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Life's too short to even care at all
I'm losing my mind, losing my mind,
losing control.

La vida es muy corta para siquiera preocuparse
estoy perdiendo la cabeza, perdiendo la cabeza,
perdiendo el control.


-Estos días sólo están siendo desastre tras desastre -suspiró Yixing cerrando los ojos y apoyando su cabeza en el hombro del coreano.

-¿Y eso por qué? -preguntó Kyungsoo viendo a la pareja.

-Hay un chico molestando -murmuró el castaño.

-Drame? -ese era Jongin con su francés.

El chino explicó lo sucedido sin profundizar en detalles. No era su intención manchar más su reputación o extender el chisme por todo el campus, prefería reservarse sus problemas para sí mismo y no dejar que el moreno hiciera bromas al respecto en el idioma que tanto le gustaba.

-Oh, ya veo -murmuró el de ojos redondos y grandes-. No pensé que fuese así de delicado.

-Por eso Yixing está muy tenso -suspiró su pareja-. Es injusto que le hagan esto.

Habían pasado algunos días desde el incidente en la discoteca, pero el chino se mantenía alerta por si DongYul se aparecía en los pasillos de la universidad. Levantando la mirada enojada cada que vislumbraba a alguien parecido, como si marcara territorio al tomarle con fuerza la mano a su novio.

-¡Por favor, ocúltenme!

Tao llegaba chillando, huyendo de los brazos cariñosos de YiFan que pretendían rodearlo hasta que muriese o se suicidara, lo que pasara primero. El ojeroso no soportaba lo empalagoso que era, lo detestaba y quizás, sí, podría estar exagerándolo.

-Quiero respirar cinco minutos antes de que mi dragoncito me encuentre -sollozó sentándose en el suelo.

El ambiente se arruinaba poco a poco en el grupo y el moreno podía notarlo, le incomodaba que las personas a su alrededor estuviesen molestas o tristes. No sabía qué hacer, peor si alguien lloraba frente a él. Decidió mantener silencio para tampoco hacer un comentario desatinado, eso podía reservárselo para sí mismo.

-Jongin, vamos a comprar algo, ¿sí? -su amigo de baja estatura siempre intentaba mantenerlo en el mejor de los ánimos. Podía notar la sonrisa ligera desvanecerse en el rostro contrario para darle paso a un gesto indiferente.

Y Tao gruñó cuando los vio irse, le jodía que Kyungsoo babease por ese chico de forma tan notoria. Tal vez solo estaba resentido con el amor esos días o tal vez lo añoraba. Quién sabe.

-Chicos, eh... -el coreano dejó su mirada caer.

Salir a una discoteca no era opción, no con lo sucedido hace unos días. Todavía tenían que averiguar cómo es que DongYul había dado con su paradero pero fuese lo que fuese no iban a arriesgarse a que sucediera de nuevo.

-¿Vienen a mi casa? -preguntó como último recurso-. Podemos, ehm... Podemos pasar el rato.

-¿Tienes alcohol? -a Tao le brillaron los ojos.

Junmyeon se rascó la nuca.

-N-No, perdón -indicó-. Y tampoco creo que pueda comprarlo.

El chico con el hoyuelo notó el esfuerzo que hacía el contrario. Por supuesto que él iría a pasar el día con su novio, pero también notaba el apoyo que quería entregarlo a su amigo. ¡Necesitaba darle una patada para que se diese cuenta!

-Vamos, así te libras de YiFan -le susurró al oído.

-Sí voy -asintió repetidas veces con la cabeza.

Adorablemente incautoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora