Dallon
—Kylie ¿por qué lloras? —me siento a su lado en el sofá.
—Recordé las palabras de mi ex novio, las que me dijo la última vez que fui a visitarlo en la cárcel —limpia sus cristalinas lágrimas con el dorso de su mano.
Hace días que cuando vuelvo del hospital encuentro a Kylie en la sala, algunas veces llorando, otras veces simplemente se queda quieta pensando en alguna cosa, hoy fue uno de esos días que llegué y la encontré de esta forma, pero hoy si me dijo el motivo del porqué lloraba.
—¿Que fue lo que te dijo? —tomo su mano con delicadeza, intentando transmitirle seguridad.
—Me dijo que soy un ser repugnante, asqueroso, un fenómeno y otras cosas aún más fuertes —la abracé y deposité un beso sobre su cuero cabelludo.
—Tu no eres nada de eso, se que durante mucho tiempo te creíste que eras así, pero debes entender que las apariencias no importan, lo que importa es lo que es una persona por dentro.
Nos quedamos en silencio durante unos segundos, hasta que decidí romper el hielo de alguna forma.
—¿Cual es tu segundo nombre, Kylie? —ella me miró confundida, yo solo me encogí de hombros—. Mira, mi segundo nombre es James, pero me siento raro si me llaman por el —sonreí, ella también lo hace pero timidamente—. Nací en Verona, Missouri; de niño era muy tímido, pero mis padres adoptivos me ayudaron a vencer la timidez, aprendí a tocar el bajo en mi adolescencia y cuando era estudiante trabajé de medio tiempo en una empresa de limpieza, detesto el desorden y aunque suene ridículo, tengo miedo a ser olvidado.
Ella me miró por unos segundos, río levemente y subió las piernas al sofá, rodeándolas con sus brazos.
—Mi segundo nombre es Jane, pero detesto ese nombre —ladeó la cabeza, le regalé una sonrisa. Antes de continuar relamió su labio inferior y coloca su fleco detrás de su oreja—. Nací en Kansas, pero mi familia se mudó a Nueva York cuando yo tenía dos meses de vida; mis abuelos paternos eran inmigrantes turcos y mi papá también lo era, cuando se casó con mi mamá él era viudo y además tenía un hijo de once años llamado Mert, con quien ni Omer ni yo nos llevamos bien —se quedó en silencio unos segundos, mirándome—... y lo que sigue de mi historia ya lo sabes, creo —jugaba ahora con su cabello, peinándolo con sus manos.
—Si, ya lo sé —tomé sus manos—. Me alegra que ahora confíes más en mi.
Sus ojos cafés oscurecieron varios tonos cuando los miré fijamente, no podía negar que sus ojos son muy bonitos, son como dos diamantes en bruto; no se muy bien que pasó, pero sentí la necesidad de acercarme más a ella, nuestros labios se encontraban lo suficientemente cerca que casi se tocaban.
—Dallon, nosotros vamos a... wow ¿interrumpo? —nos separamos bruscamente al oír la voz de Gerard, volteé a verlo, estaba con Mikey y ambos tenían maletas.
—No... no interrumpen nada —rasqué mi nuca. El rostro de Kylie se puso de mil colores—. ¿Van a ir a su ciudad hoy? ¿No iban dentro de tres dias? —me puse de pie.
—Esos eran los planes, pero nuestra mamá nos llamó para decirnos que ocurrió una emergencia y debíamos ir cuánto antes —dijo Mikey.
—Entiendo —ladeé la cabeza—. Tendré que posponer la visita a mis padres hasta que ustedes vuelvan —miré a Kylie de reojo, estaba con la vista puesta en sus manos.
—No te preocupes, volveremos el jueves —agrega Gerard—. Iremos en mi camioneta, el troncomovil de Mikey se quedará —bromea, su hermano menor lo golpeó en la parte posterior de la cabeza.
Luego salieron después de despedirse, me quedé en el porche de la casa mirando mientras subían sus maletas a la camioneta de Gerard y subían al vehículo, para después salir del garage y perderlos de vista en el horizonte. Volví a la sala junto con Kylie, ella se levantó del sofá y aún tenía la vista en el suelo.
—Iré al sótano y después me ducharé -—pasó a mi lado sin mirarme.
—Bueno —respondí mientras se alejó, pero no creo que me haya escuchado.
No se qué pasó hace unos minutos, al verla tan cerca de mi sentí la necesidad de besarla, pero no estaba seguro si ella también quería lo mismo. Pero estos últimos tiempos también me sentí raro, pienso en ella todo el tiempo, me preocupo cuando no estoy cerca de ella.
Es como si me estuviera enamorando de ella.
Después que los hermanos Way fueran a su ciudad natal de viaje me puse a limpiar la casa, cuando estoy de vacaciones es lo mismo de todos los días y eso.
Al terminar de limpiar quise ir a ducharme, así que subí a mi habitación y entré al baño para hacerlo. Cuando terminé de bañarme me coloqué los bóxers y los vaqueros los dejé sin abrochar, pero como soy idiota no traje una camiseta limpia del cuarto de lavado y planchado. Tenía que ir hasta allá.
Cuando entré al cuarto tenía la vista en el suelo, al levantarla me petrifique al ver que no estaba solo.
Kylie estaba allí.
Pero no solo eso, solo traía una toalla enrollada a su cuerpo, pero dejaba ver su espalda desnuda, aún con algunas gotas de agua, que agregaban una sensualidad natural a su blanca piel.
—Yo... lo siento... no sabía que estabas aquí —dije nervioso.
Ella volteó a verme y abrió los ojos de par en par. Se veía bastante avergonzada.
—Ehh... solo vine por ropa limpia y... —balbucea torpemente.
Me quedé observandola detenidamente, aún tenía gotas de agua sobre sus hombros y el cabello mojado sobre su hombro derecho, camine hacia ella sin apartar la vista de sus ojos, como pidiéndole permiso de acercarme. Estuvimos lo suficientemente cerca, nuestros pies descalzos estaban el uno frente al otro, ella se abrazó a sí misma sosteniendo la toalla que la envolvía, soy completamente consciente que debajo de la misma no hay nada.
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Everybody Hurts {Dallon Weekes}
Hayran KurguNombre Anterior: Destroyed Souls, Broken Wings Cuando el día haya sido demasiado largo. Y la noche muy solitaria. Cuando estás segura de que ya has vivido lo suficiente de esta vida, ponte a pensar un segundo... "No te dejes ir, todos lloran y todos...