- Día 18 - Parte 2.

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Cisaphyr


Cor fue arrastrado hacia fuera de la estancia a una velocidad de vértigo. Casi sin darme cuenta se encontraba recorriendo, en volandas debido al agarre de sus "escoltas" un inmenso pasillo repleto de habitáculos. Al instante, un sinfín de recuerdos que le había llevado demasiado tiempo enterrar en lo más profundo de su memoria golpearon su cabeza. Un escalofrío recorrió la longitud de su espalda.

"No pienso volver a formar parte de este lugar..."

Decidió no pensar en lo que estaba a punto de hacer por lo que podría suceder después, prefirió actuar rápido y sin anestesia.

Cor se deshizo del agarre del Dlam y Jace sin esfuerzo- ya que su pequeño ensoñamiento causó en estos una herronea confianza de sumisión por su parte- volviéndose hacia ellos; ejecutándole una zancadilla a Jace en su giro, provocando su caída inmediata, estrepitosa, y golpeando a Dlam con su puño derecho tan apretado que sus nudillos se volvieron blancos, en su perfectamente definido rostro al voltearse por completo.

Su intención había sido golpearle en el ojo, pero su notable diferencia de estatura y la falta de tiempo para calcular su trayectoria, hicieron que el golpe destinara en su mandíbula.

Cor apenas había concluido la acción para cuando ya había comenzado a correr de manera desenfrenada; Jace intentó ergirse tan pronto como su cuerpo se lo permitió tras la sorpresa del ataque, de modo que sus movimietos fueron rápidos , aunque torpes. En cuanto consiguió levantarse, se dispuso a perseguirlo.

- Detente, Jace,- la ya de por sí grave e imponente voz de Dlam sonó pausada, carente de agitación alguna. El aludido concluyó su carrera, a la vez que le dedicaba a las palabras de Dlam una mirada de incomprensión- no irá a ninguna parte- añadió mientras caminaba con un paso lento y firme, con su mano izquierda rodeando su dolorida mandíbula, justo por encima de la pequeña incisión que el puñetazo le había provocado a lo largo de los limites de su labio inferior.

Jace lo miraba fijamente, comenzando a comprender justo cuando su compañero se detuvo frente al gran boton azul que había en el pasillo; comenzando a sonar todas las sirenas de alarma mientras despegaba su dedo índice del mismo tras haberlo pulsado.

Sangre Joven.Where stories live. Discover now