- Día 20 - Parte 3.

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Cisaphyr

"Esa voz.... Es la de Aria"

Sólo ese pensamiento impregnaba la mente de Moore, extendiéndose por sus extremidades, haciendo que caminara casi de manera automática.

"¿Dónde estás...?"

A pesar de tratarse de una mera lucubración, sus dientes rechinaron al mascullarlo.

Quería encontrar a Aria, era su única pretensión en ese momento. Apretaba los ojos para concentrarse en no perder aquella voz inconsciente de su amiga; intentando, a su vez, poder localizarla. Anduvo varios ,etros más por el externo pasillo, cegada por lograr su cometido, pero atenta a cualquier posible giro de acontecimientos.

Morgana es cabezota, pero nunca ha sido incrédula.

Observaba, sin detenerse, por entre los óculos que algunas de las puertas de las consecutivas salas portaban, sin novedades, comenzando a impacientarse; hacía ya rato que la voz se había callado.

Sus pasos se volvieron más rápidos, topándose, al fin, con la escalera que daba conclusicón a aquel pasillo. Subía a ese nuevo ritmo que había adoptado cuando otro pensamiento la obligó a detenerse de golpe. Impactada se pegó contra la pared, dándose un golpe en seco. Con los ojos como platos trataba de pensar rápido. Se movió volviendo sus pasos atrás. Una vez llegó de nuevo a la planta empujó la primera puerta con la que se topó, teniendo la suerte de encontrarla abierta.

La visagra hizo que ésta se cerrara tras ella al pasar. Moore se echó hacia un lado, pegando su espalda completamente en la pared, tal como había hecho excasos segundos antes. Cerró sus ojos tratando de controlar su respiración para que no la descubrieran. Mientras escuchaba cómo aquella pesona pasaba de largo tras la sala en la que se encontraba y se disponía a normalizar su ritmo cardíaco, otro pensamiento invadió su mente haciendo que la agitación volviese de inmediato. Las facciones de Morgana se descompusieron a la par que mencionaba el nombre de aquel del que se había olvidado por completo: Álex.

Cuando abrió sus ojos debido al pánico que le invadió, lo que encontró frente a ella no la ayudó demasiado a calmar los nervios. Ella parpadeaba una y otra vez tratadoe de averiguar si la imagen que tenía ante sus ojos era real o no.

La figura de Gael se cernía ante ella, maniatado a una de los cientos de camas que habitaban en aquellas instalaciones. El chico mostraba la misma cara de asombro que ella; ninguno podía creer lo que estaban viendo el uno ante el otro.

-¿Morgana?- Cuestionó Gael desde la horizontalidad de su cama, atónito ante la presencia de una chica con rasgos muy similares a los que Aria utilizaba para describir a su primera compañera y amiga en las instalaciones.

-¿Gael?- Preguntó Moore en un susurro alto para que los vigilantes no pudieran apreciarla y con los ojos entrecerrados por la inverosimilidad de la situación. Ella supuso que era el chico que Aria le describió.

-¿Cómo sabías que estaba aquí?- Intentaba obtener respuestas mientras la chica le desataba los nudos de las muñecas.

-No lo sabía. Trataba de dar esquinazo a unos guardias que iban a descubrirme, teniendo la suerte de haber dado contigo. Aria me ha hablado mucho de tí-Concluyó esbozando una sonrisa pilla.

-A mí también me ha hablado sobre tí.-Agregó Gael avergonzado, mientras bajaba de la camilla y se incorporaba-¿Sabes dónde está?- Añadió al percatarse de que no estaba con ella.

-Aún no, pero lo averiguaremos y esta vez, saldremos todos de aquí- Prometió Morgana intercambiando una mirada de confianza a su acompañante.

Silecsis

Por los pasillos de las instalaciones se encontraban ambos. Tenían el mismo objetivo y a la misma persona en sus mentes, aquella que hizo que la unión de ambos en hallarla fuera posible.

Recorrieron pasillos y pasillos, ejerciendo Morgana su poder antes de cruzas. Gael pensó que su don estaría relacionado con el sonido, pues ella se quedaba pegada a la pared con los cerrados para aumentar su concentración. El chico no iba mal encaminado.

Por muy seria que fuee la búsqueda, Gael no parba de darle vueltas en su cabeza a qué le había contado Aria de él. Se la imaginó describiéndolo mientras se le escapó una sonrisa. Como un flash, se le vino el beso con Aria a la cabeza e imaginó la escena si Aria se lo ocntara a Morgana. Sus mejillas comenzaron a sonrrojarse una pizca por todo lo que se le pasaba por la cabeza.

-¡Eh!-susurró Morgana- ¡Concéntrate!

Gael no era consciente de que no dejaba concentrarse a Moore al tenerlo tan cerca con unos pensamientos tan graciosos al criterio de ella.

-Mmm....-Entonó Gael

Moore lo miró. Gael, algo avergonzado y mirando para otro lado, articuló.

-Oye... Y... ¿Qué te dijo Aria de mí?

-No creo que sea el momento- Respondió, aunque se moría por dar un empujón a esos dos idiotas para que acabaran juntos.

-Tienes razón...

Recorrieron unos cuantos pasillos más. A Moore le costaba cada vez más centrarse, pues Gael no paraba de pènsar en qué le habría dicho Aria y cómo debería actuar cuando la viera.

-Gael, ya. Céntrate.

Moore aparentaba cada vez más molesta y Gael decidió ponerse serio de una vez. Así, Moore pudo escuchar voces muy ténues a una cierta distancia que les eran familiar. No sabía si se trataba de guardias, de Aria o incluso de Álex. Tenía que encontrar por dónde se escuchaba más fuerte.

" '¿Cuánto tiempo Aria?' No... Así quedo en plan chulo. '¿Le puedo ayudar, señorita?' ¿eres gilipollas o qué?"

Gael no paraba de poner situaciones en su cabeza hasta que Moore, la cual estaba siguiendo un rastro perfecto y lo perdió, se hartó.

-Vamos a ver, "Don Juan", que ya me ha quedado claro que estás loco por sus huesos y si pesado, ella también por los tuyos. Ahora, ¿te importaría callarte un ratito? No puedo escuchar con claridad.

El rostro del chico era un poema. No sabía si sentir felicidad, miedo, duda.... Su cuerpo reacionó por él volviendose rojo con una risa nerviosa.

-¿Qué?

Morgana decidió que si revelaba su poder, se mantendría callado de una buena vez, pero se dió cuenta bastante tarde que le había quitado la oportunidad de declararse a Aria.

-Bueno... Siento.. Haberlo dicho yo... Pero no puedo concentrarme si no paras de pensar en chorradas. Leo la mente y la tuya está muy cerca de mí. Me distrae. Necesito que te calmes.

El chico se colocó la mano en la boca con el pulgar a un lado de la mandíbula y el resto de dedos al otro lado.

-Es decir, has escuchado todo lo que he estado pensando...-

-Si.

Gael en ese momento no sabía donde meterse de la vergüenza tan grande que sentía.

-Si te tragara la tierra, al menos estarías en silencio- Dijo Morgana.

-Vale vale- dijo Gael dándose media vuelta- Prometo estar callado a partir de ahora.

Gael cumplió su palabra.

Sangre Joven.Where stories live. Discover now