➳ Diecisiete.

12.4K 1.9K 941
                                    

¡Hola!
Les traigo nuevo capítulo,
trae buen yoonmin porque la verdad
no quiero desubicarme de la verdadera
trama de la historia: el yoonmin.
La historia puede ser de suspenso,
pero de lo que se trata es la historia
de yoonmin, así que no se preocupen
si me salteo a veces hablar de ellos dos,
yo comprendo ^^

¡IMPORTANTE!
Otra cosa... 
estaba pensando en que
sería genial hacer un grupo
en WhatsApp con todos los
que me leen ^^ ¿que opinan?
Si lo hago ¿ustedes estarían en él?
Dependiendo de las personas que
digan que sí, lo crearé. Si veo que
tiene mucho apoyo, les responderé a las
personas que digan que sí, pidiendo sus
números de teléfono. ¡No lo comenten aquí!
Por seguridad... no quiero que a nadie
le pase que agarran sus números o así,
no quiero que nada les pase):

De todos modos,
lean el capítulo y disfruten ^^


__________

La noche había caído tan fríamente en Seúl, atrayendo consigo una ola de viento helado, haciéndole saber a todos que la navidad estaba a la vuelta de la esquina. Que estaba tan cerca de lo que esperaron. Había un hombre sentado en la sala de su casa, con una copa llena de vino rojo, mientras lo bebía con tranquilidad mientras se encontraba sentado en un sillón de cuero. Soltó un bufido frustrado, el vino incluso se había vuelto amargo al sentir como su ánimo cambiaba. El saber que ahora su gran casa, su mansión, estaba tan silenciosa a causa de que su hijo ya no se encontraba ahí; era una tortura.


Cuando hizo que Namjoon se alejase de él, ni siquiera lo extrañó. Tenía una nueva esposa a su lado, ni siquiera había recordado la existencia de aquel niño moreno, tenía el nuevo amor de una nueva familia. No tenía que recordar los errores causados en el pasado, porque iba a crear nuevos errores. Así existió una nueva familia, que igual a la anterior, no terminó de nueva manera, pero sí terminó el presidente con una sonrisa. Disfrutaba el sentir el poder en sus huesudas y morenas manos, le encantó el hecho de saber que hasta sus propias esposas le temían, se sentía como un monstruo... un poderoso demonio.


Un teléfono comenzó a sonar, sacándole un sonido de disgusto, ubicó delicadamente su copa de vino en unos porta vasos caros que habían en su mesa echa de madera fina. Miró el nombre de quién sea que lo estaba llamando y sonrió, seguro eran buenas noticias.


— Lo tengo—Apenas había contestado la profunda voz de aquel alfa lo había recibido. Sonrió, porque Do nunca lo decepcionaba, parecía ser muy joven para trabajar en estas cosas, pero era un muchacho tan atlético y muy ingenioso. Sabía cómo hacer las cosas, como no levantar sospechas. Con sus expresiones serias convencía a todos, se los comía solo con soltar una palabra—. Tengo el número de ese hombre—Aclaró.


El presidente se deleitó un momento con aquella confesión, comenzó a balbucear cosas sin sentido, comenzó a reír de la felicidad. El placer que recorrió su cuerpo a causa de eso se sintió tan bien, una sensación que desde hace tiempo había perdido, que ya hasta había olvidado cuan bien se sentía. Su lobo comenzó a rasgar sus paredes, ansioso, los dos sabían que esto avecinaba buenas noticias.


— ¿Cuánto quieres por ese número? —Preguntó con cautela. Sabía que tenía que pagarle a Do por hacer su trabajo, actualmente en el mundo, nadie se mueve a hacer algo si no es beneficiado. Así eran cómo funcionaban las cosas, hoy, mañana y próximamente. Si no tienes poder, no puedes mover nada, si no tienes dinero, no eres nadie—. Sabes que puedo darte lo que sea, vamos, suelta el primer número que se te venga a la mente—El chico parecía no querer hablar, se mantenía tan calmado y en silencio, manteniéndose al margen de la situación.


Finding The Omega ✬ YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora