- Día 14 - Parte 7.

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Silecsis


Todos los demás se fueron, dejando a Álex y Luna solos. Luna veía como Aria y Gael se marchaban a lo lejos mientras un sentimiento de alegría le invadía el corazón.

"¿Por qué? ¿Por qué me siento alegre?"- se preguntaba Luna.

- Será mejor que entremos- dijo Álex aún con tono triste. Parece que ese rechazo indirecto de Aria le dolió más de lo pensado.

Luna y Álex entraron en el refugio.  Él fue a la parte superior y Luna le siguió. Se acercó a ella volviendo sobre sus pasos y le dijo mirando al suelo...

- Luna... me apetece estar solo-

Ella se quedó inmóvil mientras Álex avanzaba por la profunda habitación. Luego, bajó las escaleras y se sentó en el último peldaño.

"Quiero estar con él... Pero quiere estar solo... Estaba contenta, ¿por qué ahora me siento tan triste?"- se decía Luna a sí misma.

El tiempo empezar a pasar. Luna, aburrida, comenzó a jugar con su aliento de dragón mientras se sumergía en sus pensamientos. Pensamientos que estaban contaminados de Álex. No comprendía por que quería estar solo si estaba triste. Ella nunca quiere estar así y como prueba de que la soledad era mala, no hacia más que recordarse una y otra vez que estaba triste  porque Álex quería soledad,haciendo un bucle los pensamientos.

De pronto, Luna escuchó su nombre en un susurro a sus espaldas, era él. Estaba al final de la escalera y, tapándose los ojos con e lbrazo derecho, dijo:

- Lo siento...- tragó saliva con intención de poder hablar sin llorar tras esa pausa- no... no quiero estar solo... o si... no lo sé.-'

Luna se levantó y fue subiendo las escaleras. "¿Le digo algo? Y si es así... ¿El qué?" pensaba. Ella no tuvo muchas oportunidades de socializar y por esto le costaba hablar con los demás.

Luna dejó sus pensamientos de lado a la vez que terminó de subir las escaleras y, sin saber muy bien si la rechazaría o no, le abrazó.

Álex le devolvió el abrazo. Tras un minuto en silencio, Álex rió y dijo– Se me olvida que a tí estas cosas no se te dan bien y te incomodan.-

Él la miraba y ella empezó a ponerse roja. Miró al suelo y con un hilillo de voz articuló "Pero puedo intentarlo"

Como respuesta recibió una dulce sonrisa del chico que hizo que su corazón se revolviera. Tras esto, Álex comenzó a bajar las escaleras.

- Ammm.... voy a comer algo, ¿vienes?

Luna asintió y le siguió. Se notaba que Álex hacia el esfuerzo por estar(o más bien aparentar) felicidad. Eso a luna le gustaba.

Álex se acercó a la nevera encontrando en ella los alimentos y debatiendose qué comer. Una vez cogida la comida, se sentó junto a Luna.

- Cuéntame algo de tí. No sabemos mucho el uno del otro, bueno, no sabemos mucho de ninguno- rompió Álex el silencio.

Luna miraba la mesa. Se ponía nerviosa si lo miraba, bueno, más aún. Sus piernas no paraban de temblar cuando estaba cerca suya y ella no paraba de preguntarse por qué.

- Y... ¿y qué te digo?

- Vaya, pensé que no me responderías. Vamos a ver... sé que eres una dragona y tienes 12 años... a parte de eso, lo que quieras.

- Se volar.

- Lo sé, eso entra en la categoría "dragón".

- No todos los dragones saben. Es una de las pocas cosas que recuerdo de mi mamá. Ella siempre decía que le preocupaba que yo no aprendiera o que tras aprender fuera utilizada como transporte. Pero, incluso sin mamá, aprendí a volar. Lo cierto es que los de la organización intent...- de repente Luna notó una mano en su barbilla que le desenclava su vista del suelo hacia unos hermosos ojos azules. Luna empezó a sentir mucha vergüenza. Quería correr "¿Cuándo se ha levantado?" Se preguntaba ella.

- Pero no te calles.- dijo Álex volviendo a su asiento.- ibas bien, solo que mírame cuando hablas.

Luna se levantó inesperadamente de la silla y empezó a correr hacia afuera. Álex se levantó bruscamente y corrió tras ella. Consiguió alcanzarla, lo justo para coger su muñeca y detenerla.

- Luna, tranquila. Siento si te hice estar incomoda.... Por favor... no huyas.

