de hablar con Edgar y regrese a casa, quiso quedarse pero le dije que necesito estar sola.

Decidí no salir de la habitación, mi padre ha venido un par de veces solo para cerciorarse de que esté bien.

Extraño demasiado a Abril, desde hace un buen rato he estado escuchando la misma canción, esa que baile con ella, observo mi mano y tomo con fuerza la pulsera que ella me dio, después de todo es lo único que no desapareció, tal vez tiene razón mi padre y esa pulsera es la de ella. Recuerdo que ella me dijo que mientras la tenga, nada me va hacer falta, es como si tuviera una parte de ella conmigo, esta es mi única evidencia de que Abril sí estuvo conmigo.

–Hija, ¿puedo pasar? – pregunta mi padre.

–Pasa.

–Cariño no puedes seguir así, debes salir ya han pasado dos días que estás encerrada, ¿crees que a Abril le gustaría que estuvieras así? – no respondo y solo bajo la cabeza – No sigas así por favor.

–Lo siento, solo necesito tiempo.

–Piensa en la pregunta que te hice, estaré en mi habitación por cualquier cosa – dice antes de irse.

Tiene razón, no puedo seguir así, pero siento un vació en mi corazón, no puedo dejar de pensar en Abril, la necesito.

El sonido de una notificación hace que salga de mis pensamientos, de seguro es Edgar me ha estado mensajes desde ayer. Observo y veo que no es él, es una solicitud de mensaje por parte de la cuenta de Abril. Ingreso a la red social y lo acepto.

Abril Mtz:

(7:18 pm)

Hola Alice, supongo que ahora lo sabes todo, disculpa pero no podía decirte la verdad, ya que eso significaría que hubiera tenido que irme, yo sabía que no podía quedarme por siempre contigo, así que si regrese es porque tenía un objetivo y era ayudarte a saber la verdad, no quería que me olvidarás quería dejar algo de mí en ti.

Todo lo que pasamos juntas si fue verdadero, sabes, trate de hacer las mismas cosas que hicimos antes, ir a los mismos lugares, darte las mismas notas, incluso con las fotos que nos tomamos, porque sí, las fotos si existen, como ya te lo dije todo lo vas a encontrar en la caja. Alice lo que hice fue recrear solo un poco de lo que hicimos en el pasado, está más que claro que no pudimos hacer todo por falta de tiempo, me hizo falta enseñarte a andar en bici, nos hizo falta salir de la ciudad, en fin, nos hicieron falta muchas cosas. Disfrute cada día contigo, intente hacer cada día especial. ¿Recuerdas nuestro baile? Ese baile fue perfecto. El poco tiempo que tuve contigo lo ame, pero ha llegado el momento de partir, espero haber dejado mi huella en ti, como tú lo dejaste en mí.

Pero antes de irme quiero pedirte un favor, no estés triste, no llores, quiero que estés bien, cuando me recuerdes no lo hagas con tristeza, hazlo con alegría, eso es lo que hago yo, te recuerdo con una gran sonrisa ¿sabes por qué? Porque sé que pase contigo mis mejores días, porque el simple hecho de imaginarte con esa bella sonrisa hace que yo también quiera sonreír.

Oh cierto lo olvidaba, con respecto a tu madre, yo creo que debes perdonarla, no es bueno que guardes rencor, así no es la Alice que yo conozco, sé que ella hizo cosas malas, somos seres humanos y tendemos a equivocarnos, tal vez unos más que otros, pero bueno así somos. Piensa bien lo que harás a pesar de todo ella es tu madre.

Muy bien, es momento de irme. Alice, mi querida Alice, sé tan feliz como yo lo soy, vive tu vida y haz que cada día valga la pena.

Te amo, no lo olvides.

Seque mis lágrimas y salí hacía la habitación de mi padre. Toco la puerta y me dice que pase.

–Padre, ¿sabes dónde está mi madre?

–Oh cierto olvide decirte, me dijo hoy por la mañana que iría un par de días a la casa de la abuela, dijo que necesita pensar. Cariño sé que ella hizo mal pero esta arrepentida, desde que discutieron no está bien, antes de irse me pidió disculpas, quería hablar contigo pero le dije que no era buen momento, tú también estás mal y bueno creí que si hablaban las cosas se iban a salir de control y terminarían discutiendo de nuevo.

–Yo venía hablar con ella, ya estoy un poco mejor.

–Vamos a esperar a que regrese, hay que darle su espacio para que reflexione.

Regrese a mi habitación y me quedé completamente dormida.

De nuevo estoy aquí, el lugar está diferente, ya no hay oscuridad, el cielo está despejado, todo está claro, estoy en un campo lleno de flores, innumerables flores, camino entre ellas hasta llegar una pequeña banca blanca, me siento por un momento y escucho una voz esa voz que estaba en mis sueños, la voz ya es no están aguda como antes, se siente cada vez más cerca. Giro y por primera vez le veo por completo.

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