Diablo de ojos verdes

Cap 27

Ángel

Me encontraba caminando por los pasillos de la enorme mansión. Estaba ubicada en Londres.

Zack y yo habíamos pasado mucho desde que nuestro hijo desapareció. Él nunca apareció y Zack aún continúa buscándolo, pero ambos perdimos las esperanzas.

Seguimos con nuestras vidas, pero dejamos a un lado la familia feliz que queríamos. Nos fuimos de la casa de mis padres. Vendimos la casa en París y volvimos a vivir en Londres.

Zack volvió a sus viejas andanzas y ahora, era más poderoso que nunca. Tenía un gran número de contactos y obviamente era un chico malo, el mafioso más peligroso de Londres. Yo obviamente volví a ser la misma chica de antes, sin inocencia y que haría lo que fuera por Zack.

Me dirigí hacia una habitación donde se podían escuchar unos disparos. Entré y pude ver a una adolescente de 12 años de edad disparando con un arma. Sonreí al verla y ella se volteo apuntándome con la pistola y yo levanté mis manos al aire.

-Vengo en paz-sonreí al verla. Era una nena de cabello marrón claro y ojos verdes con marrón. Es mi nena.

-Hola, mamá-dijo mi pequeña Samantha acercándose a mí y me dió un fuerte abrazo. Mi pequeña nació luego de que nosotros volviéramos a rehacer nuestra vida. Zack y yo teníamos que salvar nuestro matrimonio así que tuvimos a la pequeña Samantha la cual se volvió la luz de nuestros ojos, claro que no compensa la pérdida de Kevin.

Samantha sabe perfectamente toda la historia de su hermano y también está consiente de la vida que llevamos. De hecho, no es una niña para nada inocente. Sabe manejar muy bien las pistolas y además ya ha matado gente, en defensa propia más que todo. Los únicos que no están enterados de nuestra doble vida son mis padres y hermana, por eso ante ellos tenemos una doble vida.

-¿Todavía practicando?-sonreí quitándole la pistola a Samantha.

-Sabes que me relaja-dijo riendo un poco y yo rodé los ojos divertida sacándola de la habitación y abrazándola por los hombros.

-¿Cómo te fue hoy?

-Perfecto, casi mato a un chico que se quería sobrepasar conmigo pero todo bien-ríe un poco y yo evité hacerlo. Era justo como su padre, un poco agresiva debes en cuando-¿Y a ti?

-Bien... cada vez me cuesta convencer a tu abuela de que somos una familia normal-reí y Samantha hizo lo mismo.

-¡Hola, mis chicas favoritas!-dijo el loco de Jeff apareciendo en la casa. Él ya no vivía con nosotros pero sí se la pasaba en la casa y ayudaba mucho a Zack en sus vueltas.

-Creí que yo era tu chica favorita-dijo una pequeña de 8 años apareciendo. Era la pequeña Janeth, una niña de cabello negro como su padre y ojos verdes como su madre. Si, Jeff había conseguido pareja. No sé cómo consiguió una esposa que lo aguantara.

-Claro que lo eres, mi princesa-dijo Jeff alzándola y besando su nariz. Era muy tierno, jamás me lo imaginé siendo padre, pero ya veo que todo es posible-Ellas son las segundas.

-¿Y mamá?

-¡Bueno! Ellas son las terceras-dijo Jeff rodando los ojos y la pequeña Janeth soltó una risilla muy inocente, aunque la verdad de eso no tenía nada-¿Está lista la cena? Tengo hambre.

-¿Y Jane?-pregunté extrañada por la esposa de Jeff. Más que todo se la pasaban juntos a todos lados, y no, ella no sabía de la doble vida de su esposo, solo creía que él era un simple empresario al igual como Zack aparentaba ser.

-Saldrá tarde del trabajo-dijo Jeff encogiéndose de hombros y comenzamos a caminar hacia la cocina donde ya estaba lista la cena. Yo la había preparado ya que no podíamos contratar servicio debido a que pueden descubrirnos.