Help Me [Niall Horan]

28

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Conduje gran parte de la noche. Niall no durmió nada, se quedó calmándome y haciendo más llamadas. Eso me ponía un poco nerviosa, pero escuchar su voz me calmaba. Era como si nada malo pudiera pasarme.

-Paremos en este hotel a dormir – me dijo señalando un pequeño hotel al costado de la ruta.

Asentí - Muero de sueño – le dije.

Estacionamos ahí, dejamos las valijas en el auto y sólo llevamos el pequeño bolso que yo había preparado con nuestros pijamas, las aspirinas para Niall y todo eso. Él se lo colocó en el hombro y yo lo ayudé a caminar. Se notaba que le dolía, aunque un poco menos que antes. Él hizo los trámites en recepción y yo fui a comprar algo para que comamos en el buffet, ya que no habíamos cenado. Sentí extrañamente que conocía ese lugar, pero no le dí importancia al asunto. Me apuré a comprar la comida así ayudaba a Niall a ir a la habitación. Entramos, comimos lo que compré y noté que aún le dolía pero no había dicho nada, así que lo obligué a tomar las pastillas. 

-Pareces un bebé, toma la pastilla, Niall – le dije entregándole una aspirina.

-Sólo porque es la quinta vez que me lo pides, pero de verdad estoy bien.

-No, no estás bien. En cuanto lleguemos a Nueva York te verá un médico, ¿quedó claro?

-Está bien, mamá – me dijo haciendo puchero y no pude evitar reir ante su gesto.

Finalmente me hizo caso, nos acostamos y nos dormimos abrazados. Luego de dormir un rato, sentí que alguien golpeaba la puerta, fui a abrir y era mi padre.

Me quedé sorprendida y asustada. Empecé a sentir que mi corazón se aceleraba, todo a mí alrededor me daba vueltas, no entendía lo que pasaba. De pronto me ví a mí misma sintiendo el dolor que había sentido tanto tiempo, el cual había olvidado un poco.

Él intentó agarrarme y lo logró. Me tomó del brazo y me dirigió hacia una silueta de un hombre. Ahora entendía que él me estaba conduciendo a quien me había violado.

<<Al fin volvemos a vernos, mi amor>> me dijo y empecé a gritar.

-¡Niall, ayúdame! – grité y me desperté. 

-¿Qué… qué pasa? – preguntó preocupado y algo dormido.

-Abrázame – lo hizo y las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos.

-¿Qué sucedió? ¿Estás bien? 

-Tuve un sueño horrible – dije – Nunca vayas a dejarme, no lo hagas, Niall.

-Jamás te dejaré, ¿quieres contarme que pasó?

-Alguien golpeaba la puerta, yo abría y era mi padre. Me llevó hacia quien me violó y pude despertarme. Me dijo algo como <<Al fin nos volvemos a ver>> o algo así.

-Tranquila, ya pasó – besó mi frente mientras seguíamos abrazados – Volvamos a dormir. Luego de desayunar seguimos viaje, así que tenemos que dormir bien. 

Asentí y seguimos durmiendo. Me sentía un poco mejor estando abrazada a Niall, porque él era mi todo. Despertaba en mí emociones que jamás había sentido, me protegía y me hacía sentir querida.

(...)

A la mañana siguiente nos despertamos, tuvimos nuestro turno para ducharnos, nos cambiamos y fuimos a desayunar. La pierna de Niall se encontraba mucho mejor, casi ni le dolía y podía caminar sin mi ayuda, aunque despacio. Tomados de la mano, entramos al buffet y ahora que podía ver todo con claridad, recordé haber estado ahí.

Me vi a mí misma corriendo desde el otro lado de la ruta y entrar al hotel pidiendo ayuda. Mi padre corría detrás de mí, me trató de loca y me llevó a la casa de nuevo. 

-¿Estás bien? – preguntó mirándome extrañado.

-Ya he estado aquí, Niall.

-¿Qué? – se sorprendió.

-Allí está la casa – señalé al otro lado de la ruta. 

-¿Co… cómo lo sabes? – preguntó

nervioso y asustado a la vez.

-Recuerdo correr a través de la ruta y venir a este hotel pidiendo ayuda. Mi padre venía detrás de mí y les dijo a todos que yo tenía problemas psiquiátricos. A nadie le importó lo que yo decía – estaba inmóvil.

-Vamos a sentarnos y comer algo, por favor. Haré las llamadas necesarias y en quince minutos vendrá el helicóptero y entrarás a reconocer el lugar. 

-¿Qué? – dije exaltada.

-Sé que es duro – tomó mi mano – Pero estaré a tu lado. Necesito que lo hagas, necesito que todo esto termine.

Sus palabras retumbaban en mi cabeza.

¿De verdad se terminaría todo? ¿De verdad ya no habrían más miedos, pesadillas, dolores de cabeza? ¿De verdad estaba pasando? Quería entrar a esa casa, terminar con todo eso, pero me daba mucho miedo. Demasiado miedo, para ser honesta. Quería dejar los miedos de lado, entrar allí, enfrentar mi pasado y vivir feliz. Comimos algo mientras Niall hacía las llamadas y cuando terminamos de comer, pagamos en hotel y fuimos al auto.

Volvimos a la ruta y unos metros más adelante, del otro lado de la ruta, vimos un camino que conducía a quién sabe dónde, pero según Niall, había que ir por ahí. Obedecí y fuimos. Recorrimos un par de kilómetros y aún podía verme a mí con catorce años corriendo por todo el campo. Niall notó que mis lágrimas estaban a punto de salir y tocó mi rodilla en señal de que estaba conmigo y nada pasaría. Cuando llegamos al lugar, había un helicóptero del FBI esperando por nosotros. Parecía una película, pero todo un equipo estaba esperando para que yo reconociera el lugar y empezar las pericias. A simple vista, la casa parecía abandonada, y no me equivoqué. Estacionamos por ahí cerca, y bajamos. Niall saludó a sus compañeros que nos dieron guantes de latex para no tocar nada y, aún con dificultad, caminó conmigo a la casa. Convenció a todos de que entraríamos solos, así sería más fácil para mí, al no tener la presión de tanta gente sobre mí. Antes de entrar tomó mi mano, me miró fijo a los ojos, ambos suspiramos y abrí la puerta.