Cap 16

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Era de madrugada y no podía dormir. Mis nervios estaban de punta. Miré a Angelina dormir tranquilamente, bueno, casi, tenía el ceño algo fruncido, creo que tenía un mal sueño. Besé se frente y ella soltó una sonrisa.

Me levanté de la cama. Salí de la habitación. Mi objetivo era caminar un poco por la casa para conciliar el sueño o simplemente esperar a que amaneciera.

Caminé hacia la cocina pero escuché una voz.

Me acerqué cuidadosamente a la puerta y pude ver a José hablando por teléfono.

-Por favor, deben venir rápido... ahora están dormidos-comenzó a decir y allí me alteré. Agarré rápidamente un cuchillo de esa cocina y me acerqué a él con cautela-La dirección es...-Antes de que diera la dirección, enterré el cuchillo en su cabeza y este cayó al suelo.

Lo miré con rabia y él me vió con pánico, le di un golpe no fatal pero si lo suficiente como para que no se moviera. Agarré el teléfono para escuchar con quién hablaba.

-¿Señor? ¿Está allí? Necesitamos la dirección para enviar las patrullas de policía-miré a José rápidamente y lo fulminé con la mirada.

-Nunca atraparán al Diablo-dije y colgué de inmediato-Eres un maldito traidor-agarré nuevamente el cuchillo y comencé a apuñalar a José repetidas veces. Sus gritos se escuchaban agonizantes hasta que dejó de respirar y allí me calmé.

Vi toda mi ropa llena de sangre, "genial", ahora debía agarrar ropa de José, quizá algo de dinero y me largaba, seguro la policía rastrearía la llamada.

Me apresuré a despertar a todos. Angelina se asustó cuando me vio lleno de sangre pero le explique todo y allí se calmó. Todos agarramos algo de ropa y nos dimos un baño rápido. Agarramos unos bolsos donde metimos dinero y armas, necesitaba ir al banco para recuperar mi dinero. Tenía una fortuna allí, pero sin poder ir al banco, no me servía de nada.

Salimos y comenzamos a caminar por la ciudad. Habíamos comido un poco en la casa de José, pero debíamos llevar comida así que fuimos a comprar unas cosas.

Me separé un poco de los chicos y salí para tomar algo de aire fresco, no sabía a dónde ir y ni sabia en quién confiar, en el periódico ofrecían recompensa por mí, así que cualquiera me delataría por el dinero. Debía apresurarme porque habían personas que me miraban extraño, por lo tanto la policía no tardaría.

Miré a mi derecha y pude ver a ¿Tobías? Este al verme se puso más pálido que un fantasma y comenzó a correr, esto se me hizo muy raro y lo seguí. Comenzamos a correr por la ciudad, yo esquivaba a muchas personas tratando de no chocarlas pero tratando de no perder de vista a Tobías. Me escondí en una esquina cuando él se detuvo frente a un callejón. Miró a todos lados y suspiró, supongo que creía que se había librado de mí, pero estaba equivocado, nadie se escapa del Diablo. Salí rápidamente de donde estaba escondido y me abalancé sobre Tobías tirándolo al suelo. Coloqué rápidamente un cuchillo en su cuello.

-¡¿Qué es lo que escondes?!-dije poniendo el filo del cuchillo en su garganta, en cualquier momento movía un poco más el cuchillo y Tobías quedaba listo en el lugar.

-¡Nada! ¡Lo juro, Zack!-dijo asustado alzando sus manos en forma de rendición.

-¡No tienes derecho a llamarme así!

-¡Ya no eres mi jefe! Además estas en problemas con la justicia ¿no? El gran Diablo se equivocó ¿Irónico no? Ya sabes lo que yo sentí cuando perdí a Marco... ya que tu perdiste a Jonathan-sonrió con maldad y yo levanté el cuchillo para clavarlo en su ojo pero me detuvo su voz-¡Para! Tengo información que puede servirte-lo miré incrédulo pero con el ceño fruncido, no confiaba en él-Luego de que salí de la mansión, muchas personas me buscaron por haber trabajado contigo, un chico en especial me habló, dijo que era amigo de un tal Miguel, y le di información que me pidió de ti, espero no te importe-comenzó a reírse y allí agarré su lengua y se la corté. La sangre comenzó a brotar de su boca pero me posicioné más sobre él y comencé a ver como poco a poco se ahogaba con su propia sangre.

Diablo de ojos verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora