- Día 12 - Parte 1.

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(Aria y Álex)

Silecsis


 (MAÑANA DIA 14)

A la mañana siguiente, me desperté tumbada en el suelo sintiendo una presión en el pecho. Cuando abrí los ojos encontré a Álex -gato en mi cara y chillé.

- Joder Álex, que susto... - de repente empecé a notar como sacaba y guardaba las uñas, como si estuviera jugando con mi pecho... Espera...- ¡ALEX!

Junto con el grito se me escapó una hostia, mandando a Álex en forma de gato a la otra punta de la alcantarilla, convirtiéndose en el vuelo en humano y acabando sentado de espaldas a mí. Y en esa pose, empezó a hablar.

- ¡Joder! ¡qué ha sido sin querer!, es que son tan blanditos y redondos... - empecé a acercarme a Álex por la espalda- parecen ovillitos de lana – terminó él levantando la mano y haciendo el gesto de apretar algo con las manos. Una vez lo alcancé, le pegué un puñetazo en la cabeza.

Desde el suelo, me dijo dolorido.

- Aria... Que estoy desnudo... No te acerques...

- ¡No te vuelvas a acercar tú a mí, pervertido!

- Es que no te despertabas- decía mientras le acercaba la ropa – y tenía algo que contarte.

- ¿el qué?

- Bueno, antes de eso... Eres cambiada, ¿no?

- Si

- ¿Cuál es tu poder?

- Yo... Lo sabrás en el extraño momento en el que lo use.

Me quedé pensando un rato si decirlo o no... No me parecía mala persona y dudo que me hiciera daño (aunque abusar de mi...  No sé yo) así que terminé contandoselo.

- Tengo el poder de anular el de los demás. ¿Qué tenías que contarme?-Esbocé la pregunta para cambiar rápidamente de tema

- Mientras buscaba comida que, por cierto, la tienes ahí, vi al chico que estaba contigo la primera vez que te vi.

- ¡Gael está aquí! Espera, ¿Venía una chica con él?

- Yo lo vi solo.

- Álex, llévame con él, dónde lo hayas visto, es Gael, de quien te hablé ayer.

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(OR.EX.CAM.)

BellSan4


Hacía un día y medio que Chad y Jace habían llegado a la ciudad. Se habían establecido en un hostal de buena fama. Estaban en su habitación mientras sus soldados buscaban pistas de que los cambiados a los que perseguían estuvieran por esa zona.

- Me aburro – soltó Chad desesperado. Estaban balanceándose en una silla mientras dejaba colgar su cuerpo y miraba al techo. Llevaba toda la tarde igual, le había dado tiempo de crear historias sobre cada grieta formada en el techo.

- Deja de quejarte – Jace, sin embargo, leía un libro tirado en el sofá.

- ¿Qué libro es? – Chad intentaba minimizar su aburrimiento.

- Cállate.

- Si quieres que deje de quejarme, tendrás que entretenerme – mientras dijo esto, posó su mirada en Jace, mostrándole una resplandeciente sonrisa pícara. Todavía balanceándose en la silla, Jace hizo que sus miradas se encontraran, poniendo los ojos en blanco mientras dirigía su atención de nuevo al libro – Cenizas – dijo al fin.

Sangre Joven.Where stories live. Discover now