El capítulo es bastante largo, así que pónganse
cómodos mientras lo leen ;)
iré a preparar el capítulo para mañana...
¡Disfruten y comenten mucho!
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Mentir sería decir que el corazón de Jimin no estaba bombeando con mucha fuerza y que se encontraba sumamente tranquilo; la verdad era que hasta se estaba comiendo las uñas de los nervios. Sus ojos de vez en cuando se llenaban de agua y recorría con sus ojos toda la sala en la que se encontraba, soltaba suspiros mientras sentía como una mujer alfa iniciaba a peinarlo. Era horrible. Nunca le gustó que la gente le tocara, no por alguna especie de trauma, simplemente se sentía incómodo ante los toques ajenos de las personas ¿acaso no podían guardar sus manos lejos de él? Estaba desesperado y sentía como su corazón intentaba escaparse de su pecho, apretaba de vez en cuando su labio inferior con los dientes y se miraba fijamente en el espejo que tenía de frente.
Su cabello lucía un color negro, oscuro y atrevido. Hacia un excelente contraste con su piel blanquecina, había estado alejado tanto tiempo del sol que su piel había perdido brillo, había perdido vitalidad. Sus mejillas... él amaba saber que a su padre le encantaban sus grandes mofletes, siempre llegaba del trabajo y los guiñaba mientras le sonreía, como si aún fuese un niño pequeño; ahora, sus grandes cachetes ya no estaban y su rostro era más fino. Podía asegurar que había bajado unos siete kilos en el tiempo que había estado encerrado, incluso a veces que observaba su cuerpo en el espejo, podía ver como había rastros de sus costillas. Sus labios gruesos estaban un poco deshidratados y rotos por el frío que había siempre en su habitación.
Estaba horrible... y se moría de vergüenza con tan solo verse en el espejo. Ni siquiera podía llegar a soportar la mirada, no sabía lo que iba a venir después; solo tenía el conocimiento de que era algo malo y muy feo. Después de todo él solo está en aquel lugar para hacer sentir placer a los grandes alfas que tiene mucho ego y se creen lo mejor del lugar.
— ¿Qué pasa? —La alfa lo miraba con el ceño fruncido a través del espejo. Habían pasado ya cinco minutos en los que el omega evitaba observar su propio reflejo y solo se concentraba en el brusco peinar de la mujer—, pareces inconforme ¿tu peinado te parece feo? —Lo miraba con un poco de burla, Jimin sabía que no importaba si le decía que sí o no, ella no iba a hacer nada.
El omega negó con rapidez, sintiéndose intimidado ante la mirada penetrante de la alfa—. Oh no... está bien así—Era tan sumiso y odiaba sentirse de esa manera.
La mujer levantó una ceja, pero aun así ignoró cada una de las expresiones que pasaba por el rostro del omega. Continuó aplicando un tipo de spray desconocido, para Jimin, en su cabello. Habían unos cortos plazos de tiempo, en todas las mañanas, donde venía a recogerlo un alfa y lo llevaba a ducharse, a decir verdad, no era por lucirse pero en su casa habían miles de distintos productos para la piel o para su aroma y, saber que ahora tenía que conformarse simplemente con un jabón olor a... ¿manzana? era jodidamente doloroso. Pasar de tenerlo todo a no tener nada era un cambio bastante asfixiante.
— ¿Ya sabes lo que te toca hacer hoy? —Una sonrisa malvada había aparecido en los labios de aquella persona, negó con suavidad ante la pregunta. Abultó su labio inferior, sintiéndose estúpido, todos sabían lo que iba a hacer, pero para él todo eso era desconocido—, entonces tienes que alistarte mentalmente, dulzura.
Dio un último retoque al peinado del omega con un peine de dientes separados y sonrió, había quedado perfecto. No era una gran peluquera y eso se notaba, sus cortes despreocupados y la manera que fruncía su ceño al no entender que hacer, esos pequeños detalles hacían que Jimin se preocupara de verdad, pero tenía que evitar hablar sobre eso, era a lo que tenía que acostumbrarse en esa vida. Ya no era de su mundo anterior, ahora pertenecía a uno completamente distinto.
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Finding The Omega ✬ YM
Fanfiction➳ Cuando en Seúl comienzan a haber una serie de asesinatos y secuestros de omegas jóvenes, toda la población comienza a exigir seguridad por parte del presidente, él cuál, ignora las plegarias de su gente y solo sonríe cínicamente ante sus llantos...