Capitulo 25: Atando cabos sueltos

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A los pocos metros, veía a una chica de cabello rosas con un gorrito de lana puesto sobre la cabeza mirando su móvil. Era Rebecca… ¿Qué hacia ella aquí? ¿Cómo sabía que trabajaba en este restaurante?

Me acerqué a ella temerosa, ya estando a su lado  aclaré mi garganta tratando de llamar su atención. Ella alzó su mirada del móvil y frunció la boca, como molesta o algo conmigo.

—Perdona Sara que te moleste a esta hora, pero necesitaba hablar contigo –Musitó guardando su teléfono en el bolsillo de su chaqueta.

—Sí, no hay problema ¿De qué querías hablar?—Interrogue manteniendo mi tono de voz firme. Se suponía que ella era amigable, no debería tener miedo de que me hiciese algo pero la forma que me miraba lo lograba de alguna manera.

—Me enteré que eres vecina de David —Asentí con la cabeza sin entender a qué venia eso —y él me dijo que se llevan muy bien además.

—Ah, sí, es verdad, so-somos buenos amigos- Titubeé buscando la razón de porque metería a David en la conversación.

—Si es así no tendría problema que te hablaras con él, sin embargo…-Pausó un instante frunciendo el ceño –Esa noche que me viste con Solomon, tú estabas con él, caminando como si fueran…una pareja-Murmuró con un poco de fastidio al hablar.

— ¡N-No es así! –Exclamé- Estaba deprimida  y él me animo, solo fue eso.

—Entonces explícame que hicieron después de ese día, cuando los dos huyeron –Agregó cruzándose de brazos.

Pero… ¿Cómo se enteró de eso? Creía que sólo David y yo sabíamos sobre ello. Aparte ese no era un comentario únicamente, me estaba acusando de alguna forma por mi cercanía a él, por el hecho que nos lleváramos tan bien.

—Rebecca, no es como piensas –Apoyé mi mano en su hombro intentando razonar con ella – Él quiso animarme y pensó que la mejor manera era salir un rato de aquí, ninguno tuvo la intención de hacerlo parecer otra cosa.

—Entiende Sara, él es demasiado amigable con cualquiera que se acerque, no me puedo confiar de nadie aun si se tratase de ti –Explicó como de alguna forma creyendo en mis palabras —Quisiera pedirte que no te acerques tanto a David.

— ¿P-porque? –Pregunte sorprendida por su pedido. Me gustaba tenerlo a mi lado e incluso él dijo que podía ser su amiga.

—No me gusta sonar así de ruda—Chistó — Por lo poco que te conozco sé que eres una buena chica pero la gente lo puede malentender, pensar que están juntos y no quiero más problemas ahora.

Sonaba bastante molesta con su situación. Seguramente estaba hablando de los rumores con Solomon, y los problemas  que tenía al estar en medio de  ese extraño triángulo amoroso. Podía comprenderlo, no era lindo estar sufriendo innecesariamente. Sin embargo, yo nunca había buscado que la gente pensase otra cosa sobre David y yo.

—Quédate tranquila Rebecca, mantendré mi distancia de él, intentare no causarle problemas a ninguno de los dos –Musité sintiendo esa sensación de pena. Me sentía culpable de causarle celos a su novia, justo cuando David estaba tan feliz de estar en pareja.

—Gracias, de verdad…-Murmuró dedicándome una media sonrisa—Creo que será mejor que vuelva a casa, antes que se haga más tarde y sea peligroso.

—Sí, supongo que nos veremos en la universidad –Dije ya abriendo la puerta trasera del restaurante para volver adentro.

—Seguro, cuídate –Habló comenzando a caminar por el callejón con sus manos metidas dentro de la chaqueta.

Solsticio de verano(1er libro de la trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora