➳ Doce.

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Recién estaba leyendo una historia y me di cuenta de que la escritora le exigía a sus lectoras que no comentaran "equis" cosa porque no le agradaba. Entonces pensé en las personas que me leen a mí, y lo único que pensé es que era muy tonto, porque yo amo sus comentarios por más ridículos u ofensivos que sean; jamás les quitaría su derecho a comentar~

¿Creen que pueden seguirme?
¡Estoy a punto de llegar a los mil y estoy muy emocionada, si me apoyan con esto las amaría muchísimo! ^^
Aquí tienen un capítulo por compensación si me siguen...

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El aroma de mando de V no era tan fuerte como para asustar y atemorizar al omega de Jimin, así que simplemente se dejó hacer, al principio había dudado de dejarse llevar por aquel beta, pero al observarlo a los ojos, no pudo dudar que lo único que había en ellos era amabilidad, por primera vez, alguien en ese lugar lo iba a ayudar sin querer nada a cambio; sin que él lo hubiese pedido. El beta se había levantado del lugar, y delicadamente, había pasado un brazo por la cintura del omega, haciendo que este, sintiéndose más liviano por apoyar su peso en el beta, se levantara con facilidad. Sus piernas temblaban, sus ojos y palmas de las manos se encontraban ardiendo bastante, y su cuerpo estaba adolorido por el lugar donde había dormido.

Tal vez su lobo dócil se había sentido algo calmado al sentir el aroma de protección de V, pero es que aun así... el leve aroma a mando se seguía sintiendo ahí y era diferente al aroma de cualquier otro beta que hubiese sentido en su vida, si bien, en toda su vida fue un mocoso sobreprotegido, ni siquiera fue a la escuela para compartir con más niños, recibía siempre clases en casa. Su profesor era un beta, y su aroma de mando era totalmente distinto al que podía sentir impregnado en el beta; aunque simplemente se guardó sus disgustos y su necesidad de decir algo.

Por primera vez tuvo la necesidad de ser omega sumiso.

— Rapmon se ha pasado ¿no? —Escuchó la dulce voz de V, llamándole la atención—, mira cómo te ha dejado esa marca en su cara... parece que te ha dado un buen golpe—El beta soltó un suspiro algo triste mientras iniciaba a caminar despacio con el omega apoyado en su cuerpo. Se rió un poco al sentir como al dar un paso, Jimin levemente se desvanecía.


Jimin negó con rapidez, tragando con fuerza saliva al ver el sobre esfuerzo que estaban haciendo sus piernas para aguantar su peso; se encontraba completamente entumecido y adolorido. De todas formas, recordó que no había comido desde hace varias horas—. Me lo merecía, yo desobedecí a un alfa. Soy un mal omega, merezco los castigos.

La voz le había salido tan forzada que sintió el suspiro lleno de lastima del beta, bajó su mirada observando como sus piernas no querían cooperar con él, se exigió a sí mismo por lo menos hacer que no todo su peso estuviese apoyado en V, no por el hecho de que pesara más de lo necesario, sino porque no quería aprovecharse de la buena acción del menor. La mano que envolvía su cintura lo apretó con fuerza cuando salieron de la habitación, Jimin dio un largo suspiro lleno de terror cuando su mirada se cruzó con la poca luz que iluminaba el pasillo.

— No eres un mal omega, simplemente no te han educado como debían, tal vez—Escuchó el hilo de voz de V, asintió, dándole la razón; y no porque la tuviera, simplemente no quería llevarle la contraria y ser castigado por ello—. ¿Hace cuánto no comes?

Pararon su andar en medio del pasillo que daba paso a dos caminos, uno por la izquierda y otro hacia la escalera donde se encontraban las habitaciones de los omegas; pudo reconocer por el fuerte olor que provenía de ahí. Sintió su estómago rugir, ahora no podía mentirle al beta diciéndole que recientemente había comido. Bajó su mirada avergonzado y titubeando respondió.

Finding The Omega ✬ YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora