➳ Treinta y ocho.

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¡Hola!
Ha sido un largo tiempo....
me tomé unos meses de vacaciones pero aquí
estoy de nuevo, eso es lo bueno ¿no? ^^
¿me extrañaron? yo sé que sí,
no intenten mentir, eh.

Hace mucho no actualizaba FTO,
ya hasta extrañaba tanta tensión y
drama....... ¿y ustedes?
¿como les ha ido?

_______________

Tenía frío y estaba solo, completamente solo en aquella habitación vieja y de madera que lo rodeaba. Se podía sentir el olor a humedad y a suciedad por todos lados, tanto que lo asustaba el cambio inmenso que había tenido con su anterior lugar donde se había quedado por unos cuantos meses. Extrañaba a aquel alfa ruin y malévolo que lo había abandonado por segunda vez, extrañaba ser amado y complacido, mimado y querido por primera vez en su vida. Sollozó, con sus ojos ya rojizos de haber llorado dos días desde que había regresado al lugar donde su infierno inició. Intentó limpiar sus mejillas, más las lágrimas seguían deslizándose y cayendo, haciendo imposible su trabajo.

— M-mi bebé... —El recuerdo de haber tenido antes en su vientre a alguien de su propia sangre lo hería, hacia que todo su sistema se sintiera nervioso y añorando atrapar entre sus brazos algo que ya no estaba con él, y probablemente nunca más iba a estarlo—: ¡traigan a mi bebé, m-mi hijo!

Se resignaba a pegar un ojo mientras no tenía entre sus brazos a su hijo, a aquel pequeño alfa que había dado a luz una noche llena de angustia. Su vida había sido mala, su vida parecía ser una historia sin rumbo, parecía ser una pesadilla para cualquiera que la viviese. Las cosas habían sido un poco complicadas.... estaba viviendo bien, creyó haberse ganado el amor de aquel alfa que por un momento inició a cuidarlo y protegerlo de cualquier cosa que lo asustara, pero ahora parecía que solo fue una trampa, que Chanyeol solo había jugado con su mente y le había tendido una trampa para que bajara su guardia. ¡Había estado viviendo en una puta mentira, nadie lo quería! Y lo había aprendido a las malas...

Su vientre ahora estaba vacía y añorando a aquel pequeño que había dado a luz hace aproximadamente una semana y que pronto le habían arrebatado. Ni siquiera lo dejaron sostenerlo por más de aunque sea treinta minutos, simplemente su alfa había aparecido y con una sonrisa horrorosa le hizo saber que su felicidad se había acabado, que había caído en lo más profundo de la miseria humana y que su pesadilla realmente apenas estaba comenzando. Se llevaron a su hijo y su alfa nunca volvió a verlo, nunca le volvió a sonreír y ahora se odiaba. Se odiaba por no ser lo suficiente.

— Pero a quien más odio en este mundo... a quien más detesto, no soy yo—Sollozó ruidosamente mientras acariciaba una vez más su vientre vacío, tratando de proyectar en su mente el calor que su hijo le ofreció—. ¡Es a ti, Park Chanyeol! ¡Te odio, ojalá...! O-ojalá te mueras...

Trató de ignorar lo tanto que le habían dolido aquellas palabras. Sabía que cualquiera podía escucharse sus llantos y sus gritos, los demás omegas, V o aquel beta bailarín... e incluso el temible Kim Namjoon.

<...>

— ¿Hijo? —Habló su madre apenas había contestado el teléfono aquella tarde en la que había regresado a Seúl. Se frotó los ojos de lo cansado que estaba y de todo lo que había vivido en el poco tiempo que no había estado... aquel beta, simplemente le logró quitar la poca cordura que le sobraba—. ¿Crees que puedes traerme la libreta que dejé encima del comedor en casa? ¡La necesitan en el trabajo!

— ¿Tiene que ser ahora? Estoy muy cansado—Se quejó abiertamente, haciendo un berrinche a través del celular mientras conducía hacia la casa—, apenas llego y ya me estás mandando a hacer cosas, no puedo tener un día de descanso—Se quejó y lloró fingidamente, haciendo reír a su madre del otro lado de la línea.

Finding The Omega ✬ YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora