Miraba de arriba a abajo al muchacho enfrente de mí con asombro. Las casualidades del destino o tal vez por obra de algunas de las entidades allá arriba para castigarme por mis malas acciones que aún seguía sin entender cuáles fueron, me llevó a encontrarme con el misterioso chico del skate que irónicamente también era mi vecino. Parecía enérgico, conversador, amistoso con la gente que ni conocía...estaba entrando en pánico frente a una personalidad tan diferente a la mía.
-Ah... ¡tú eres la chica de las llaves! -Exclamó el rubio extrañamente feliz de verme- ¡No pensé que te encontraría en esta clase de lugar! ¿Qué haces aquí?
-Tra-trabajo aquí... -Murmure dejándole lentamente el tazón en el mostrador.
- ¡Entonces seguro me harás un descuentillo! - Vociferó mostrándome su billetera que para ser un estudiante de universidad era muy infantil, se trataba ni más ni menos que un sapito -Pues como veras, ando medio corto de dinero -Se rio nervioso rascándose la cabeza. Si, tenía razón, el sapito estaba casi vacío salvo por unos billetes que apenas si pagaban un bol mediano.
-Está bien -Suspire - le diré al nonno que lo que falte lo ponga a mi cuenta- Ahí surgía otra vez el lema de "si alguien está en problemas lo ayudare" que me gustaba seguir a raja tabla. Ser demasiado buena con la gente podía a veces ser malo, en este caso en especial para mis bolsillos.
Ya casi llegaba la hora de cerrar el local, pero aquel misterioso chico que se había acabado su tazón de spaghetti extra grande en un abrir y cerrar de ojos, aún seguía sentado en el mostrador tarareando una canción mientras con sus dedos seguía el ritmo. Los demás clientes ya se habían ido, las hornallas habían sido apagadas, los platos ya estaban lavados. Seguramente era alrededor de la una o dos de la madrugada.
Colgué el delantal en el perchero y me desate el cabello dejándolo caer por mi espalda. Después que el dueño se fuera, era la encargada de cerrar el restaurante. Me asome al mostrador curiosa viendo que el rubio estaba profundamente dormido. Esbocé una sonrisa y decidí acercarme sigilosamente para no despertarlo. Era la primera vez que lo veía de tan cerca desde el encuentro en el departamento. Su cabellera blonda caía a un lado, dejando ver su rostro con más detalle. Tenía algunos raspones y cortaduras. Su boca estaba entreabierta mientras escapaba un hilo de baba. No era exactamente la imagen más bonita que me hubiera gustado ver pero en cierta forma lo encontraba tan tierno como un niño pequeño tomando su siesta.
Entonces el rubio abrió lentamente sus ojos encontrándose con mi rostro a unos centímetros de la suya. Ambos nos alejamos abruptamente por la sorpresa.
-Lo-lo-lo siento, es ho-hora de cerrar -Mis neuronas trataban de funcionar al cien por ciento para coordinar mi cerebro con la boca pero simplemente chocaban las ordenes unas con otras haciéndome tartamudear.
- ¿Ya paso tan rápido el tiempo? -Entrecerró sus ojos frunciendo el ceño -Te esperare afuera cuando termines de ordenar todo - Musitó saliendo por la puerta un poco dormido.
Incline la cabeza hacia un lado sin entender que acababa de suceder. ¿Me esperaría afuera? ¿Significaba que él había estado esperando todo este tiempo? Agarre el abanico de papel sobre el mueble de la cocina para abanicarme mientras inspiraba y exhalaba lentamente. Primero debía calmarme antes de sufrir un desmayo o peor. Aun tenia esa sensación de una corriente eléctrica recorriendo todo mi cuerpo de cuando abrió sus ojos de repente. ¡Sí que me lleve un buen susto!
Asomé la cabeza por la puerta viendo al chico sobre una pared, bostezando enorme como un oso mientras al parecer me esperaba. Aún estaba observándolo de lejos cuando de repente volteó hacia la dirección en la que estaba y rápidamente me oculte detrás la puerta. La corriente eléctrica dentro de mi otra vez se disparaba por los cielos. Intenté contener la respiración para que no supiera que estaba allí, de no hacer ni el más mínimo ruido. Fue entonces que escuche el ruido de unas suelas golpear contra el suelo, caminando a donde estaba escondida. Se detuvieron en la puerta y vi como una mano quería abrirla como fuese. Aunque use toda su fuerza, claramente èl era más fuerte y terminó encontrándome.
