Capítulo 26.

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Capítulo 26 Quiero lo que merezco

Dylan

Terminé de cantarle a los chicos la canción que pretendía dedicarle a Rylee. Habíamos aprovechado que el comedor estaba vacío por la tarde, de forma que se sentaron en los bancos de madera, a escucharme. Los miré algo nervioso y expectante. No me pasaba desapercibido que era la primera vez que cantaba delante de ellos. Sabía que eran mis amigos, pero tenía miedo de que se rieran de mí. O lo que sería aún peor, que me dijeran que les había gustado aunque no fuera verdad.

—¿Y bien? —inquirí yo—Decid algo.

De repente, escuché unos sollozos. Desconcertado, me fijé en cada uno de ellos hasta darme cuenta de que se trataba de Chase, que se pasó las manos por debajo de los ojos. Me quedé boquiabierto.

—Tío—habló Andy—, ¿estás llorando?

—¡Sí! —exclamó Chase, casi molesto por la pregunta—Ha sido muy bonito.

Reí enternecido y le apreté el hombro mientras Will y Andy le daban un abrazo, palmadas incluidas. No pude evitar sonreír. No me podía creer que le hubiese emocionado tanto. Mi mirada terminó sobre Will, impaciente. Necesitaba saber lo que pensaba. O bueno, tal vez no lo necesitaba, pero definitivamente me importaba.

Debió darse cuenta, porque dio un sorbo por la pajita de su coco partido y lo dejó sobre la mesa. Fruncí el ceño. ¿De dónde había sacado eso? Ni siquiera estábamos en un lugar donde esa bebida fuese típica. Sacudí la cabeza, conteniendo mis ganas de preguntarle donde podía conseguir uno yo también.

—Dylan—me dijo Will por fin—, si Rylee no quiere ser tu novia, lo seremos nosotros.

Solté una risa, negando con la cabeza.

—Pero en serio, pase lo que pase, estoy orgulloso de ti. Sé que dudamos cuando nos contaste que querías ser el próximo Troy Bolton...

—Nunca dije eso.

Will siguió hablando, ignorando por completo mi comentario.

—... y sé también que no fuimos los únicos. Que sentías que no pertenecías allí y que no eras lo suficientemente bueno. Pero aquí estamos nosotros, para decirte, que sí eres lo suficientemente bueno. Lo eres de verdad, tío.

Entonces para cuando me di cuenta, se echó a llorar. Me reí con los ojos como platos.

—¿¡Tú también?!

—Déjame, Chase tiene razón, ha sido emotivo.

Sonreí, negando con la cabeza. Le di un abrazo a Will, cerrando los ojos, y me frotó la espalda. Al separarnos, Andy me dijo:

—Y ahora largo de aquí, ¿no tienes ese ensayo?

—Sí, es verdad—recordé yo.

—A por ellos—sonrió Will—. Estaremos en la primera fila mañana.

Les sonreí a todos antes de irme.

—Gracias, chicos.

Audrey

Tras la hora de cenar, las chicas y yo nos fuimos a la hoguera. Los profes realmente se habían encargado de cumplir con todas las expectativas: adolescentes sentados en troncos de madera, malvaviscos para tostar y alguien de la clase de Canto tocando Wonderwall con la guitarra.

De por sí, me estaban entrando ganas de irme a la cama. No iba a reconocerlo, pero empezaba a cansarme ver cómo todo el mundo conseguía su historia de amor en el instituto. Aunque tuviera a Rylee y Rachel conmigo, el resto iban juntándose por parejas. Además, podía notar que ese tal Andy estaba al borde de intentar algo conmigo y sinceramente, habría preferido irme a la guerra antes que lidiar con aquello.

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