- Día 20 - Parte 4.

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Silecsis

"Mierda."

El chico se hallaba perdido de nuevo, no sabía que hacer. Al no ver a Moore a su alrededor, le entró el pánico. No solo no podía convertirse en humano, tampoco conocía las instalaciones ni horarios de los miembros como Moore. Estaba perdido, en forma de mosquito y sin saber cómo encontrar a la chica de pelo morado.

"¡¡Aghh!! ¡No! ¡Para!"

Escuchaba desde la otra sala. Era la misma voz que le hizo para y que conisguió que ambos se separaran. La voz era de una chica, de unos 14 años aproximadamente que no paraba de chillar.

"¿Qué horrible lugar es éste?"

Se decía a sí mismo. Álex se fue a un pequeño saliente de la pared y se posó allí. Al meno, ser un mosquito tenía pequeñas ventajas.

No paraba de pensar, de dar vueltas en cómo había podido ser tan estúpido para quedarse atrás. Estaba asustado y el pensar que algunos de aquellos de largas gabardinas le atrapase, lo descomponía.

Los chillidos de aquella chica no cesaban, e incluso su constancia e intensidad impedían escuchar los propios pensamientos de Álex.

Curioso por saber qué le estaban haciendo, alzó sus pequeñas alas al vuelo y se adentró en la habitación. Divisó a una chica de cabelos negros y tez blñanca atada a una camilla sin parar de chillar. Tenía electrodos en las sienes, pecho, brazos...Estaba cubierta de ellos. Únicamente llevaba ropa interior en esa blanca sala. Junto a ella había dos de la organización. Álex pensó que, quizás, estaban poniendo a prueba sus poderes o, peor, experimentando para desarrollarle unos.

Sus gritos eran ensordecedores. Por fin, Álex decidió ser valiente. Pensó que, siendo tan pequeño, podría entrar en esa máquina que daba descrgas y hacer que fallase. Sin más demora, se animó a actuar en base a lo que pensó. Revoloteando alrededor de la máquina, encontró un pequeño huceo por el que colarse.

"Vaya hombre, un mosquito".

Ález se apresuró a darse la vuelta y esquivar aquellas manos volando alto.

"Por poco..."

Pensó.

"Déjalo. Si se llega a acercar a la chica, solo tengo que lanzar otra descarga. A lo mejor explota y vemos restos de mosquito cuando intente succionarle la sangre".

Álex se imaginó la escena en su cabeza mientras la chica jadeaba exhausta.

"Será mejor no acercarme a ella por si las moscas..."

En un momento, los dos hombres se aproximaron a la chica para darle un poco de agua y cambiarle los electrodos de sitio para continuar el experimento. Entonces, el mosquito aprovechó la ocasión y voló en picado a la máquina.

Se introdujo por unos de los huecos y, teniendo cuidado de no electrocutarse, consiguió que la máquina diera problemas consiguiendo, finalmente, que dejase de funcionar.

-Eh. dijo uno de ellos llamando la atención del otro- La máquina ha dejado de funcionar. A lo mejor te has pasado con las descargas.

-Tss...Seré yo quien decida si me he pasado o no.

El segundo hombre, el cual era más bajo que el anterior, se acercó a la máquina y comprobó que, efectivamente, no funcionaba.

-Está rota, ¿eh?- dijo el más alto de forma sarcástica.

-¡Cállate!.... Anda, ata bien a la chica para que no escape. Vamos a informar al superior y a pedir otra.

Mientras uno volvía a intentar encender la máquina sin resultado de éxito, el otro le ponía cadenas y grilletes a la chica de forma que no se movuera de la camilla.

Al salir los hombres, la muchacha comenzó a llorar. Álex salió de la máquina y, en el cabecero de la camilla, se transformó; así ella no  veía que estaba desnudo.

La chica notó algo raro y, asustada, abrió los ojos encontrándose a un chico de torso desnudo tras ella.

-Eh..Hola-Dijo Álex levantando la mano.

La chiquilla comenzó a chillar como si le volvieran a poner las descargas.

-¡Para!¡Tranquila! ¡Soy cambiado como tú!

Los chilllidos cesaron de repente.

-Un... ¿cambiado?

-Si. Por favor, no grites. Voy a liberarte, pero... te recomiendo que no mires.

Álex decidió soltar primero los pies, por lo que se acercó, transformó su hocico en uno de dragón y, suavemente, comenzó a derrretir sus ataduras. Cuando finalizó, se fue a la mano derecho y, seguido, a su mano izquierda.

-Ya está. Puedes moverte.- Dijo volviendo a su rostro humano.

La chica, la cual contuvo sus ojos cerrados con mucha fuerza por el miedo a lo desconocido  mientras la desataba, pensó que había usado un soplete o algo similar. Ella se incorporó, abrió los ojos y vio a Álex.

-¡¡AH!!-Gritó tapándose los ojos. Él solo se quedó extrañado ante su reacción. -¿PO-POR QUÉ ESTÁS DESNUDO?-Preguntó.

El chico se tapó deprisa la entrepierna.

-¡Te dije que no miraras!

Álex comenzó a buscar algo que poder usar para taparse. Localizó la ropa de la chica y fue a por ella, además de encontrar un batín de enfermero. Volvió a donde estaba ella y le dio su ropa.

-Toma. Ya puedes mirar. He encontrado tu ropa.

La chica se lo encontró vestido con aquella bata y agarró su ropa.

-No vuelvas a gritar, ¿vale?-Hizo una pausa para que lo entendiera-¿Cómo te llamas?

-Laila.

-Yo soy Álex, encantado. ¿Puedes levantarte sola?- Le preguntó tendiendole la mano.

Ella la rechazó y se incorporó mientras Ález se acercó a la puerta afirmando su pensamiento de que estaba abierta.

-Si te puedes mover, es nuestra oportunidad de huir.

Laila, ya vestida, le preguntó:

-¿Qué poder tienes?

Él se volvió y respondió con una sonrisa.

-Me transformo en animales, ¿ y tú?

La chica dio como respuesta el mismo silencio.

-Vale... No tengo por qué saberlo.-Dijo mientras volvía a mirar por la puerta.

"¿Por qué últimamente las chicas con las que me encuentro no quieren decirme su poder?

Pensó frustrado. Un sonido se escuchó tras él. Al girarse, Laila se hayaba en el suelo. Se apresuró a estar junto a ella.

-No estás bien. Déjame ayudarte.

-Puedo sola.

-No, no puedes sola. Deja de ser tan testaruda y permíteme ayudarte. Si no, ellos volverán antes de que nos demos cuenta y te volverán a poner esas cosas.

-¿Qué hay de tí? También te atraparán si sigues ayudándome.

-¿Yo? ¿Hablas del mosquito porculero?

Laila le observó sorprendida.

-Si, aquel mosquito era yo. Por mí no te preocupes y deja que te ayude.

La chica aceptó su ayuda y ambos se levantaron del suelo.

Sangre Joven.Where stories live. Discover now