➳ Treinta y dos.

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Hola
¿Qué tal están todos? ^^
Estoy en semana de exámenes,
lo que significa que estaré ocupada
y en depresión por mucho tiempo.
¿No es bastante divertida la vida?
Mmmm, lo dudo mucho.

¿Les ha pasado algo interesante?
No duden en contármelo, siempre estoy
dispuesta a leer cada uno de sus comentarios
y responder cualquier duda de la historia
que tengan. En este momento me viene
bien un poco de amor y apoyo, por si quieren
darle a alguien, ya saben que estoy aquí uwu

LA HISTORIA LLEGÓ A LAS
100 MIL LECTURAS Y 20 MIL VOTOS❤️
¿ACASO ESTO NO ES ORGULLO? PORQUE ESTOY SUMAMENTE ORGULLOSA DE LO
QUE USTEDES HAN LOGRADO JUNTO A MI!
Tengo lectores que incluso me leen desde que
la historia comenzó, lo cual me trae muchísima nostalgia.

Me gustaría que me dijesen si la
historia les está agradando, su opinión
siempre es importante para mi💝

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Habían pasado alrededor de cinco horas dentro del auto, horas que Jimin había utilizado para poder descansar sus agotados ojos, los cuales se encontraban algo rojizos a causa del llanto y tanto estrés había estado acumulando por muchas semanas. Sus hombros se sentían tensos, pero solo por ese momento se dignó a recostarse completamente en el asiento del auto, mientras sus oídos se llenaban de la fresca melodía que salía del estéreo, donde una estación de radio pasaba música clásica.


Abrió sus ojos para comenzar a centrarse en el ambiente en el que estaban, lo primero que había volteado a ver era la ventana; dándose cuenta de que en ese momento estaban pasando por un gran valle, donde a lo lejos podían verse grandes montañas, las cuales estaban completamente adornadas de un color verde, todo tan en la flora, todo tan bien cuidado. Sus ojos llegaron hasta lo más alto, dándose cuenta de que pequeñas gotas de agua habían iniciado a impactar contra el pulcro auto, sonrió... ¿así se sentía la libertad? Porque si era así, realmente no quería volver al infierno donde anteriormente se había encontrado.


Su cabeza giró hacia la izquierda, encontrándose con el rostro de perfil de su alfa, sonrió levemente al darse cuenta como este se encontraba completamente en su mundo. Concentrado y observando con cuidado la carretera de piedras por las cuales pasaban en ese instante, su pequeña y delicada mano fue a parar a la palanca de cambios, donde la gigante mano de su alfa se encontraba reposando. Al instante en que las dos pieles hicieron contacto, sus miradas también se conectaron, sin poder evitar sentir aquella chispa de amor que iniciaba a sobresaltar entre los dos. Era la felicidad la cual desconocían, era el amor lo que estaban iniciando a conocer perfectamente.


— ¿Qué tal has dormido, amor? —Aquel apodo que simplemente lo hacía suspirar, que le robaba completamente la respiración. Llevaban poco tiempo desde que habían escapado de aquel lugar, y el ambiente no podía ser más romántico que en ese momento. Sus dos sonrisas se ensancharon, como si estuviesen hechizados e hipnotizados por el otro; pero el alfa tuvo que devolver la mirada hacia el camino, aun así, siguió acariciando la suave mano de su omega—. Lamento que no hayamos llegado antes.

— N-no te preocupes... —Tartamudeó un poco, mientras mordía su labio inferior, sintiéndose levemente nervioso en ese instante. Su mirada volvió a recorrer los alrededores, dándose cuenta de que habían agarrado una autopista que seguramente los iba a llevar al lugar el cual querían—. Todo está bien... ¿dónde nos dirigimos? —Solo en ese momento tuvo la libertad de preguntárselo, porque fue cuando se dio cuenta de que la seguridad del alfa al manejar había sido bastante obvia.


Finding The Omega ✬ YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora