Diablo
Habían pasado semanas, meses, casi años...
Mi hijo no aparecía por ningún lugar.
Me sentía devastado, ya no era el mismo, solo me enfocaba en encontrar a Jonathan, pero el tiempo me hacía pensar que quizá ya no estaría con vida. Rogaba que sí lo estuviera, pero me era imposible mantener esa esperanza en mi corazón cada día.
Angelina y yo ya no éramos los mismos. Ya no nos tratábamos igual. Cuando perdimos a nuestro pequeño fruto de amor, nada entre nosotros volvió a ser como antes. Cada uno se siente afectado y culpable por perder a nuestro hijo.
En estos momentos yo me encuentro en Londres. Sí, en Londres. Mi ciudad natal. Jugando con la policía porque sé que aún me andan buscando. Me escondí con la fachada de un simple hombre trabajador. Pero en realidad, mis amigos y yo buscamos como locos a Jonathan.
Angelina se habia quedado con sus padres. Ella aún confía en la policía, yo no. No le he dicho nada pero en realidad han abandonado el caso de nuestro hijo ya que no pidieron rescate ni nada. De hecho, no hay ninguna pista de su paradero.
Me he perdido su cumpleaños, me he perdido sus palabras, me he perdido sus mejores momentos ¡Todo por esos malditos que lo quitaron de mi lado!
Solo quiero una cosa, venganza. Quiero averiguar quién lo raptó y por qué, pero sobre todo, quiero encargarme personalmente de quien sea que haya arruinado a mi familia. Porque eso hicieron, arruinaron a mi familia. No tenía a mi hijo y ahora me la pasaba muy poco con mi esposa. Ya teníamos mucho tiempo sin ir a Paris, solo iba debes en cuando a ver la casa. Pero nada era lo mismo si mi pequeño y mi ángel no estaban.
-¿Q-que haces, Diablo?-preguntó Ben medio adormilado. Él estaba acostado en una posición un tanto incomoda sobre su computadora. Se habia quedado dormido investigando sobre el historial de niños desaparecidos o encontrados muertos. Pero no encontraba nada que se relacionara con Jonathan.
-Iré con Angelina-dije agarrando una mochila y colocándomela. Allí tenía todo lo que necesitaba.
-¿A esta hora? Llegaras muy tarde para allá-conocía la preocupación de Ben, pero tenía que ver a Angelina. Hace una semana no la veo y hablo muy poco con ella. La extraño.
-Lo sé, pero nos espera una semana larga y necesito ver a Angelina-sonreí y Ben frunció el ceño pero volvió a colocar su cabeza en el escritorio para descansar un poco antes de volver a la computadora.
Salí con cuidado de la casa para que ninguno de los demás chicos me persuadiera de no ir con Angelina a esta hora.
Me apresuré y llegué al aeropuerto donde yo tenía un jet privado. Allí llegaría muy rápido.
Y sí, en efecto, antes de darme cuenta ya estaba frente a la casa de los padres de Angelina.
Entré con cuidado gracias a la llave que tenía y me dirigí a la habitación donde ella estaba. Cuando entré, la encontré dormida abrazando una almohada. Sus ojos estaban algo húmedos al igual que sus mejillas y la almohada. La pobre habia estado llorando por Jonathan nuevamente.
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Diablo de ojos verdes
ActionEl Diablo en realidad no es como lo pintan. No es ningún hombre rojo con cuernos y cola. En realidad es sexi, de cabello negro y ojos verdes. No vive en el infierno, sino en una mansión. Es un narcotraficante, peligroso y astuto; logra todo lo que...