- Día 20 - Parte 1.

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BellSan4

Poco a poco comencé a despertarme. Los primeros rayos del sol a través de la ventana me decían que había comenzado un nuevo día. Me pregunto cuánto tiempo habré estado inconsciente. Lo primero que mis ojos vieron fue al Comandante. Éste seguía como la primera vez que lo ví, sentado en su enorme y cómodo sillón mirando el bosque por su pared de cristal. Cor acababa de despertar dolorido.

Nadie articulaba una sola palabra; los guardias, Chad y Jace se habían situado a ambos lados de los sofás que se encontraban en mitad de la habitación. Cor y yo esperábamos que sucediese algo.

-Comencemos...

Esa palabra rompió el silencio que había dominado el ambiente durante minutos. Al escucharla ambos guardias empezaron a moverse avanzando hacia nosotros. Antes agarraron varias sillas en las manos. Jace cogió a Cor, apartándolo varios pasos de mí y sentándolo bruscamente; Chad colocó otra de las sillas a mi espalda y me sentó. Colocó otra más frente a mi. Ahora fue el Comandante el que hizo el movimiento. Se acercó, cogió la silla que Chad había colocado a mi lado y se sentó frente a frente de manera en la que no podía evitar su escalofriante mirada.

-Esto  es muy fácil, querida.-Comenzó a decir- Dame el colgante y todo acabará.

Yo no respondí, estaba claro que jamás se lo daría. Shawn Sépira esperó unos minutos mirándome atentamente tras los cuales giró su mirada hacia Jace, alzando la cabeza levemente, dándole una señal .

El guardia no tardó en colocarse frente a Cor y mandarlo al suelo de un fortuito golpe en el rostro. En cuestión de segundos, en el  lugar donde Jace le había golpeado apareció un enorme hematoma. Manchas de sangre procedentes de su nariz y boca cubrían el suelo donde se encontraba.

Cor estaba débil, no podía si quiera levantarse. Me quedé atónita, con los ojos abiertos y, de preocupación, todo mi cuerpo comenzó a temblar.

-Quiero una respuesta favorable, pequeña. Cuanto mas tiempo pasemos así, mas lo pagará tu amigo.

Puse la mano temblorosa sobre mi guardapelo, replanteándome el dárselo. No quería que Cor sufriese más, no quería que nadie mas sufriese por mi culpa...

-No... ni se te ocurra- El frágil hilo de voz de Cor resonó fuerte en toda la sala. Esa frase le costó otro fuerte golpe en el estómago.

Le miré buscando su rostro, indecisa. Esos ojos rojos como el atardecer no mostraban miedo, sino decisión, valor, fuerza.. Yo no podía ser menos. Miré a los ojos del Comandante, esos que reflejaban la misma muerte y repelían mis ideales, mi decisión.

-Jamás... Jamás tendrás el guardapelo- Atreví a responder.

Tras unas palabras decididas, un chasquido en sus labios y una sonrisa de rebeldía, los golpes y las palizas comenzaron. Esta vez la mano del Comandante cruzó mi rostro en un ensordecedor golpe.



Por primera vez, pude ser valiente.



Sangre Joven.Where stories live. Discover now