CAPÍTULO IV

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Dos horas después, Caroline estaba inmersa en el informe del
caso más interesante que había leído en su vida. Claro, sus
anteriores casos como policía de la ciudad de Nueva Orleans
no tenían nada que ver con delitos federales ni violaciones a los
derechos humanos, pero el resumen facilitado por Klaus, que todavía seguía acostado, apenas dejaba cabos sueltos.
Los había, por supuesto; pero por eso se iban a infiltrar en
Dragones y Mazmorras DS. El objetivo era revelar la ideos Villanos y de aquellos para quienes trabajaban.
En Dragones y Mazmorras DS era donde todo sucedía, tal
y como se demostró quince meses atrás.
A los cadáveres de las cuatro mujeres muertas se añadieron más tarde los cuerpos sin identificar de dos hombres blancos, hallados entre Albuquerque West y Sunset Ranch, una zona meramente desértica por la que pasaba la Ruta 66.
La información de esos dos cadáveres se había borrado
del sistema. No había nada sobre ellos. Ni siquiera mediante la
identificación del ADN. Todos sus historiales fueron suprimidos, y los agentes federales e informáticos se habían vuelto locos por averiguar de quiénes se trataba. Al final, no lo lograron.
¿Por qué involucraban a esos dos sujetos en el caso? Porque se hallaron más tarde que los cuerpos de las cuatro mujeres, pero estaban en avanzado estado de descomposición, y
las pruebas forenses coincidían en que habían muerto más o
menos sobre las mismas fechas; por la zona común, a caballo entre Arizona y Albuquerque, cónclaves donde habían sido
encontradas dos de las víctimas principales; y, principalmente,
porque ambos sujetos mostraban pequeños agujeros en el perineo, señal de que habían llevado piercings en aquella zona tan sensible. En el BDSM los llamaban guiches, piercings perpendiculares a la dirección del pene; y significaban que eran posesión de una ama o un amo. Si hubieran tenido el objeto metálico en su cuerpo, podrían haber investigado quién era el supuesto propietario o propietaria de los sujetos. Pero ya no lo tenían; se lo habían quitado recientemente.
-Vaya... -susurró comiéndose el sándwich de jamón y
queso que se había preparado-. Qué daño... Guiche -repitió
para comprobar cómo sonaba la palabra en sus labios.
Y eso era lo que tenían: seis víctimas en las fechas donde
supuestamente se celebró el torneo quince meses atrás; dos de
ellas hombres no identificables, personas invisibles que parecían no existir para el sistema; cuerpos relacionados con el BDSM y hallados en la ruta, según descubrió Katherine, que siguieron en aquella edición de Dragones y Mazmorras DS.
Mientras bebía su café, repasó los nombres de los participantes del rol y cual era su jerarquía dentro del juego. Debía
memorizarlo todo para no cometer ningún error y evitar llamar la atención por ignorante, ya que era consabido que, si estabas en el rol y en el torneo, conocías todo aquel mundo a la
perfección.
Los participantes en el rol se dividían en dos grupos: los
protagonistas, que eran los invitados en el rol formado por parejas y grupos de amos y sumisos, cada cual con su rango pertinente; y las criaturas, los grupos estrictos de amos y amas, encargados de ponerlos a prueba mediante sus juegos de dominación.

DRAGONES Y MAZMORRAS DS 2017
REPARTICIÓN DE LOS ROLES PARTICIPANTES:

PARTICIPANTES:

Entre Latigos y CariciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora