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-Hoy saldremos a cenar a un lugar bien elegante para compensar lo de ayer – dijo y besó mi mejilla.

-No tienes nada que compensar, Niall.

-Claro que sí, hice que te sintieras mal…

-No es cierto – protesté.

-Bueno, pero igual déjame invitarte a cenar. Hoy cumplimos dos semanas de novios.

-Lo sé. Felices dos semanas, mi amor.

-Igualmente, bebé – me besó.

De pronto tocaron la puerta y yo fui a abrir.

-¡Liam! – me abalancé sobre él.

-____, te extrañé tanto – me dijo abrazándome.

-¿Cómo has estado?

-Bien, estuve viviendo en la casa de Matt. 

-¿No tenías novia? – pregunté mirando al piso.

-Sí, pero Rachel se volvió insoportable, y la dejé.

-Lo que sea para que estés bien – lo abracé de nuevo.

Lo ayude a acomodar sus cosas en su nuevo departamento y Niall se nos unió. Por lo visto se llevaban muy bien, y eso me agradaba, pero luego de terminar de acomodar todo, vino la charla que esperé que jamás llegara.

-¿Hace cuánto están de novios? – preguntó Liam.

-Dos semanas – sonrió Niall y pasó su brazo por mi cintura.

-Espero que no hagas cosas “raras” con mi hermana, Horan.

-¡Liam! No hemos hecho nada – protesté y me ruboricé.

-En serio, Liam, no le he puesto ni una mano encima – sonrió Niall.

-Más les vale. Al menos ahora los tendré controlados – hizo una sonrisita ganadora y le pegué amistosamente.

-Bueno, chicos, voy al estudio. Nos vemos después, hermanito. - dije y salí.

Estuve dentro del estudio unas dos horas, grabé tres canciones hermosas y luego volví al departamento de Liam. Para mi sorpresa, Niall seguía ahí.

-No puede ser, ¡ESO NO ERA UNA FALTA! – gritó Niall, concentradísimo en el partido.

-Es obvio que a ese árbitro le pagaron para que se ponga en contra de nuestro equipo – protestó Liam.

-Qué bueno que entre cuñados se lleven tan bien – dije y me reí. 

-Ajá – respondieron los dos, se notaba que no me habían escuchado.

Bajé al departamento de Niall, me bañé, me vestí con un vestido y un par de zapatos elegantes ya que teníamos nuestra cena en un lugar “elegante”. Mientras me miraba al espejo convenciéndome de que me quedaba bien, Niall entró desesperado y se abalanzó sobre mí, abrazándome.

-¿Qué te sucede? – le pregunté riendo, pero a la vez preocupada.

-No estabas en el estudio, ¿cómo no me avisas? – dijo aún sin soltarme.

-Niall, les avisé, fui hacia ustedes y jamás notaron mi presencia porque estaban muy concentrados insultando al árbitro del partido.

-Perdón, es que pensé que te había sucedido algo – por fin me soltó – Te ves hermosa. Voy a cambiarme.

Mientras él se cambiaba, yo jugaba un poco con mi pelo. Lo recogí un poco, con un pequeño broche y quedó mejor de lo que esperaba.

Lo vi venir con su hermoso traje y se veía muy lindo. Me sonreí a mí misma de saber que era mío y jamás pensaba dejarlo. Aunque solo estábamos saliendo hace dos semanas, estaba perdidamente enamorada. Me tomó del brazo como si estuviéramos a punto de casarnos y salimos. Bajamos por el ascensor hasta el garaje del edificio y nos subimos a su moderno auto. Antes de arrancar, puso las manos en el volante y me miró.

-¿Me prometes que si te digo algo no te enojas? – preguntó.

-¿Qué sucede?

-La cena… no es lo que esperas…

-¿A qué te refieres? – no entendía nada.

-En realidad vamos a casa de mi madre…

-¿Qué hay de malo en eso?

-Vive en algo así como una mansión y es muy mala persona con las chicas que le presento, aunque solo le presenté a dos. Tú serías la tercera. Ella quiere sí o sí que yo salga con Mary, porque ella la eligió para mí. Por eso es que lo de Mary y yo jamas funcionó ni tuvo sentido. No le contaré nada de tu historia, sólo digámosle que salimos desde un mes después de que corté mi relación con ella. Va a matarme – ví la cara de preocupación que tenía Niall y me atemorizó un poco.

-Está bien – asentí suavemente y tomé su mano – Te amo, todo va a salir bien.

-Yo también te amo, gracias por entenderme – besó suavemente mis labios.

La verdad me asustaba un poco lo que podía llegar a decir la madre de Niall. Odiaba que me miraran de arriba abajo cuando no estoy bien vestida, o lo que sea, y estaba segura que sería lo que esa señora iba a hacer. Tenía un poco de miedo, quería caerle bien a mi “suegrita”.

Help Me [Niall Horan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora