Solsticio de verano(1er libro de la trilogía)

Capitulo 26 : La verdad detrás de todo

*Flashback*

Estábamos almorzando a escondidas en la terraza de la escuela Adam, Natalie, Fanny y yo mientras pasábamos un buen rato. La suave sensación del aire puro que había en ese lugar era genial, además que era una cálida tarde de verano con el cielo azul  mostrándose más brillante que nunca. Reíamos, contábamos cosas al azar de nosotros mismos, parecía estar todo bien. Incluso  en aquel momento pasaba que hablábamos solo Adam y yo, dejando de lado a Natalie y Fanny, como si fuéramos únicamente nosotros.

Entonces él bajó  por las escaleras de la azotea avisándonos que tenía que hacer algo antes y que luego nos acompañaría a casa. Mis amigas me codearon insinuando que debía ir tras él, confesarle mis sentimientos y esperar lo mejor. Yo bajé la cabeza avergonzada y me negué a hacerlo, quería esperar a que realmente estuviéramos solos pero me sentía lo suficientemente segura para decírselo ese día.

Sin embargo Adam nunca vino a acompañarnos, Fanny Y Natalie tenían otras cosas que hacer así que me quedé yo sola esperándolo. Miraba constantemente la pantalla de mi móvil viendo lo tarde que se estaba haciendo y aprovechaba para apreciar el fondo de pantalla. Era una foto de nosotros jugando en la clase de química. y me era imposible no sonreír como una idiota al verla, él parecía tan lindo con esa contagiosa sonrisa suya…Debía quedarme un poco mas, seguro saldría por la puerta principal corriendo hasta alcanzarme y pediria disculpas millones de veces.

Quedaban pocos alumnos en los alrededores y era fácil verme apoyada contra la pared esperándolo. Fue cuando escuché el ruido de la puerta abrirse a un lado y supuse que era él. Sonreí feliz de verlo por fin pero tenía mala cara, algo fastidiado y molesto, poco común en él.

—Adam –Musité aun manteniendo mi sonrisa.

—S-Sara… ¿Qué haces aquí? Se supone que tendrías que haberte ido ya –Murmuró frunciendo el ceño preocupado luego se le borró esa expresión molesta  –Vamos, te acompañare hasta la parada de autobus.

Mientras caminábamos esas cuadras que nos separaban de la parada del autobus, no habíamos abierto nuestras bocas para nada. Yo estaba nerviosa, sentía caer las gotas de sudor por mi frente y como mis mejillas ardían a la misma temperatura de un horno, de lo avergonzada que me encontraba. Era mi momento, tenía que decírselo.

Me detuve de repente aspirando profundamente para tomar valor. Adam notó que ya no caminaba a su lado y se giró a verme confundido. Nuestras miradas se conectaron unos instantes e inmediatamente la volví al pavimento con mi rostro a punto de convertirse en un tomate viviente. Mis labios se movían inquietos sin poder formular una oración, mi cuerpo temblaba desesperado pero quería decírselo, quería decirle que lo amaba tanto que no soportaba más esos sentimientos dentro de mí. Apreté mis manos en puños lo más fuerte que podía y…

— ¡Me gustas Adam! ¡Me gustas mucho, mucho, mucho! –Repetí desesperada mientras sentía como todo me daba vueltas. Al fin lo había dicho…

Levanté mi vista esperando oír su respuesta pero lo único que me encontré era a Adam mirando hacia un lado, serio, sin contestar nada. Metió sus manos en los bolsillos del pantalón y bajó su mirada al suelo a la vez que rozaba las suelas de sus zapatillas contra este.

—Lo siento Sara, pero yo ya estoy saliendo con alguien –Sentenció de repente con el semblante serio.

Retrocedí unos pasos ante la sorpresa. Mis ojos se cristalizaron rápidamente, mi pecho dolía demasiado y lo único que quería hacer era llorar desesperadamente. Él intento acercarse a mí para reconfortarme pero me daba igual, lo quería lejos de mí.

—De verdad no quería decírtelo de esta manera pero yo…-Calló un segundo al oír unos pasos corriendo en nuestra dirección.

— ¡Adam, cariño! ¿Qué haces aquí? –Preguntó una muchacha de cabello teñido de morado atado en una coleta sujetándose del brazo de Adam.