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And I've been a fool and I've been blind
I can never leave the past behind.

Y he sido un tonto, y he estado ciego,
nunca puedo dejar atrás el pasado.

-Nos alegra que hayas podido venir hoy, Yixing.

-El gusto es mío, no imaginaba que me invitarían a cenar -respondió con una sonrisa sincera.

La señora Kim estaba contentísima de poder tener en su mesa al primer novio serio que tenía su hijo. Sí, había tenido una noviecita a finales de primaria ¡pero eran niños! No importaba cuánto insistía Junmyeon en que sí contaba, el chino realmente era su primera vez en todo.

-Pues mi esposa se esforzó mucho en cocinar -indicó el señor Kim-, ni siquiera me dejó tocar la ensalada, ¡y eso que me salen deliciosas!

Soltó una risa terminando de masticar.

El chino de verdad intentaba no sentirse muy a gusto en ese ambiente hogareño y familiar, no quería asociarse al estereotipo de hijo de padres divorciados que al fin encuentra la paz con los progenitores súper amorosos de otra persona, ¡pero es que era así! Ush, odiaba ser predecible.

-Oh, Yixing, déjalos, mi esposo va a lavarlos -habló la mujer de cabellos castaños recogidos en un moño casi perfecto cuando vio que el nombrado tomaba la vajilla para llevarla a la cocina-, perdió una apuesta así que le tocan los servicios -le sonrió al referido-. Puedes ir con Junmyeon arriba, nosotros no los interrumpiremos.

Asintió con la cabeza, aunque de todos modos ayudó a llevar los utensilios usados al lavadero.

-Tu madre es realmente una dulzura -dijo observando al contrario cerrar la puerta del dormitorio que le pertenecía.

-Lo sé, especialmente hoy estuvo muy nerviosa y emocionada -tomó asiento junto a su novio en la cama.

-Estuvo deliciosa la cena, por cierto -se frotó el estómago-. Creo que comí demasiado, no quiero engordar.

Enarcó una ceja- ¿Engordar? Casi están desnutrido, Yixing.

Colocó su diestra sobre la zona que antes se tocaba el menor, palpándola y demostrando que era casi tan plana como el suelo. El pelinegro soltó una risa antes de apartarlo y negar con la cabeza entre ecos de sus carcajadas.

-Yo también comí demasiado -soltó una bocanada de aire-, me dio sueño.

Se dejó caer sobre el regazo ajeno, acurrucándose con lentitud como si tanteara el terreno.

-Hey, si duermes vas a engordar.

Pero Junmyeon ya no lo escuchaba, había dejado caer sus párpados y dormía cual bebé sobre las piernas del contrario. El menor lo observó en silencio pasando sus dedos por aquella cabellera castaña que siempre iba bien peinada.

A Yixing le sorprendían esos pequeños detalles del coreano que le gustaban. Él siempre había tenido un perfil específico que buscaba en todas sus parejas, no era un secreto: popular, extrovertido, imponente, en su mayoría muchísimo más altos. No obstante, el coreano recién empezaba a ser notado, bastante tímido, sin poder alguno sobre su sombra y de misma altura. Le resultaba interesante.

Y no solo era eso, un sentimiento extraño lo embargaba cuando apoyaba su cabeza en el hombro ajeno luego de soltar esas opiniones amargas que le dañaban en el fondo. Porque sí, él tenía sus propios demonios aunque nadie pareciese notarlo, nadie excepto el castaño.

-Yo no creo que sea estúpido sentirse a gusto en un distinto ambiente familiar -comentó-, no es un cliché.

-Shh - le dejó un corto beso en los labios-, no quiero hablar de eso -recostó su cabeza en el pecho ajeno.

Adorablemente incautoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora