Es un poco impresionante ver como
esta historia va creciendo, a decir
verdad, la publiqué pensando en
que simplemente me gustaba el drama,
suspenso y los secuestros; jamás pensé
en el éxito ^^Ayer, llegamos al puesto número 943 en
fanfiction y hoy al 437 en la misma categoría. No sé ustedes, pero para mí esto
es un nuevo logro, nunca había entrado al top. Así que estoy muuuuy feliz. ¿Felicitaciones? :-)He notado como mucha gente nueva
entra a leer la historia, así que...
bienvenidos, espero que la disfruten.
También, he notado que se confunden un
poco, para que quede claro:
— El olor de Yoongi es a flores muertas.
— Namjoon y Jimin son hermanos.
No sé qué más hay que aclarar...
Cualquier duda no olviden preguntar,
quiero que disfruten de la historia!Dedicado a:
LaPijaDeNam7u7 (si alguien quiere, solo comente aquí ^^)
Jimin se sintió afligido en el momento que había escuchado aquellas palabras, a su cuerpo lo invadió una tensión impresionante, y sintió como un pitido iniciaba a reproducirse en su mente. Negó varias veces, tratando de convencer al menor, o más bien convencerse a sí mismo, de que todo era falso y solo era algún tipo de ilusión. La sonrisa llena de egocentrismo del alfa que se encontraba en la habitación hizo que el mundo del omega se pusiese de cabeza.
El alfa parecía estarle sonriendo como si no tuviese otra expresión más en la cual pensar, Jimin negó otras veces, seguía sin poder creerse que se llevarían a su amigo. Saliendo de su transe, observó el rostro preocupado del omega más pequeño cerca de él con pequeñas lágrimas en sus ojitos, confundido, el mayor alzó las manos para iniciar a limpiar las lagrimitas mientras lo consolaba. No soportaba de ninguna manera ver al menor llorando, más si sabía que en cualquier momento se podía ir y no volver a verlo nunca más.
— ¿Por qué lloras, Baek? —Murmuró, viendo de reojo a Park Chanyeol, quien los miraba con aburrimiento y superioridad. Los dos omegas se sentían algo pequeños dentro de aquella habitación donde se encontraba un alfa poderoso y un beta que manejaba un poco de todo lo que ocurría en aquella casa—, no tienes por qué llorar... ¿te ha hecho algo? —Lo último lo soltó en un murmullo, tratando de no correr el riesgo de ser escuchado.
El menor frunció el ceño algo molesto y comenzó a negar con su cabeza, mirando a su mayor como si fuese un bicho extraño, como si algo le hubiese picado y ahora le crecieron dos cabezas. Jimin no entendía cómo el menor se dejaba caer ante los encantos de su alfa, es decir, siempre había sido un omega sumiso y eso lo comprendía, por más insano que sea, pero el hecho de que este ya hubiese sufrido el abandono de su alfa una vez y que luego volviese a él como si no pasara nada... era extraño, y tonto.
No había otra forma de mirar más que con estupidez la forma en la que el omega se dejaba caer ante los encantos de Park Chanyeol; hasta donde lo conoció Jimin, se dio cuenta de que era esa clase de alfa que siempre buscaba con quién acostarse, sin importar si esa persona quisiese o no. Era una persona de poder, mucho poder a decir verdad, tenía miles de compañías alrededor de toda Corea del Sur, ninguna ciudad se salvaba de sus compañías y lo peor de todo, era que la población amaba sus tiendas o mercados. No había forma de deshacerse de aquel alfa.
Era un tipo de confianza con su padre, era de las pocas personas que habitualmente se mantenía en la casa con él y su padre cerca, a veces el señor Park lo obligaba a hacer comida para tres para que Chanyeol se quedase a comer. La verdad es que nunca entendió ni tampoco le importaba la clase de confianzas que se tomaba su padre con aquel alfa, en su vida lo había visto siendo tan amigable con alguien. Y la verdad era que Chanyeol era una clase de persona frente a su padre muy distinta cuando se encontraban solo ellos dos, más de alguna vez había utilizado su voz de mando para ridiculizar a Jimin.
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Finding The Omega ✬ YM
Fanfiction➳ Cuando en Seúl comienzan a haber una serie de asesinatos y secuestros de omegas jóvenes, toda la población comienza a exigir seguridad por parte del presidente, él cuál, ignora las plegarias de su gente y solo sonríe cínicamente ante sus llantos...