-No tengas miedo, no muerdo -Me dijo sonriendo dulcemente - aunque puede que tenga colmillos como los perros -Frunció el ceño al fijarse su propia dentadura- Pero no creo que sea de que preocuparse.
Me eché a reír en su cara ante tan tonta comparación y le sonreí asintiendo.
- ¿Puedo saber tu nombre? -Interrogó bajando la cabeza a la misma estatura que la mía, logrando verme directo a los ojos.
-Sa-Sara Rawson...-Titubeé ocultando mi mirada con mi fleco - ¿Tu?
-David Moore -Musitó con una enorme sonrisa estrechándome la mano-Creo que deberíamos volver, mañana hay mucho por hacer -Dijo mirando el reloj de su muñeca que tenía un extraño diseño de sapo.
Nunca había encontrado a una persona como él. Al menos no que recordara. Buscando todo el tiempo el contacto directo de mis ojos con los suyos, hiperactivo, siempre teniendo algo para decir. Sentía que había encontrado un animal, en este caso sería humano, en peligro de extinción y que exigía toda mi atención para entender su comportamiento.
Emprendimos el viaje de nuevo a casa, a pesar de ser la noche, la brisa cálida y perfumada del verano se movía alrededor nuestro, el firmamento mostraba la belleza de las estrellas, y nuestros pasos toscos retumbaban en el pavimento que conformaba la calle. Él miraba a su alrededor sonriente, feliz y yo con la cabeza baja observaba el pavimento en silencio mientras movía mis pies. Deseaba preguntarle si había estado esperando por mí pero mi lado tímido opacaba el rastro de pequeña valentía que quería surgir.
-Sara ¿Podría preguntarte algo?- Interrogó de repente y yo asentí- ¿Por qué trabajarías en un lugar como ese por la noche? He estado rebuscando en mi cabeza porque una chica como tú lo haría pero no se me ocurre nada -Terminó su preguntando aun rebuscando en su cabeza la respuesta.
Me mordí los labios tratando de buscar las palabras exactas. Podría decirle que estaba sola, que no tenía el apoyo de mi familia, que el trabajar a la noche era un horario conveniente, el sueldo era bueno, tantas cosas...
-Cuando lo encontré pensé que era un buen lugar para trabajar -Musite obviando las otras respuestas -El nonno me trató muy bien apenas lo conocí así que acepté el trabajo.
-Mmm... -Se acercó peligrosamente a mi rostro frunciendo el ceño todavía pensándolo.
- A to-todo esto ¿Por-porque te quedaste a esperarme? - Solté haciendo el mayor esfuerzo de mantener la compostura.
-Quería devolverte el favor acompañándote a casa, no es bueno que una chica vuelva sola a esta hora.
Inconscientemente me detuve tras oír eso y sentí que mi corazón dio un pequeño saltito ante sus palabras.
-Mira, parece que ya llegamos -Dijo el rubio señalándome el gran edificio enfrente corriendo hacia la entrada.
Sacudió la cabeza intentando salir del trance y lo seguí mientras sacaba las llaves de mi bolso. La cabeza me daba vueltas y vueltas mientras subíamos por el ascensor en silencio. Era la primera vez que alguien me decía algo como eso, había descubierto una persona repleta de secretos que deseaba conocer con cada paso que daba a su lado.
Nos despidimos frente a las puertas de nuestros departamentos y entramos a ellos sin decir más. La luz brillante que creí que me rodeaba se estaba cubriendo de una espesa niebla...
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Solsticio de verano(1er libro de la trilogía)
Teen FictionEl solsticio de verano es el encuentro poco casual entre el sol y la luna, que solo ocurre en dos en el año, creando un hermosa mezcla de colores en el cielo, combinando la luz con la oscuridad, la fría noche con el radiante día, inventando algo nue...