Adorablemente incauto

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Caving and crumbling on your
hips, your lips, they're mine.

Entregándome y desmoronándome sobre tus
caderas, tus labios, son míos.

-Te vamos a llamar todas las mañanas, ¿sí, mi amor?

La señora Kim abrazó a su hijo suspirando cuando le acarició la espalda, terminó el contacto pasando sus manos por las mejillas del menor, su mirada estaba un poco angustiada cuando lo observó.

-Mamá, no llores -le besó la frente-, ya he estado solo un mes, no es nada del otro mundo.

-¿Oíste, cielo? Va a estar bien, ahora vámonos que perderemos el vuelo -habló su papá con ese tono serio y pacífico que usaba casi siempre.

Soltó a su hijo y finalmente tomó sus maletas, despidiéndose con besos al aire del castaño, tirando de sus maletas hasta afuera donde un taxi los esperaba desde hace unos diez minutos. El señor Kim se acercó al bajito, dejando su gran mano colocarse sobre el hombro ajeno.

-Suerte, hijo -le revolvió el cabello-. Todo saldrá bien, Yixing es un buen chico.

Junmyeon no pudo evitar sonrojarse y balbucear un adiós, papá cuando su progenitor se alejó con una risa que parecía hacer eco en su cabeza, no era burlona, era una risa de papá.

El coreano aún no había decidido cuándo perder su virginidad, todavía tenía tantas dudas y demasiada vergüenza como para resolverlas, era un desastre. Sin embargo Yixing no lo estaba presionando y eso era un gran alivio, al menos había algo a su favor.

-Todavía me sorprende que tus padres te dejen solo tanto tiempo -habló el chino ingresando a la gran vivienda-, no porque no puedas, sino porque tu madre es tan apegada a ti que siento que te llevaría en su maleta si pudiese -se rio.

Aquella tarde se la pasarían viendo películas o jugando un poco con la consola del castaño, dependía de cómo fuese yendo el tiempo.

-Oh, ehm, Junmyeon, te tengo una sorpresa -sonrió entusiasmado-, pero hay que salir al mundo exterior, así que lleva tu kit de supervivencia.

Rodó los ojos- Muy gracioso.

-¡En serio! -le tomó la diestra antes de que sacara algunos videojuegos de su estantería- Te tengo una sorpresa, ¿no quieres ir a verla?

Luego de meditarlo por unos segundos aceptó, el pelinegro debía tener algo bueno como para sugerirle ir a un lugar público. Tomó sus llaves y celular, dejaría que Yixing lo guiara hasta donde él quisiera.

Fueron hasta el centro comercial más cerca, el mayor no entendía de qué se trataba hasta que vio a varias personas aglomeradas alrededor de un gran local que tenía un estandarte al frente que tenía el inigualable título de una de las sagas que más le gustaban.

-Vine hace unos días con Tao a comprar unas cosas y vi que estaban abriendo una exhibición de figuras de acción de STAR WARS -indicó mordiéndose los labios-, me dijeron que estaría lista para hoy y realmente se ve bien. La mayoría allí son niños que simplemente le gustan los muñecos o las naves espaciales -explicó con una sutil risa-. Pensé que te gustaría más a ti.

El coreano había leído sobre esa exposición que duraría solo unos días, pero como él apenas salía de casa no tenía la menor idea de dónde se hallaba.

-Yixing, te quiero como no imaginas -habló con una sonrisa.

El nombrado abrió los ojos bastante por la impresión, sus palabras no habían flaqueado y sus mejillas no estaban rojas; era un te quiero sincero y natural.