Ella se giró y no se dió cuenta que de la misma vergüenza y miedo a no saber qué hacer, esos sentimientos que la empujaron a correr, hicieron  que se le escaparan las lagrimas.

- Luna...- Álex se acercó a ella y la abrazó- no llores... - se empezó a notar la voz cortada- si... si tu lloras yo... no podré aguantar más...-

Luna se dió cuenta en ese momento del esfuerzo tan grande que estaba haciendo él por estar bien y que ella, en vez de ayudarlo, estaba empeorando la escena haciendo que los dos lloraran. Así que decidió remediarlo. Luna se separó de Álex, le miró a sus ojos de zafiro y dijo: "Cógeme si puedes."

Mientras él se quedaba un poco aturdido por la respuesta inesperada, Luna sacó sus alas de dragón y comenzó a volar.

- ¡No es justo! Sabes que si yo me transformo acabaré desnudo! -

- Se dragón- Respondió ella.

Lo cierto es que Álex no se lo había planteado antes, transformarse en un dragón. Una criatura que era supuestamente mitológica. ¿Podría hacerlo? ¿y en centauro o tritón?

No se lo pensó mucho y comenzó a intentarlo sacando unas gigantescas alas de dragón de su espalda. Únicamente las alas. Pesaban más de lo que él esperaba. Luna estaba asombrada. No pesnaba que Álex fuera a intentar ser dragón y muchos menos que solo sacara las alas al igual que ella.

- Esto pesa. Debes tener músculos, Luna.- y a continuación, comenzó a volar tras ella, pero no duró ni cinco segundos en el vuelo ya que se chocó contra un árbol.

Luna empezó a reírse como nunca. Álex separó la cara del hueco que hizo en el árbol y la contempló riéndose.

- ¡No te rías! ¿Por qué es tan distinto volar como un dragón a volar como un pájaro?

Luna se acercó a él, quien seguía abrazado al árbol por tal de no caerse y, desde una distancia de precaución por si la pillaba, dijo:

- Piensa que las alas están en la espalda. No son como los pájaros. No son como si fueran tus brazos. Cuentas con otra perspectiva, otro equilibrio para el vuelo.

Mientras Luna articulaba las últimas palabras,  Álex se convirtió en tigre,aunque solo las extremidades y se lanzó a ella dándole caza y cayendo al suelo. Pensó que, al igual que pudo ponerse alas de dragón sin dejar de ser humano, podría convertir varias partes de su cuerpo sin cambiar su forma humana al completo. El plan le salió bien.

Aunque Luna se asustó y se lastimó un poco por la caída que, con fortuna,no era lo bastante alta para hacerse algo grave, empezó a reír y reír. "¡Tramposo!" era lo único que se le ocurría decir.

- ¿Tramposo? ¡Eras tu la que se transformó y se fue volando! ¡ yo no soy un dragón! ¡No controlo!- respondió  entre carcajadas.

Luna se medio incorporó mientras seguía riendo. Miró las piernas de Álex y se dió cuenta.

- Puede que no necesites quitarte la ropa- Álex paró de repente de reír, se imaginó algo... no decente, precisamente- pero deberías remangarte los pantalones.

Él se incorporó y vió que se había rajado los pantalones desde los tobillos hasta las rodillas.

- Oghh- se quejó mientras se tumbaba en la hierba del bosque con las manos bajo su cabeza. - Da igual. Ya conseguiremos más ropa. Espero.

Luna lo vió tumbado y decidió hacer lo mismo. -También puedes decirle a Cor que la vuelva como antes. Él me curó un ala rota de la misma manera.-

- ¿Ese poder podrá servir para conseguir dinero? es decir, si encontramos una cartera vacía y la hace volver en el tiempo, ¿contendría dinero?-

Luna soltó una risa. "Idiota" pensaba. Puede que Álex no estuviera muy feliz por culpa de Aria, pero ahora se estaba riendo y eso a Luna le encantaba "¿Por qué estoy enfadada con Aria?" se preguntó al darse cuenta de los sentimientos que florecían en ella cada vez que pensaba  en lo que le "hizo" a Álex. Eso la cabreaba un poco. "Da igual. Estoy feliz. Me encanta estar así con él. Ojalá no volvieran nunca y podamos estar los dos solos tumbados en la hierba hablando todo el día"- se dijo Luna a sí misma.

Sangre Joven.Where stories live. Discover now