Capítulo 14.

1.9K 94 7
                                    

Capítulo 14 A lo grande o a casa

Comenzaba a quedarme claro que la historia de pacotilla que me había inventado sobre mi posible futura ruptura con Dylan, no era tan convincente como lo parecía en mi cabeza. Me golpeé esta con las manos varias veces, con los ojos cerrados, mientras las chicas seguían taladrándome a base de preguntas.

—Así que no va muy bien, ¿no? La cosa se pone violenta en Villa Rylan.

—Yo sinceramente sigo creyendo que me he perdido en qué momento os dejasteis de odiar.

—Pues si le dejas, espero que sea para irte con el nuevo.

Moe soltó el último comentario encogiéndose de hombros, tumbada en su cama y apoyada sobre los codos. Las miré a todas con el ceño fruncido, negando con la cabeza.

—Ya veo que no habéis captado nada.

—Normal, hija. Que nos expliques lo que pasa en tu vida es como explicarle a mi abuela cómo usar un ordenador—soltó Moe, como si eso tuviera alguna clase de sentido. Quizá es por eso mismo que estableció esa analogía. ¡Es tan lista!

—A ver: yo no diría que se esté poniendo... violento. Sí, le odiaba, y yo tampoco sé cómo pasó. Simplemente... pasó—conté, sin creérmelo demasiado—Y ¡no voy a dejarle por Conan! ¡Ni siquiera le conozco! Si le dejo, será porque es la opción más racional.

Asentí para mí misma, esforzándome en sonar madura.

—Bueno, ya sabes lo que dicen en estas situaciones—Moe suspiró, y todas la miramos con expectación. Se le ensanchó la sonrisa—: hagas lo que hagas, ponte bragas.

Le tiré un cojín a la cara pero ella tan solo siguió riendo, masajeándose la frente con su mano llena de anillos.

—Hablando sobre eso—intervino Sam, con picardía—. ¿Qué hay de ti y Will?

Se hizo el silencio en la habitación. Moe se quedó perpleja y todas la miramos, interesadas. Torció el gesto.

—¿Qué hay de mí y Will?

—Oh, venga ya—espetó Rachel.

—No sé de qué hablas—balbuceó Moe.

Moe nunca tartamudeada al hablar, sólo lo hacía en una situación en concreto, que casi nunca se daba. Así que supe de qué se trataba al momento. Abrí los ojos, incrédula, y la señalé con el dedo índice.

—¡Te gusta McRight! —me burlé.

—¿Qué? ¡No! —chilló.

Todas nos apresuramos a subirnos a su cama, y comenzamos a saltar alrededor de ella mientras gritábamos y reíamos.

—Sí que te gusta—repitió Rachel.

—Que no—negó Moe.

—Que sí—insistió Rachel.

—Que no.

—Que no—la confundió.

—Que sí. ¡Espera!

Todas menos ella nos echamos a reír a carcajadas. Me reí tanto que tuve que sujetarme la barriga para no caerme. Finalmente, nos sentamos en su cama, recuperándonos.

—No quiero que lo sepa—concluyó finalmente, casi molesta. Dejamos de reírnos al instante. Fruncí el ceño, algo preocupada.

—¿Por qué?

—Es... Will McRight—no dijo mucho, pero por lo menos yo la entendí antes de que siguiera hablando—. ¿Por qué le iba a interesar? Es guapísimo, popular, y tiene a mil chicas y chicos detrás. Seguro que aspira a más que la actriz borde y loca de turno.

—Moe, Will tendría suerte de simplemente compartir el mismo aire que tú respiras—le aseguré, con actitud—. Además, eres la persona más guay que conocemos.

—Totalmente—prosiguió Rachel—. Quiero decir, toma a Rylee por ejemplo. La mayoría también pensaría que Dylan Knight puede "aspirar a más" —hizo comillas con sus dedos imitando la voz de Moe—, pero sin embargo se ha enamorado de Rylee.

—Exacto—dije yo, aunque pronto recapacité sobre lo que había dicho—. ¡Eh!

Rachel me dio un abrazo, riendo, y yo rodé los ojos.

—Sea como sea, te vamos a ayudar—le aseguró Sam, sonriendo con más intención que nunca.

Al cabo de una media hora, nos encontrábamos delante de la habitación de los chicos. Moe negó con la cabeza, casi divertida.

—Creo que he cambiado de idea. ¡Adiós!

Se intentó escapar pero puse mi brazo delante de ella, cortándole el paso. Ella lloriqueó cómicamente.

—Ni de coña—soltó Sam—. O vas a lo grande, o te vas a casa.

Moe echó la cabeza hacia atrás, para luego llamar a la puerta sin muchas ganas ni seguridad en su cuerpo. Yo puse los ojos en blanco y volví a golpear la puerta con mis nudillos, esta vez con más fuerza.

—¡Ya voy, Chase, ya voy! —se oyó desde el otro lado. Torcí el gesto—¡Agh! ¿Por qué siempre te dejas las llaves?

Nos miramos entre nosotras, desconcertadas.

La puerta se abrió y reveló a Andy Ellas... en calzoncillos. Todas dejamos la boca ligeramente abierta, incómodas y un tanto horrorizadas.

—A la próxima no voy a...—Andy nos miró dándose cuenta de que éramos nosotras y emitió un grito agudo, cerrándonos la puerta en la cara de inmediato. Al cabo, de unos treinta segundos, la abrió de nuevo, esta vez con pantalones.

—Ya podéis mirar—anunció, triunfalmente—. Mejor ignoremos lo que acaba de pasar. No es por sonar borde peeero, ¿qué hacéis aquí? —seguía sujetando el pomo de la puerta, la cual estaba abierta por completo. Se le veía confundido, aunque yo también lo estaría, la verdad.

—Buscamos a Will—aclaré, con una sonrisa sagaz.

—¡Aquí estoy! —se oyó de fondo a Will y vino corriendo hasta llegar al lado de Andy. Nos miró a todas y luego a Moe, alucinado—¿Pereira?

—Tío, ¿has estado escuchando desde dentro? —cuestionó Andy—¿Quién eres, la vieja del visillo?

Will le fulminó y le indicó con la cabeza que se largara hacia el interior. Andy alzó las manos, en señal de defensa, y nos sonrió con cordialidad; nosotras le devolvimos el gesto, y finalmente desapareció.

—Mira—empezó Moe, con pesadez—, las palabras no son lo mío, a no ser que esté subida a un escenario. Pero pensaba que quizás... Yo qué sé, querrías ir a...

—Claro—la interrumpió Will, sonriendo, y esta se quedó en shock. El resto nos echamos una mirada, victoriosas.

Moe rio, algo incrédula, y asintió varias veces.

—Genial.

—Genial.

Se despidieron de nosotras en cuestión de segundos, y se marcharon, ya con Will empezando a contarle una anécdota gestualizando de una forma cómica, no sin que antes Moe se girara susurrándonos un "gracias".

—Cohen—levanté la mirada y me encontré con "Knight". Así le llamaba todo el mundo, pero a mí se me hacía imposible. Sam y Rachel me dieron varios codazos y yo las miré dolorida, pero ya se estaban alejando.

Me giré hacia Dylan de nuevo mientras me frotaba el brazo, y él parecía pensativo cuando reconoció:

—Parece que Will y Moe hacen buena pareja.

—En definitiva. Y nosotros tampoco quedamos mal.

Pronto me di cuenta de que lo había dicho en voz alta, y abrí mucho los ojos. Dylan rio.

—¿Qué?

—¿Qué? —repetí yo. Él negó con la cabeza y me sonrió.

Better togetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora