Ya cuando íbamos por el centro de la ciudad, decidí hacer un movimiento osado y peligroso que podría costarme la vida, conociendo lo agresiva que podía ser mi novia. Acerque más su brazo contra mi cuerpo y entrelacé nuestras manos curioso de ver su reacción. Me encantaba tenerla tan cerca mío, era como sentir que la inseguridad poco a poco iba dejando mi cuerpo y solo era ocupado por esa corriente eléctrica que provocaba en mí. A pesar que esperaba alguna especie de golpe, no recibí absolutamente nada. Nada de nada. De hecho ella volteó a verme dibujando una curva con la comisura de los labios y apoyó su cabeza sobre mi hombro, como si fuéramos esas típicas parejas empalagosas. Tenía que admitirlo, me sentía genial y no quería despegarme de ella ni aunque viese mi restaurante favorito en frente.
Todas las partes volvían a unirse poco a poco. Nuestra relación estaba cobrando forma, ya nuestra cita tenía otro significado además de salir a comer juntos, nos apoyábamos en el otro, éramos y actuábamos como una pareja, mis inseguridades como tal vez las de ella iban desapareciendo. Al demonio Solomon, el decano y….
El momento con mi novia se arruinó cuando divisé a lo lejos, caminando en dirección contraria, la figura de una chica de piel tan pálida como la nieve, con ese cabello llovido oscuro tan característico y una pequeña sonrisa tímida adornando su rostro mientras a su lado iba aquel chico con problemas de ira, que lucía muy feliz, conversando con ella.
De repente la mirada de él y la mía se cruzaron, con intensidad e ira contenida, imposible de explicar, y luego la apartó tomando la mano de Sara por sorpresa, dejándola impactada por su acción, pero yo hice todo lo contrario. Moví bruscamente mi cuerpo de Rebecca, logrando que se separara de mí y se quedara mirándome con el ceño fruncido, probablemente cuestionandose porque lo habia hecho.
Entonces la mirada de Sara se fijó en mí, con cierta sorpresa al verme y la bajó a donde ese rottweiler tenia presa su mano como preocupada que la viera en ese estado. Becca me codeó pidiéndome que siguiéramos camino pero quería quedarme allí para encontrarnos frente a frente. Ya ni me importaba ese perro ni Rebecca, quería saludar a Sara y lo haría con o sin su aprobación.
— ¡Sara! ¿Cómo va todo? –Le pregunté feliz de verla.
—B-Bastante bien ¿Y tú David? Han pasado varios días –Respondió con su típico tono dulce y tímido de siempre.
—Ya sabes, estabamos yendo a un restaurante y…-Fui cerrando mi boca al notar como ese chico, llamado Adam, y Becca nos clavaban la mirada como sintiéndose excluidos. Sara tragó en seco y retrocedió unos pasos alejándose de mí. Seguramente el perro la estaba intimidando para que se mantuviera lejos de mí —Veo que al fin conseguiste lo que querías –Volví a hablar mirando a Adam con una sonrisa falsa., claro que me molestaba que estuviera con él.
—A-ah sí, él y yo estamos saliendo –Aclaró tratando de no tartamudear. Aun le daba vergüenza hablar de esas cosas, era tan tierna… — y tú sales con Rebecca, me alegro por ti –Y soltó una pequeña sonrisa de felicidad.
—David no es que quiera arruinar este encuentro entre vecinos pero –y Becca miró un segundo a Sara de manera sospechosa – Pero sería mejor si nos apuramos en ir al restaurante, si no, habrá que hacer fila para entrar.
— ¡E-es verdad! –Exclamó Sara notando obviamente el tono en el que lo había dicho Rebecca —No quisiera que por nuestra culpa se perdieran la posibilidad de comer en un restaurante.
—Además nosotros también tenemos que ir a un sitio lo mas rápido posible antes que cierre –Agregó Adam sujetando un poco más fuerte la mano de Sara y luego se me quedó viendo la cara incredulo–Tuviste una dura pelea hoy eh, creí que era el único al que le gustaba pelear.
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Solsticio de verano(1er libro de la trilogía)
Teen FictionEl solsticio de verano es el encuentro poco casual entre el sol y la luna, que solo ocurre en dos en el año, creando un hermosa mezcla de colores en el cielo, combinando la luz con la oscuridad, la fría noche con el radiante día, inventando algo nue...