Capítulo 16 (Revisado)

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¿Qué tal con nosotros?...

¿Qué tal con nosotros?...

¿Qué tal con nosotros?...

Esa pregunta a estado rondando en mi cabeza durante todo el día, tal vez con ellos podía dejar atrás todo, solo tal vez, pero...¿a dónde iría?, solo tenía a mi padre, no tenía otra familia además de él, mi madre era hija única, mis abuelos maternos y paternos fallecieron hace años, y el hermano de mi padre falleció cuando era un niño, solo tenía a mi padre y al parecer no podía contar mucho con él.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que no escuche el timbre de salida y solo me di cuenta hasta que todos comenzaron a levantarse de sus asientos, esta era la penúltima clase, solo me quedaba la clase con el maestro Jonathan, sabia que seguiría insistiendo por lo que paso en la cafetería, y no sabría que decirle esta vez, salí cuando solo había un par de estudiantes en el salón, ocultándome entre los grupos de estudiantes que caminaban por los pasillos.

Había estado evitando todo el día a Alan y a todos sus hermanos, estaba segura que en algún momento me encontraría alguno de ellos, así que aprovecharía el tiempo que me quedaba sin la inminente confrontación, solo esperaba que nadie se diera cuenta de mi mientras caminaba, también había estado evitando a Xavier y a Noa, no quería responder a esas preguntas con respuestas tan difíciles.

Estaba a unos pasos de llegar a mi casillero cuando mis pies chocaron entre si, logrando hacerme trastabillar, y haciendo que varias de las cosas que llevaba en mis manos se cayeran al piso, escuche unas pequeñas risas a mi alrededor, las ignore lo mejor que pude y me incline para levantar los libros que se habían caído, cuando los acabe de recoger se escuchó el timbre de entrada a la siguiente clase, comencé a caminar hacia mi última clase, siempre con la cabeza mirando al piso, entre al salón y para mi suerte solo había dos chicos sentados hasta adelante, pase a un lado de ellos y me senté en uno de los asientos del fondo.

Deje mis cuadernos sobre el escritorio y mi mochila la puse a un lado de mí, un segundo después todos comenzaron a entrar, Noa y Xavier entraron y se sentaron a un lado de mí, podía sentir la mirada de ambos sobre mí, uno segundos después el profesor Jonathan entro al final cerrando la puerta detrás de él.

-bueno, el día de hoy intentare algo diferente-se escuche un leve murmullo en el salón que se calmó cuando el profesor volvió a hablar-la clase de hoy tendrá un tema que no tratamos con mucha frecuencia - se dio la vuelta y camino hacia el pizarrón tomo una tiza y escribió en él, cuando termino de escribir sentí mi corazón latir deprisa, y la mirada del profesor fue a parar a mi cuando se dio la vuelta, MALTRATO, eso era lo que había escrito en la pizarra.

Mire de nuevo hacia mi escritorio, podía sentir otro par de miradas sobre mí, pero no me moví ni un centímetro, tenía miedo de lo que podría seguir después de esto, podía escuchar al profesor hablando, y como algunos alumnos le preguntaban sobre este tema tan diferente a su materia, pero simplemente no prestaba atención a él, mi mente estaba en otro lado, no prestaba atención a nada ni a nadie, sabia que era lo que yo había vivido durante años, no necesitaba que alguien más me lo dijera.

Pero no quería decir nada por miedo a lo que me pudiera pasar, a lo que pudieran decir sobre mí,  miedo a lo que mi padre me podría hacer si se enterara que yo había dicho algo, ya me había amenazado acerca de eso, si decía una sola palabra me iría mal, siempre está la tentación de decirlo, y que acabe todo de una vez, pero no podía...al menos yo no podía.

Escuche el timbre de salida, pero yo no me moví, escuche como todos se paraban y salían del salón, pero yo no podía, sentía que mis piernas no me respondían, me sentí tan entumecida, había pasado una hora escuchando como él maestro relataba de talles de lo que era el maltrato, detalles que yo había vivido en carne propia, que ni siquiera podia moverme.
sentí una mano en mi hombro y me di vuelta a hacia la persona que estaba en mi lado derecho, era el profesor Jonathan, me miraba de forma seria pero cariñosa a la vez, sabía que el sospechaba algo sobre lo que yo pasaba, pero nunca paso más allá de las preguntas al aire que el me había echo y que yo nunca pude contestar con la verdad.

-Alice, yo sé que no me pusiste atención en toda la clase, pero no importa y te diré porque, tal vez ahora entiendas por lo que estas pasando, tal vez ya lo sabias, todo lo que tu padre te hace - un nudo en mi garganta apareció y mis ojos se llenaron de lágrimas y me negué a mirarlo a la cara- y todo lo que te hacen aquí en la escuela, es eso - apunto hacia el pizarrón, donde seguía estando esa palabra - y tienes que hacer algo al respecto - mis ojos soltaron las primeras lagrimas que cayeron en mis manos- solo tú decides cuando se acabara todo, ¿entiendes eso? - asentí de forma leve con mi cabeza- pero tienes que decidirlo pronto o todo esto - apunto a uno de mis golpes que había en mis manos - terminara matándote, solo tú decides si vives o mueres, ¿Qué es lo que quieres Alice?, ¿quieres vivir o quieres morir? – su voz fue suave y, aun así, firme - ¿Qué es lo que quieres?

Para este punto mis ojos soltaban lagrimas sin detenerse, solo pude tomar mis cosas ante la atenta mirada de mi maestro, salí con las lágrimas en mis ojos y mis mejillas, sentí de inmediato la mirada de todos sobre mí, pero no quería parar hasta llegar a un lugar seguro, aunque no conociera ninguno, pase la puerta de salida, solo quería irme lejos de todo, escuche como gritaban mi nombre, sabía que eran Noa y Xavier, junto con Sara y Alan, pero no quería detenerme solo quería correr, quería que el miedo y el dolor pararan, solo quería correr.

Estaba a unos cuantos pasos de la salida a la calle, cuando una mano tomo mi brazo haciendo que me detuviera, me giraron y mire hacia la mano que me sostenía y levante la mirada para ver al dueño de esta, era Blake y su rostro estaba serio y tranquilo pero sus ojos me decían otra cosa, iba a pedirle que me soltara que me dejara ir, que podia hacer esto por mi misma, pero antes de que siquiera abriera la boca, me jalo de forma suave hacia él y me envolvió con sus brazos.

Mis lagrimas se detuvieron por un segundo, habían pasado demasiados años desde la última vez que alguien me abrazo, había sido mi madre un día antes de su muerte y desde entonces nadie me había demostrado este pequeño pero gran gesto de cariño, con miedo envolví mis manos alrededor de su cintura haciendo que mis cuadernos cayeran al piso, pero eso ya no me importaba, lo único que me importaba ahora era este pequeño gesto que necesite por años, mis lagrimas salieron de nuevo, sentí su mano pasar por mi espalda y por mi cabello, justo como lo hacía mi madre.

A través De La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora