El Diablo en realidad no es como lo pintan. No es ningún hombre rojo con cuernos y cola. En realidad es sexi, de cabello negro y ojos verdes.
No vive en el infierno, sino en una mansión. Es un narcotraficante, peligroso y astuto; logra todo lo que...
Estaba esperando ansioso una respuesta de Angelina. Ella se notaba un tanto nerviosa he incomoda por mi propuesta, la verdad tenía planes con los que ella se sentiría un poco más cómoda conmigo.
-Si confio...
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-¡Estas loco, Zack!-susurró Angelina mirándome con preocupación.
Nos encontrábamos escondidos detrás de unos arbustos en un vecindario que era muy bonito y pintoresco. Habían niños por todos lados jugando y corriendo. Estábamos mirando una casa muy bonita. Era la casa de los padres de Angelina.
-¿Estás seguro de esto?
-Aprovecha en ver cómo está tu familia-en cierto punto quería mostrarle a Angelina que no se perdía de nada, habíamos hecho un viaje un tanto largo para visitar a los padres de ella, pero quería hacerla feliz por un rato.
De la casa salió una pareja de unos 60 años de edad aproximadamente. Se veían simpáticos, supongo eran los padres de Angelina. De la casa salió una chica muy parecida a Angelina pero de una edad menor, unos 6 o 7 años menor. Ella al verlos, se quitó sus lentes de sol y los miró con tristeza. Creo que lo que le dio tristeza fue verlos tan felices.
-Parece que no les hago falta-sonrió sin ganas y volvió a colocarse sus gafas de sol. Yo también cargaba unas y miré a la familia feliz por entre ellas. Por un lado estaba feliz, ya que yo tenía razón, sabía que Angelina se decepcionaría al enterarse que su familia estaba feliz sin ella, pero al mismo tiempo me sentía triste por los ojos cristalizados de mi ángel.
-Sigamos-nos dirigimos al auto sin que la familia Miller se diera cuenta que estábamos espiándolos. Nos dirigimos a la ciudad donde vivía antes Angelina. Al llegar, muchos recuerdos pasaron por mi mente. Esa noche que la conocí, era la primera vez que iba a esa ciudad, y todo porque Jonathan tenía un contacto en la fiesta que habían dado, pero al parecer era un infiltrado de la policía.
Por una parte esa noche no salió tan mal después de todo. Conocí a Angelina ese día.
Llegamos a la universidad donde Mia y Angelina estudiaban. Pudimos ver a Mia conversando alegremente con una chica de cabello castaño y ojos grises. Vi como Angelina se mordió el labio decepcionada, parecían buenas amigas, creo que eso le dolió.
Aceleré el auto para que Angelina no siguiera torturándose. Estuvo callada todo el trayecto, quería animarla pero no sabía cómo. Me detuve en una plaza central de la ciudad y la miré con una sonrisa.
-¿Sabes...? yo no conozco esta ciudad ¿Podrías mostrármela?-sonreí tímidamente y ella me devolvió la misma sonrisa-Tranquila-me acerqué a ella besando su frente y la acurruqué en mi pecho. Sentí como comenzaba a sollozar, sabía que le dolía, el creer que sus seres queridos la extrañaban y la seguían buscando era reconfortante para ella, pero al ver con sus propios ojos que se estaba engañando a ella misma, debió dolerle mucho. Me sentía mal, solo quería sacarle una sonrisa, pero en ese mismo instante solo quería matar a todas esas personas que la hicieron llorar.
