Capitulo 7: ¿Ella sigue gustando de el?

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Ambas caminamos por los pasillos de la universidad hablando sobre cómo iba avanzando mi relación con Adam. Algo que me costaba hablar al respecto. Obviamente ella me aconsejaba que si quería que esta vez funcionara, tenía que ser más agresiva, decirle mis sentimientos antes que cualquier chica me ganase y eso, pero obviamente sería demasiado difícil.

Nos llevó un rato llegar hasta la cafetería más cercana a la universidad, donde por suerte para mi apretado presupuesto, hacía descuento por ser estudiante. Viviendo sola, calculaba cuánto dinero podría gastar en salidas ya que el resto iba para el alquiler del departamento, la beca de la universidad y la comida. Sabia a la perfección que al ser una adulta responsable tenía que hacerme cargo de mi misma pero en esos momentos agradecía trabajar ¡Una entrada de dinero ayudaba tanto en tiempos de necesidad!

Entramos al local sentándonos en una de las mesas disponibles junto al gran ventanal, mi lugar preferido donde pasaba ocasionalmente algunas tardes leyendo un buen libro de medicina acompañado de una taza de café. La camarera se acercó a la mesa preguntando amablemente que pediríamos entregándonos el menú. Ambas elegimos un café expreso y una porción de tiramisú para cada una. A los minutos volvió la muchacha con la bandeja de su pedido y se la dejó en la mesa con un “Que lo disfruten”.

— ¿Has hablado con tu primo estos meses? –Preguntó Nat ocultando su sonrojo al tomar un sorbo del café.

—Mmm… Matt me llamó los primeros días de clases para ver cómo me iba, pero no mucho más que eso –Musite cortando un pedazo del postre con la cuchara.

— Me imagino que también hablaron sobre tu hermana -Opinó tomando otro sorbo de café.

Tarde un segundo en contestar al quedarme mirando pensativa la taza. Recordé lo mal que iba mi relación con mi hermana menor… –Si, sigue sin querer verme.

—Entiéndela, apenas es una estudiante de escuela media. Necesita tiempo para entenderlo.

—Desde que la deje en casa de mis tíos que no hablamos Nat…-Murmure cabizbaja.

Ella vio el desánimo me causaba hablar sobre el tema y decidió cambiarlo rápido.

—Cuéntame qué tal le va a Matthew en la universidad –Musitó alegre.

—Sabes que siempre fue bueno en representar a las personas ante la ley –Solté una pequeña risita recobrando el ánimo —Así que le dieron una beca en la universidad en Massachusetts ¡Incluso me contó que quedó en primer lugar en los examen de principio de año! –Exclame riéndome.

— ¡Sabia que seguiría siendo tan genial como en la secundaria! –Expresó Natalie extrañamente orgullosa de él — ¿Crees que algún día venga a visitarnos? –Interrogó esta vez volviéndose tímida.

Desde secundaria que Natalie y yo éramos buenas amigas, por lo que claramente conocía a los miembros de mi familia, en especial a  mi primo Matthew con el que habíamos compartido nuestros últimos años de escuela aunque era un año mayor que nosotras. Con el tiempo Natalie le había causado cierta curiosidad mi primo hasta el punto que hablaban seguido y se llevaban bien, lo que la llevó a caer perdidamente enamorada de él. Sin embargo, él se mantuvo como su amor platónico  por toda la secundaria y el instituto ya que ella nunca tuvo la valentía de confesarse.

—Yo sé porque lo dices –Insinué con una sonrisa- Aun te gusta.

— ¡Claro que sí! Pero sabes que él nunca me vio de esa forma — Suspiró —Prométeme que si el viene de visita, lo llevaras a mi casa para verlo — Suplicó nuevamente con sus ojos de cachorro.

—Sí, sí, lo prometo, lo llevare a verte –Dije dándole palmadas en la cabeza.

— ¡Eres la mejor amiga que existe en todo el universo! –Exclamó llena de felicidad logrando que todas las personas en la cafetería voltearan a verla.

Unas horas más tarde de hablar y hablar con ella,  nos despedimos siendo que faltaba poco para que yo entrara a su trabajo y cada una se fue por su lado. Mientras caminaba hacia su departamento, miraba tranquilamente a mí alrededor como la gente volvía de sus trabajos cansada, leyendo el diario de la tarde, algunos esperando en las estaciones de tren. Por otro lado, adolescentes caminando con sus amigos de vuelta a sus casas, conversando alegremente entre ellos, llenos de energía. Era como ver dos mundos diferentes.

Respire aliviada al abrir con mis propias llaves la puerta de mi hogar y voltee a ver con intriga el departamento de enfrente. La curiosidad por mi vecino curiosamente empezaba a crecer ¿Cómo se llamaría? ¿Viviría solo o con alguien? ¿Estudiaría con  Natalie o era de los cursos superiores? Preguntas que se quedarían en mi mente sin respuesta ya que prácticamente ni nos cruzábamos por las mañanas, ni en los pasillos de la universidad ni en el regreso a casa. No había oportunidad que nos encontráramos y entabláramos una conversación. Frunció el ceño un poco molesta al ver que él seguiría siendo un misterio y entre a casa.

Solsticio de verano(1er libro de la trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora