El Diablo en realidad no es como lo pintan. No es ningún hombre rojo con cuernos y cola. En realidad es sexi, de cabello negro y ojos verdes.
No vive en el infierno, sino en una mansión. Es un narcotraficante, peligroso y astuto; logra todo lo que...
Cuando llegamos a la mansión me dirigí a mi habitación cerrando la puerta con fuerza. Estaba furiosa y quería desquitar mi ira de alguna forma, pero lo único que hice fue llorar, me sentía mal e impotente por culpa de Zack.
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Luego de llorar un rato, escuché como tocaron la puerta, no quería abrir, pero sabía que no era Zack ya que él no toca la puerta. Me dirigí a la puerta y la abrí encontrándome con Kevin. Sonreí al verlo y él me abrazó, me sentía mal porque casi lo hice meter en problemas, pero me sentí bien con ese abrazo reconfortante que me dio.
-Estaba preocupado por ti-me dijo separándose de mí y yo sonreí con timidez-Cuando los chicos me dijeron que estabas en esa misión me alteré ¡Debiste decirme!
-Yo tenía que ir sola-bajé la mirada con nostalgia recordando todo lo que había pasado pero Kevin me levantó el mentón.
-¿Te afectó lo que pasó con el Diablo?-sus palabras sonaron tristes y sinceras. De seguro estos chicos no estaban acostumbrados a lidiar con chicas, pero me gustaba que desde que llegué me han tratado muy bien. Yo solamente esquivé mi mirada y Kevin pasó sus pulgares por mis ojos, de seguro aún tenía los ojos un poco mojados de las lágrimas-Arréglate, sé que hacer para que tu animo mejore-me sonrió con entusiasmo y yo intenté hacer lo mismo pero solo me salió una mueca algo extraña.
-De acuerdo, pero por favor, si Zack viene por allí, no lo hagas pasar... no quiero verlo-Kevin me miró un poco asustado, sabía que Zack era capaz de matarlo si lo desobedecía, pero me sentí aliviada cuando asintió. Le di un beso rápido en la mejilla y entré a mi habitación para echarme una ducha relajante.
Me sentía tan bien con el agua caliente recorriendo mi cuerpo y las burbujas rosándome la piel. Al terminar, me vestí con una licra negra y una camiseta de color blanco con la palabra Fuck You en el centro, con color negro. Me coloqué unos zapatos deportivos negros y me amarré el cabello en una cola alta. Iba a maquillarme o a durar un poco más, pero escuché unos gritos provenientes desde afuera de mi habitación.
Me apresuré a salir y me encontré con una escena que me heló la sangre.
Zack estaba apuntando a Kevin con su pistola ¡Creí que le dispararía! Cuando estaba por halar del gatillo ¡Se me ocurrió una idea brillante! Agarré la muñeca de Zack y le di un golpe en su entre pierna. Este soltó la pistola y cayó al suelo por el dolor. Kevin estaba ahogando una risa al igual que yo. Agarré la pistola de Zack para que no le hiciera más daño a nadie y por otro lado agarré la mano de Kevin para que nos fuéramos al lugar que él me dijo para que me sintiera mejor.
-¡¿A dónde mierda van?!
-¡Eso no te incumbe, Dagge!-le grité sin mirarlo pero le saqué el dedo corazón.