Wattpad || Finn Wolfhard

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El dolor de cabeza era inevitable...

Se la había pasado toda la tarde sentada frente a su escritorio repasando las últimas materias que quedaban para que mañana le apliquen el examen final del segundo bimestre. No esperaba sacar el 10 perfecto pero  por los menos aprobar y salvar el bimestre.

Tenía muy presente las palabras de su padre aquel día cuando había sido firma de boletas, en la cual había sacado un promedio en total de 8.9. 

  «¿Para eso te mando a la escuela, mocosa? ¡No más wattpad por hoy»

Sí, duras palabras para una adolescente de catorce años a quien le importa estar invirtiendo más tiempo escribiendo en una aplicación que ir con sus amigas para ver las nalgas de los popotes de los chicos del barrio. No es que los chicos fueran su fuerte, a nuestra querida escritora le encantaban los chicos pero su lema sin duda era: Altos, flacos y sin nalgas. Y uno de los que cumplió aquel requisito sin duda era Finn Wolfhard.

Joven actor de 15 años con su debut en Stranger Things e It, con una banda llamada Calpurnia y mucho talento por delante... Había robado su corazón, no sabía si había sido su cara de rana, sus rizos o simplemente pasó de la nada pero causó gran impactó en su corazón hasta llegar al pequeño desastre de que sus pensamientos se convierten en versos los cuales fueron escritos en prosa sobre una delgada línea abstracta sobre las hojas de papel de sus cuadernos escolares.

Él fue el causante de que ella descuidara un tanto de sus estudios y dirigiese toda su atención a la escritura de historias dedicadas a ese chico desconocido, donde ella se empeñaba por regalar lindas palabras que suenen a grandes ideas para robar el aliento de sus amadas lectores.

Lo cual funcionó.

Sabía ella que solo llegaría a robar el corazón de sus lectores, porque eran los únicos que estaban al pendiente de sus actualizaciones, sin embargo, a ella le hubiera encantado que él lo llegará a leer. Es un remolino de emociones que te causa que la persona por la escribiste algo lo llegará a leer, sentirías un sumo éxtasis de placer en saber lo que piensa y lo que te dirá al respeto.

Pero eso solo pasa en películas de amor de Hollywood.

Nada de ello es real.

¿O sí?