- Día 20 - Parte 6.

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Silecsis

El Comandante y Jace, con Aria en brazos, salieron de aquella habitación. Cor aún se encontraba en el suelo. Chad lo ignoró y fue a cerrar la puerta de manera que nadie pudiera salir, e incluso ni entrar.

Colocó una silla y, sobre ella, a Cor.

"Querrá ver como la vida se me esfuma de mis ojos"

Pensó Cor. Chad, se puso frente a él, unió ambas manos y fijó el blanco en Cor. El chaval no sentía miedo, en cierta manera se alegraba de morir así, después de luchar tanto por su vida como por la de sus amigos. Sólo se arrepentía de no haberle contado a Aria y a los demás las palabras que dejó su amiga Rena.

Chad, serio, sin ningún ápice de compasión en los ojos, lo miró fijamente. Fue entonces cuando Cor, por un pequeño instante, tuvo un escalofrio que le pedía desviar la mirada.

Un disparo se escuchó. Resonó en la sala ocupando cada escondrijo de ésta. Fue como un cohete en temporada de fiesta, ensordeciendo los oidos al ser el único estridente sonido que se produjo desde que ambos se quedaron a solas.

Cor reaccionó.

El muchacho abrió los ojos y vio el humo salir de la pistola. Por uno de sus oidos escuchaba un fuerte pitido. Chad no le disparó en la cabeza, se desvió a su oido derecho causándole un simple rasgullo en la oreja.

-Fallaste-

El guardia cogió una silla, la puso frente al chico, el cual se sentía con un pie en la tumba, ya no por todos los golpes que le dieron como si fuera un saco de boxeo; si no por la parada al corazón de cinco segundos que le sintió al escuchar el disparo. Chad se sentó con las piernas abiertas y el regazo de la silla entre ellas sirviéndole de apoyo para sus brazos.

-Tú...- comenzó mientras gesticulaba con la pistola en la mano- Tengo que buscar una excusa para que puedas escapar.

-¿Cómo?

-Cállate- le  dijo firme- te voy a dejar vivir por ahora. A cambio, sacarás a Aria de la sala de aislamiento antes de que el Comandante acabe con ella.

-¿Ahora quieres un trato?- Dijo desafiante- ¿Por qué confiar en tí? ¿Tessa te ha contagiado la traición?

Chad dio un golpe en la silla dando a entender que no lo comparara con esa mujer.

-Mira- soltó apuntándole con la pistola en la sien- Te estoy dando tiempo muchacho, tiempo para encontrar a tus puñeteros compañeros y que saqueis a la chica de aquí. Son muchas vidas- Cogió una bocanada de aire y se calmó- No me cabrees.

Cor lo observaba desconfiado.

-Eres el que mejor conoces estas salas, estos pasillos e, incluso, al personal. Ya escapaste una vez.

-No puedo hacerlo de nuevo en mis condiciones actuales.

-Ese chico- Comenzó a decir pensativo mientras se echaba para atrás- El que se transforma.

Cor supo que se refería a Álex y había algo extraño en su mirar mientrs lo decía.

-Y la chica llamada Morgana. Ambos están aquí. Los ví por las cámaras de seguridad. Os voy a ayudar a burlarlas desde el puesto de vigilancia principal.

-¿Por qué éste gesto de amabilidad? No eres de los que tracionarías al Comandante sabiendo lo que te espera.

-Sacad a Aria de aquí- comentó al incorporarse.- y escondéos bien. No tendré piedad si os vuelvo a encontrar.-Finalizó con sus pasos guiándole a la puerta.

Prudente, el chico mantuvo silencio, pero comenzó a pensar dónde podrían estar esos dos y cómo esquivar a los guardias. Solo una cosa no lo dejaba pensar con claridad destacando entre las demás preguntas de su cabeza.

-Esto es por Aria, ¿qué te une a ella?

-Debo un favor a una... Vieja amiga.

Con las mismas, Chad salió de la sala y la cerró.

Sangre Joven.Where stories live. Discover now