Capítulo 7 (Revisado)

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Podía escuchar mi alarma, no quería levantarme, más bien no podía, los golpes que me había dado mi padre en la cabeza, estaban surtiendo efecto, todo el cuerpo me dolía horrores, además de que me sentía totalmente mareada y con nauseas, pero no podía darme el lujo de faltar - mi padre tomaría provecho de eso - un día a clases, ya vería como soportar todo lo que pasaría durante el día, como pude me puse de pie y camine hacia el baño, sentía que mi cuerpo no tenía la suficiente energía y que en cualquier momento caería al piso, sentía que no podría llegar al final del día, llegue al baño y me desnude, quizás un baño me ayudaría a sentirme mejor.

Antes de entrar a la regadera me vi en el espejo que tengo en el baño, un gran moretón cubría la mayor parte de mi estómago, además de que tenía sangre seca en mi cuello, estaba segura de que era de alguna herida en mi cabeza, sin prestar más atención a la gran cantidad de heridas que mi cuerpo tenia, abrí la llave del agua y entre en ella, las gotas de agua se sentían como rocas al hacer contacto con mis golpes y heridas, tome el jabón y comencé a limpiar mi cuerpo, intentando no lastimarlo más, pase a tallar mi cabello, sentí el ardor del jabón en mi cabeza por la herida que se había hecho, mire hacia el piso del baño y pude ver como mi sangre se revolvía con el agua y con el jabón.

Estuve unos minutos más bajo el chorro del agua en un intento por calmar el dolor de cabeza, y cundo me di cuenta de que el dolor de cabeza no menguaría, salí de debajo del agua, seque mi cuerpo y cubrí mi cabeza con una toalla, no quería tallarla tal vez si lo hacia la sangre volvería a salir, tome un bote que tenía en mi baño, era una crema para mis heridas, solo la usaba cuando las heridas las consideraba demasiado grabes, no podía comprar más si se acababa, me puse mi ropa interior, quite la toalla que había puesto en mi cabeza, revise como pude la herida que tenía en mi cabeza, se encontraba en mi nuca, exactamente en el nacimiento del cabello, no podía hacer otra cosa además de limpiarla lo mejor que pudiera e intentar cubrirla para que no volviera a sangrar, una vez logre limpiarla comencé a cepillar mi cabello, despacio e intentando no jalar la piel de mi cuello para no re-abrir la herida, y al parecer funciono.



Termine después de un rato, acabe de vestirme, un simple jean y una sudadera que me quedara grande, vestía de esa forma para que nadie viera los golpes en mis brazos, además me ayudaba a no apretarlos y dañarme mas, estaba buscando mi mochila cuando recordé que se había quedado abajo, se calló de mi hombro cuando mi padre me arrastro por la casa el día de ayer, abrí la puerta de mi cuarto y salí de la forma más silenciosa posible, no quería que mi padre se despertara, no quería hacerlo enojar de nuevo, camine hacia el piso de abajo, cuando estuve al final de la escalera pude ver como habían dejado todo ayer, estaba hecho un asco, respire hondo y comencé a limpiar todo, recogía y barría, intentando acabar lo más pronto posible, no quería ver a mi padre antes de irme, simplemente encontraría la excusa de que había hecho algo mal y se desquitaría conmigo, acabe después de cuarenta minutos, y pase a hacerle el desayuno, no pensaba esperar a que bajara, no tenia las fuerzas suficientes de verlo ahora.

Termine y deje todo limpio, camine hacia la puerta donde estaba mi mochila, me agache para levantarla, y una pulsada de dolor apareció en mi cabeza y en mi estómago, un quejido salió de mis labios sin poder detenerlo, tome una larga bocanada de aire y, de forma lenta, me puse de pie, me colgué la mochila al hombro y salí por la puerta, comencé a caminar en dirección hacia la escuela, mis pasos eran lentos además de que me estaba doliendo mucho más fuerte la cabeza, además del mareo y las nauseas, pero prefería esto a tener que quedarme en casa con mi padre, comencé a escuchar el ruido de las personas entrando a la escuela, tome una bocanada de aire antes de seguir caminando, rogaba por no encontrarme con Aimé y Joshua.

Al entrar al estacionamiento pude ver a los chicos que habían llegado ayer, los cinco estaban alrededor de una gran camioneta negra, desvié mi mirada cuando sentí como alguien me empujaba, gire mi cabeza y pude ver a un grupo de chicos riéndose de mí mientras me rodeaban, agache de nuevo la cabeza haciendo que mi cabello tapara mi cara, seguí mi camino hacia la entrada para poder llegar a mi casillero, una vez estuve frente a él, lo abrí y mire mi horario, saque los libros que necesitaría pero me faltaba uno, busque en mi mochila y de nuevo en mi casillero, pero no estaba , era el libro que utilizaba en la clase del profesor Jonathan, su clase era la cuarta del día, era después del almuerzo, intente calmarme, hablaría con el profesor y le daría una explicación sobre porque no tenía el libro, tal vez entendería.



La primer campana sonó, significaba que faltaban unos minutos para que empezarán las clases, cerré mi casillero y me colgué la mochila al hombro, camine hacia el salón de mi primera clase, al entrar no había nadie, camine hacia uno de los asientos de la ultima fila, hoy no quería hablar con nadie, saque los cuadernos que necesitaría para esta clase, un par de minutos después sonó el segundo timbre, todos comenzaron a entrar, estaba con la mirada hacia abajo acomodando mis cosas, escuche como el profesor daba los buenos días, levante de inmediato la mirada y mire como el profesor comenzaba a anotar algo en el pizarrón, mire hacia mi derecha, y allí estaban sentados los mismos chicos del día de ayer.

Desvié la mirada cuando ambos voltearon hacia donde yo estaba, la clase continuo su curso, y después siguieron las dos siguientes clases, durante todo este tiempo no había visto ni a Aimé ni a Joshua, o a alguno de las personas de los grupos de amigos de ambos, y no sabía si eso era bueno o malo, en especial por lo que Joshua me habían dicho el día de ayer, sonó la campana del almuerzo y todos comenzamos a ir hacia la cafetería.


A través De La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora