Cap 29

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¿Miguel Miller? Ese narcotraficante es un tipo peligroso y muy famoso en Londres ¿Y ahora? ¿Iba a vender droga? No quería hacerlo, no podían obligarme, ¿o si?

-No voy a trabajar para él-dije decidido. No quería vender droga, mis delitos eran robar, más nada.

-Si lo harás... hay que compensar el dinero que perdimos en la misión de las joyas-mierda, si era cierto, había perdido mucho dinero gracias a esa niñita.

-Bueno... pero vendo hasta conseguir el dinero que falta y más nada-dije un poco molesto y Tom sonrió de lado. Temía que esa condición se cambiara a último minuto-¿Cómo le hago con Miguel?

-Sera mejor que vallamos ahora mismo para que lo intentes convencer-dijo el otro chico que hablaba antes con Tom.

-De eso me encargo yo. Será mejor que vallamos-dijo Tom y yo lo seguí. Nos dirigimos al auto y los dos hombres se montaron con nosotros y nos dirigimos hacia quién sabe dónde.

Llegamos a un barrio de mala muerte y entramos a un lugar que desde afuera parecía una casa abandonada, pero por dentro era todo lo contrario

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Llegamos a un barrio de mala muerte y entramos a un lugar que desde afuera parecía una casa abandonada, pero por dentro era todo lo contrario. Esa guarida quedaba perfectamente con el dicho de que las apariencias engañan.

Habían hombres armados por todos lados. Creí que nos echarían a patadas de allí, pero al vernos con los hombres grandes y fuertes con nosotros, no nos hicieron nada. Aún no me sabía quiénes eran esos dos hombres y no sabía tampoco de cómo conocían a Tom, pero al parecer eran parte de esta organización.

Llegamos a una oficina donde pasamos rápidamente con permiso del chico que cuidaba la puerta y encontramos a un señor-no muy viejo, aún era joven-hablando por teléfono.

Lo miré detenidamente, tenía muchos tatuajes en todo su cuerpo y parecía muy rudo ¿Ese es Miguel? Lo miré sin disimular nada y creo que Miguel se dio cuenta porque se me quedó mirando y sin decirle ni una sola palabra, a quien sea que estuviera hablando con él.

-Hablamos después, tengo visitas-dijo para colgar su llamada y me miró. Yo arquee una ceja y él sonrió de lado. Tom notó nuestra extrañeza mutua y habló.

-Hola, Miguel, mucho gusto, me llamo, Tomas-dijo extendiendo su mano y Miguel se la estrechó con indiferencia.

-Hola ¿Qué es lo que quieres, Tom?-Miguel no se veía muy feliz al hablar con Tom, al parecer ya lo conocía, ya que lo llamó por su apodo y no por su nombre.

-Quiero presentarte a Zack-dijo agarrándome por los hombros y yo sonreí sin ganas. Miguel me miró arqueando una ceja intentando ocultar su sorpresa ¿Será porque soy muy joven?-Sé que es algo joven, pero...

-La edad no importa, pero ¿qué quieres que haga con, Zack?

-Diablo con cara de ángel, por favor-dije hablando al fin y la cara de Miguel se llenó de mucha más sorpresa aún. Pero más que sorpresa, tenía como curiosidad.

Diablo de ojos verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora