Capitulo 28: Consecuencias

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Volví a mirar el campo donde todos los jugadores estaban en círculo rodeando a David, quien  ahogaba gritos de dolor por su pierna. Solomon a un lado lo miraba con cara de satisfacción. Claro, había cumplido su venganza, seguía sin detenerse a pensar ni en un solo momento que ese chico era su mejor amigo y lo había lastimado intencionalmente...

Como pudo David se levantó del suelo un poco cojo, y lo observó a Solomon detenidamente, deduciendo que había sido él. Ambos se dirigieron la mirada en silencio con ese ambiente asesino cubriéndolos. La gente a mi alrededor estaba entendiendo el mensaje oculto en esas miradas, ellos también sospechaban lo que se avecinaba…

Entonces David se alejó de sus compañeros y tomó de la camiseta a Solomon gruñéndole algunas cosas que desde donde estaba no alcanzaba a oír. Solomon le contestaba algo también ofensivo que encendió la chispa. Sus compañeros se empecinaban en separarlos para evitar problemas pero esos dos, que eran la clase de personas que se dejaban llevar por sus impulsos, se oponían a pesar de saber lo que traería ello.

Entre uno que otro insulto más que se dijeron, uno de los dos lanzó el primer golpe. Fue tan rápido que no se alcanzó a ver quién lo inicio pero era obvio que el otro no dudo en devolverlo. Los estudiantes que estaban por los campus paseando comenzaron a escuchar la conmoción y se acercaron a ver que estaba sucediendo, llenando de gente por completo las gradas y los huecos vacíos.

Me sentía estúpida e impotente, los veía golpearse una y otra vez, sabiendo la razón. No se trataba de algo sobre el futbol, era yo por la que peleaban y me odiaba por eso… Bajé la mirada a los tablones siendo incapaz de seguir observando. La multitud gritando todo tipo de cosas y yo sin tener otra escapatoria que sentirme culpable. Porque aunque ellos no lo notaran, incluso podrían perder sus becas si peleaban en un partido de la universidad, arruinando la posibilidad de cumplir su sueño, todo por la estúpida razón de estar a mi lado. ¿Cuándo fue que su amistad “de acero” se corrompió de tal manera?

Entonces, a lo lejos, una figura imponente comenzó a atravesar el campo de futbol con una marcha tranquila pero a la vez escalofriante, con su corbata bien ajustada al cuello, llevando ese distintivo saco color azul marino con el cartel enganchado con un alfiler que tenía escrito “decano”. La afición fue callándose poco a poco hasta quedar completamente en silencio, los entrenadores se vieron obligados a salir corriendo hacia el medio del campo donde estaban sus jugadores y los separaron en un abrir y cerrar de ojos.

Llevé mi mano a la boca asustada de lo que pasaría a continuación. Aquel hombre tenía poder, demasiado, tanto que tenía comiendo de su mano a los entrenadores, desde las gradas se veía como Solomon y David miraban al decano sabiendo que estaban jodidos. Ambos esparcieron la tierra de sus uniformes y con la señalización del decano, se dispusieron a seguirlo con “el rabo entre las patas”. Nada bueno saldría luego que hablaran con él.

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Narra David:

Había sido un completo idiota. Golpear a Solomon había sido la peor idea que se me pudo haber ocurrido en toda la maldita vida. Ambos tuvimos que soportar más de una hora de regaño del decano avisándonos que quedaríamos suspendidos de la liga inferiores lo que significaba que ninguno de nuestros equipos podría ascender a las ligas superiores. Salí de aquella oficina totalmente estresado y conteniendo la ira que aun quería descargar sobre Solomon. Él me miraba despreocupado, tomándolo bastante a la ligera pero lo que había dicho en el campo no lo era tanto.

*Flashback*

El partido estaba llegando a su parte intensa, corría más veloz que el mismo rayo por todo el campo esquivando a todo jugador que se me cruzaba. Sentía que ya casi llegaba a la gloria al divisar la portería contraria. Incluso mi cabeza recreaba el grito de festejo de la multitud por mi grandioso gol. Movía mis pierna de aquí a allá, evitando que me quitaran la pelota de los pies, simplemente era yo contra la portería.

Solsticio de verano(1er libro de la trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora